Pocas veces he sufrido tanto viendo una película. Pocas. Cuando leo que el presupuesto de este despropósito fue de 14 millones siento que es muy triste que muchos jóvenes talentos no puedan tener su oportunidad, y sí el sr. del Real, que de cine entiende tanto como Mariano Ozores. Lo peor, sin duda, es la interpretación de la morisca, de cuyo nombre prefiero no acordarme.

Efectivas interpretaciones (Idris Elba siempre cumple) , excelente fotografía del francés Philippe Rousselot ("El oso", "Las amistades peligrosas", "El río de la vida", "Big fish"), partitura quizás demasiado atmosférica de Steven Price ("Gravity", "Nuestro planeta"), guion predecible en una interesante película de aventuras y terror. Sin embargo, el principal problema es el diseño de 'la bestia'. Si el león es la amenaza, si el león es, en el fondo, el auténtico protagonista que debería provocar inquietud en el espectador, un buen director tendría que haber desarrollado mucho mejor los momentos en los que aparece con un león auténtico y no uno diseñado digitalmente que provoca, en más de un momento, distanciamiento. Aun así, es una película recomendable si se busca cine de evasión sin demasiadas pretensiones.

Casi todos hemos crecido siguiendo los cánones del lenguaje cinematográfico que nos llegó de Hollywood, gracias a grandes cineastas como Mankiewicz, Wilder, Hitchcock, Spielberg o Ford. Eso es obvio, pero también que en el resto del mundo no siempre se ha tomado como referencia dicha forma de narración. En la vieja Europa o en el ancestral Oriente, el cine suele ir más allá de los patrones y las historias son contadas siguiendo visiones muy personales que, en no pocas ocasiones, parecen evitar el lado comercial.
Con 'Hagazussa' nos encontramos ante un director que disfruta con los planos secuencia sosegados, de fachada trivial pero de fondo muy sugestivo. Si eres fan del cine de género (terror en este caso) te encontrarás ante una película que huye de los estereotipos y se centra en un relato donde la paciencia del espectador es puesta a prueba. La acción parece no existir y los diálogos son noticia cuando aparecen, pues los personajes transmiten sus emociones con miradas que nos seducen por lo enigmáticas que resultan.
En definitiva, largometraje de difícil visión, de irritante estoicismo pero que llega a cautivar si lo que se busca es cine sin ataduras.

Es indudable que Jordan Peele es un director con un enorme talento visual, pero no sólo de buenos ángulos de cámara vive el espectador; también tiene que haber una buena historia detrás. El realizador neoyorquino se desliza por tierras pantanosas ya que dicha historia es muy arriesgada, surrealista más bien. Por desgracia, gran parte de las películas y de las series de la última década pecan de reiterativas en el desarrollo de los diálogos, con frecuencia superfluos. "Nop" habría sido un excelente mediometraje, pero sus dos horas resultan cansinas por culpa de un guion ingenuo. Además, la mezcla de géneros (comedia, ciencia ficción, terror) desconcierta. Eso sí, a destacar la increíble música de Michael Abels, que firma una de las bandas sonoras más destacable en años (atención al guiño a Morricone) y una de las escenas más escalofriantes del género en años (que no destriparé, obviamente).

Me encanta el cine de terror, con los riesgos que eso conlleva. Los slashers son lo que son, con sus virtudes y sus defectos. Casi nunca se han caracterizado por la sutileza, pues suelen evitar sugerir (por lo demás, una cualidad que deberían practicar más regularmente). Si uno se aventura a ver "Terrifier 2", por supuesto que sabe dónde se va a meter, pero no vale todo. Es, por desgracia, pura casquería, un sinsentido entre lo real y lo sobrenatural que sólo provoca irritación ocular y neuronal. Esto no es cine, es un subproducto salido de la mente de un perturbado.