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España España · Sevilla
Críticas de Seldon
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Críticas 245
Críticas ordenadas por utilidad
8
7 de noviembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alfred Hitchcock ya había elegido una novela de Du Maurier para hacer su película anterior: La posada de Jamaica, la última que hizo en Inglaterra. El productor norteamericano David O. Selznick se había fijado en él, y logró que firmara un contrato de siete años, con lo que el maestro Hitchcock se mudó a Hollywood. Para su primera película americana, eligió adaptar otro libro de Daphne Du Maurier, que se había publicado un par de años antes.

Y la adaptación es perfecta, casi milimétrica.
No sabemos el nombre de la protagonista, porque la verdadera protagonista, Rebeca está omnipresente, en los diálogos o en los objetos: sus iniciales están en pañuelos, mantelería, en los objetos de escritorio, en todas partes. Curiosamente nunca vemos el aspecto que tenía Rebecca, ni una foto, ni un cuadro,... nada. Y esto también es una característica de la novela.

La adaptación llega a ser tan exacta que hay escenas y diálogos prácticamente calcados del original, por ejemplo la escena en la que tímida y apocada segunda señora de Winter rompe accidentalmente una valiosa figurita de porcelana, y, pese a ser la señora de la casa y poder hacer en teoría lo que quiera sin dar explicaciones a nadie, la esconde avergonzada para no tener que enfrentarse a la señora Danvers.

Porque este es un grandioso personaje también aquí como lo era en la novela. Idolatraba a Rebeca y aunque aparentemente es obsequiosa con su nueva señora, la desprecia y la menosprecia porque no concibe que pueda ocupar el lugar de sus señora en Manderley. Y la segunda mujer de Maxim de Winter lo sabe: con un enorme complejo de inferioridad (que ya traía de serie) cree no estar a la altura de Rebeca y piensa que todo el mundo opina lo mismo y la menosprecian por ello como hace ella misma.

Esto se ve muy bien en la escena en la que ambas se encuentran por primera vez: Danvers rígida, hierática dándole la bienvenida a la mansión al frente de una cohorte de criados perfectamente uniformados y alineados, y Joan Fontaine, tímida y encogida del brazo de su recién estrenado marido (Lawrence Olivier) con el pelo mojado y apelmazado porque les ha llovido por el camino. En el “enfrentamiento” la nueva señora de la casa se muestra tal como ella misma teme mostrarse: atemorizada y torpe. Está magníficamente bien rodado y mostrado el desprecio de Danvers con sólo un par de miradas.

Los elementos de misterio están también ahí: el espectador intuye mucho antes que la narradora que hay algún oscuro secreto con Rebeca, algo que nadie quiere contar y que sólo vamos entreviendo. Y los escenarios ayudan: Manderley es retratado como una enorme casona gótica, oscura, señorial, llena de pasillos, escaleras, puertas siempre cerradas que dan a las antiguas habitaciones de Rebeca,...

La maestría de Hitchcock no está tanto en seguir un guión que adapta milimétricamente la novela, sino en la capacidad de concentrar en imágenes, con pequeños detalles, casi insignificantes, el carácter de los personales. Por ejemplo, la señora Van Hopper es odiosa, cotilla y snob. En la novela se nos la describe siempre rodeada de bombones, o de ceniceros repletos de colillas que apaga donde le viene en gana o de pañuelitos de papel usados cuando coge la gripe. En la película en efecto la vemos casi siempre fumando, y en con un simple inserto de una imagen la vemos apagar un cigarrillo a medio fumar en un tarro de crema cosmética con pinta de ser bastante caro.

Y hay muchos detalles y metáforas de este estilo: la omnipresente inicial R aparece al final en llamas, la ambigüedad de la primera escena de Max, en la que se nos hace creer que piensa en suicidarse cuando realmente recuerda cuando tirar por ese acantilado a su mujer, o detalles añadidos (que no están en la novela) de su particular sentido del humor como el policía fanfarroneado contando sus batallitas a las puertas del juicio o las pesas de goma del disfraz de forzudo con el que se presenta el cuñado de Max al baile.
Incluso detalles con la pareja protagonista: cuando son felices en Monte Carlo se sientan juntos a comer, juntos en el coche, juntos mientras ella dibuja... cuando son infelices en Manderly se sientan separados por una mesa kilométrica y raramente se les ve juntos en las escenas, incluso cuando están en la misma habitación, no suelen estar próximos.

La película tampoco es un melodrama de los años 30, la música de violines de Franz Waxman esta presente, de fondo, casi siempre, durante toda la película, como era habitual en aquella época. Prácticamente Hitchcock no usa ninguno de los recursos que lo harían famoso, y que ya había usado antes. Es una película de encargo, y eso se nota. No tiene el estilo propio de Hitckcock y aunque es una película notable, está lejos de sus obras maestras posteriores.
Probablemente, si esta película la hubiese hecho después la hubiese impregnado más de su estilo, y le hubiese sacado punta, insinuando pero no mostrando abiertamente, a algunas cosas: por ejemplo seguro que hubiera sugerido un lesbianismo reprimido de Danvers hacia su señora.

En definitiva, el director se prostituyó, aunque se lo perdono, porque por cada película mejor que Rebeca, tiene al menos dos peores que esta.

Si quieres leer la c´ritica completa: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2013/11/rebeca-la-sombra-del-pasado-es-alargada.html
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Seldon
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5
28 de febrero de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
o pub ingles cutre a beber cerveza y a despotricar sobre todo un poco, en particular sobre los guionistas de las películas que les gusta ver, y al que uno de ellos, Toby, cree que puede darles algunos buenos consejos sobre cómo escribir buenas historias en vez de hacer tantos remakes tontos, pues continuamente se le están ocurriendo ideas geniales para películas, que va anotando en un cuaderno que siempre lleva consigo.

Una noche en el pub, cuando Ray va a pedir a la barra una chica guapa (Cassie) lo aborda y le cuenta que es una viajera del tiempo cuya función es reparar “fugas o escapes" en continuo espacio-tiempo y detener a los malvados cronodelincuentes a los que ella llama “editores”.

Ray obviamente no la cree y piensa que todo es una broma preparada por sus amigos (¿por qué si no alguien como Cassie iba siquiera a hablarle) y se va a ls servicios. Pero cuando vuelve encuentra el pub lleno de cadáveres, incluyendo a sus amigos y a él mismo, así que vuelve a entrar en los servicios, asustado y sin poder creer a sus propios ojos, y cuando se atreve a salir, todo vuelve ser normal: ha regresado a “su propio tiempo” y ahora son sus amigos los que no le creen cuando les cuenta su rocambolesca historia.

Con estos cuatro personajes y prácticamente un solo escenario (el pub), logran hacer una película muy barata, sin grandes efectos especiales, con un guión inteligente y muy divertida de ver: no os perdáis la escena en la que convence a sus amigos de que vayan con él al servicio y hagan exactamente los mismos moviementos que el hizo: el urinario, lavarse las manos, el secamanos... y todo ello tarareando Total Eclipse of the Heart de Bonnie Tyler, la canción que sonaba en el pub, porque es lo que él hizo la primera vez y está convencido de que la “fisura en el tiempo” está en los lavabos, y así intenta reproducir otra vez