El impacto de las novelas de John Le Carre en plena efervescencia de la guerra fría es entendible después de descubrir la pronta adaptación de una temprana obra del británico. Los escasos tres años que transcurrieron entre papel y celuloide benefician al film de Ritt. La paranoia, el juego de espías, los secretos y las traiciones se recogen sin la perspectiva del tiempo. Puede hacerse mejor pero no captará tan fielmente ese momento histórico conspiranoide.

La opción natural para dirigir esta entretenidísima película es David Leitch. Asociado al universo Marvel o a sagas tan prolíficas como "Fast and Furious" o "John Wick", sus raíces se hunden en la tierra inexplorada y poco agradecida de los dobles de acción. Digamos que el director envía una carta de amor a sus compañeros y un dardo envenenado a productores y estrellas, dibujados como caricaturas.

Lo que menos importa en "El especialista" es la historia de amor, su punto flaco, que roza lo adolescente pese a la edad de la directora y el doble. Lo que reluce son las escenas de acción y lo divertidísimo de un guion (superfluo) con tantas referencias y dobles lecturas con respecto a la industria como cariño a una parte de la misma que vive con entusiasmo el trabajo que ejercen. Es un producto que va a más, comenzando con titubeos pero que se supera con los minutos y logra un clímax francamente desbordante de acción. En medio, escenas como la conversación del uso como recurso estilístico y dramático de la pantalla dividida, con la pantalla dividida.

Aunque la química Blunt-Gosling funciona estupendamente, el rey de la función es el actor. Su energía, personalidad y entusiasmo traspasa la pantalla tanto como su arrolladora actuación en los últimos Oscar.

El interés de "La calumnia" es predominantemente arqueológico. Cuesta creer, pero así fue y sigue siendo en muchas partes de mundo, que la homosexualidad se viva con vergüenza, trauma o algo sórdido contra natura. Pero como reflejo de una sociedad en determinado tiempo es una pieza que provoca repelús.

La anterior entrega de la saga "Mad Max" es un espectáculo audiovisual que pretende tener fondo con un mensaje feministas que no cuela. La huida de Furiosa y unas prisioneras del sexo prevalece sobre la atormemtada personalidad del personaje que pone nombre a las diferentes partes. "Furiosa: de la saga Mad Max" es una declaración de amor al personaje, dando igual que sea mujer.

La supervivencia, el poder y la venganza es lo que mueve a los personajes sin discursos o justificaciones, como verdaderas bestias que son. Se agradece que lo de menos sea la historia y lo de más las insuperables persecuciones y el diseño de los automóviles, que ya nos parecian inmejorables. Hacía tiempo que no apelaban a nuestros instintos más primitivos y toscos tan efectivamente.

Más "El jovencito Frankenstein" que cualquier otra adaptación de la novela de Shelley, "Pobres criaturas" es una comedia alocada en su tono y seriamente armada en su propuesta. Las casi dos horas y media de metraje es un espectáculo visual nunca visto, arriesgando en la cuerda floja del ridículo, que arrebata desde el minuto uno.