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Críticas de GUSTAVO
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Críticas 122
Críticas ordenadas por utilidad
6
7 de mayo de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película austriaca tiene un tratamiento visual distinto para la acción en los casinos de Montecarlo y en los campos de concentración nazis. Mientras en los casinos y aledaños en tiempo de paz son mostrados con una cámara fija y una fotografía de colores más cálidos, en los campos de concentración se alterna con una cámara de mano que va entrando a los ambientes junto con los prisioneros y la fotografía usa tonalidades muy grises para conseguir un clima más sórdido y deprimente.
Se puede decir que este contraste, junto a la musicalización a ritmo de tango, son los valores más notorios de esta película, que se incluye en la vasta cinematografía sobre el holocausto judío, porque ni la historia ni las actuaciones emocionan mucho a pesar de que el hecho de la falsificación de billetes en el campo de concentración, no es poca cosa.
Y es que el principal defecto de la cinta radica, precisamente, en el guión que le da máxima importancia al supuesto sabotaje que los prisioneros efectuaron a la orden de falsificar el dólar para evitar que los nazis ganen la guerra; lo que se percibe poco creíble considerando que estas personas canjearon lo que les quedaba de dignidad por las comodidades materiales pero, al mismo tiempo, dicho defecto contribuye a que el film se convierta en todo un contrabando político e ideológico del agrado de la Academia de Hollywood que la premió con el Oscar a mejor película extranjera.
GUSTAVO
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7
3 de febrero de 2009
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película casi aséptica, sin mayores adornos ni condimentos, esta adaptación de la novela de Richard Yates por el director Sam Mendes, vuelve a poner en el tapete el tema del “estilo de vida americano” ya expuesta antes en su propia cinta “Belleza Americana”.
Pero si en esta última, la acción transcurre a fines de la década de 1,990, en una puesta de escena donde el drama y la comedia se dan la mano de una forma muy lograda, la que comentamos transcurre en los años 50 y es mas bien un drama psicológico muy serio sobre la rebelión contra el orden social establecido.
En efecto, la cámara se esmera en presentarnos el ambiente gris y uniforme donde viven y trabajan los esposos Wheeler, en paralelo al retrato de los personajes que pretende graficar sus almas.
La fotografía, de colores pálidos, refleja el estado de ánimo de April y de Frank pero también de todos aquellos que se sienten atrapados en ese mundo monótono, asfixiante y vacío. En la cinta identificamos, aparte de los Wheeler, a tres de ellos.
Especialmente importante es la actuación del enajenado hijo de los vecinos que vendieron la casa, situada en esa calle llamada “Revolutionary Road”.El es un paciente dado de alta en un sanatorio mental, conocedor privilegiado de ese “vacío desesperanzador” al cual hace referencia April y es el catalizador del desenlace de la historia.
Como puntos fuertes, está la ambientación de época ya anotada, los diálogos muy intensos y acertados y la actuación de Kate Winslet como April Wheeler, en el papel principal de la historia donde la vemos transitar desde el retrato de una típica ama de casa americana de los años 50 hasta la atormentada mujer más próxima a la locura que debe tomar las decisiones más importantes de su vida. Además, Leonardo Di Caprio no decepciona y está muy bien.
Como puntos en contra, advertimos un vacío en el guión en el momento de la escena que termina en adulterio entre April y su vecino, la cual se ve como muy forzada como consecuencia del poco desarrollo de los personajes secundarios proclives a subvertir su propia vida.
También notamos un afán de etiquetar a April como una especie de prócer del movimiento de liberación femenina.
En cuanto a la asepsia del film, podría explicarse por la ambientación y retrato del lugar y de la época. Pero esto no explica una solemnidad demasiado marcada. El mérito de Sam Mendes es no haber recurrido al fácil recurso de la narración para mejorar estos aspectos.
En resumen, una película valiosa pero con limitaciones en el guión. Por experiencia personal recomiendo verla un par de veces ya que a la primera mirada no la valoré mucho y quizá en una tercera repasada mi apreciación mejore más todavía.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
GUSTAVO
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8
29 de diciembre de 2010
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En el contexto de un pueblo alemán de estructura socioeconómica casi feudal, con un barón dueño de las tierras y de la voluntad de sus habitantes, regidos, además, fanáticamente, por las normas religiosas que originan una educación represiva, se respira permanentemente un aire subversivo, rebelde. Es en ese ambiente que los niños del lugar crecen, se desarrollan, descubren culposamente su propia sexualidad y también conocen la injusticia, los bajos instintos y, en general, las miserias humanas sucediendo paralelamente hechos violentos, extraños e inexplicables.
La película parece estar inspirada y de hecho tiene los ingredientes del “realismo mágico” de “Cien años de soledad” de Gabriel García Marquez, pero no los desarrolla literalmente ni los llega a adoptar, solo los insinúa para tomar caminos distintos.
Es una cinta, más bien, que tiene voluntad tétrica, con una fotografía en blanco y negro que genera la sensación de un álbum de fotos puesto en movimiento a la que se ha adherido una carga incorpórea, fantasmal, ancestral, con una iluminación que juega con la trama de una manera muy original y que es capaz de comunicar emociones y sentimientos por sí sola. Era la mejor forma de hacer la puesta en escena y el director Michael Haneke fue muy consciente de eso con la presentación de una historia con mucha profundidad y de conclusiones abiertas, que ayudado con el tratamiento visual, nos transporta a la época ambientada de principios del siglo XX, con una exactitud que causa admiración y un poder hipnótico que nos sugiere muchos conceptos, temas y situaciones pero no las impone, las da a elegir entre varias opciones a gusto del espectador. ¿Se trata del caldo de cultivo que desarrolló el nazismo? Puede ser. ¿O será la génesis del terrorismo? Si usted quiere. ¿Desarrollo dicotómico sobre la pureza y el pecado, el bien y el mal? Quizás. ¿O simplemente un ajuste de cuentas adolescente por toda la hipocresía de la sociedad autoritaria? También. ¿Estudio sobre liberalismo, dictadura y democracia? Tampoco exageremos.
Lo que es invariable e innegociable para Haneke es el clima de terror, en este caso con una variante ominosa y latente, esa sensación de miedo y confusión que se produce a partir del planteo de los hechos misteriosos cuya investigación conduce a todo y a nada, cual juego macabro, con lo que regresamos a la fuente de la mayoría de filmes del austriaco y que se muestra aquí, incólume y premunida de sorpresa, como si fuera la primera vez.
Pero ante tanta maestría técnica nos preguntamos si era necesario poner un personaje como narrador en off retrospectivo y opinamos que, si el verdadero propósito era fechar la historia, era una inclusión innecesaria pero como el filme tiene la apariencia de un testimonio, es un acierto porque éste se convierte en un oscuro cuento auroral donde muere la inocencia y nace la inquietud malévola, esa misma que, muchas veces, ha cambiado el destino del mundo.
GUSTAVO
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6
23 de septiembre de 2010
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Llevar una comedia en estado puro al cine es más difícil de lo que comúnmente se piensa y siempre he creído que hacer reír exige del guionista y del realizador una gran dosis de creatividad y exigencia que obliga a hacer el casting más adecuado y el rodaje más efectivo. Porque una cosa es llevar una comedia dramática donde la risa está acolchonada por los cambios de género en el guión y otra, hacer una donde no hay casi esas concesiones.
“Pagafantas” corresponde más a esta última línea donde la historia gira alrededor de un personaje principal, el “Chema” (Gorka Otxoa), un tipo aburrido de su relación de pareja cuya obsesión es ligar con alguna chica sin importar mucho lo demás pero que termina enamorándose de verdad. Esto que parece un cliché más grande que una catedral en una comedia romántica, no lo es así porque en el esquema de “chico conoce a chica” que contiene el filme, Claudia la chica (Sabrina Garciarena), escapa a todos los cánones de los personajes clásicos y muchas veces vistos que va a originar que el desenlace sea diferente. Claudia es argentina con un dejo inequívoco, inmigrante ilegal, tiene una fuerte personalidad, es desinhibida, liberal, alegre, un poco inocente también. Es capaz de remedar a los propios españoles en su mismo país. Y genera un gran contraste con el tímido y torpe Chema. Ella es el equivalente de una bella extraterrestre que se le aparece un día metida en un tacho de basura como si se hubiera caído del espacio. Y sobre esa base de choque cultural e intergaláctico se producen las situaciones más divertidas sin caer nunca en excesos.
Paralelamente tenemos un romance entre su madre (Kiti Manver) y su tío Julio (Oscar Ladoire) cuya factura es mucho más convencional.
La puesta en escena tiene influencias de las comedias americanas de los años 60 y 70, también de las primeras películas de Woody Allen e incluso de los hermanos Coen. Y varias veces se parodia la estética de “Réquiem por un sueño” de Darren Aronofsky cuando el Chema pierde la cabeza por el alcohol, su punto débil y, a la vez, fundamental para el desarrollo de la trama.
Volviendo al principio, el filme consigue hacer reír pero de una forma original, ese es su mayor mérito y es un valor inusual en un director debutante en el género. La actuación de los personajes principales contribuye notoriamente al éxito en un trabajo que puede llamarse menor en cuantía pero no en imaginación.
GUSTAVO
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7
27 de enero de 2009
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El guión de esta cinta cuenta una historia verdadera difícil de creer pero que se hace creíble bajo la dirección de Clint Eastwood. Y como en "La chica del Millón de dólares", pasada más de la mitad de la película, la historia tiene un giro muy importante. Si la primera parte trata de una fuerte denuncia contra la corrupción, abuso de poder y las violaciones de los Derechos Humanos por parte de una institución, léase régimen político o poder imperante, en la segunda se descubre a la sociedad en su conjunto como ineficaz en la búsqueda de la Justicia y la verdad.
Si fuera por esta lectura del film, por la actuación de Angelina Jolie, muy convincente salvo en donde le toca gritar al niño sustituto y por los detalles de producción que son óptimos, incluyendo la fotografía en colores muy tenues (que contrastan con el colorete rojo de Angelina que nos hace recordar al color del vestido de la niña que se paseaba por los campos de concentración nazis en "La lista de Schindler"); esta película sería de lo mejor de Eastwood. Pero está muy recargada en la actuación de Jolie, sin mayor desarrollo de los personajes del entorno de su personaje que la hubieran ayudado a sostenerla, quizá esto se deba a haber confiado la historia de manera cronológica y lineal, quitándole libertad, y también se equivoca de final incurriendo en un cliché de lo más manido cuando coloca una glosa de los "hechos reales" totalmente innecesaria cuando todo lo vimos en imágenes.
Pero a fin de cuentas, me parece que la cinta no es un retroceso en la excelente filmografía de Clint Eastwood por la puesta en escena, la fotografía, el estilo tan directo, la música que es preciosa y el guión con sus bemoles pero eficaz.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
GUSTAVO
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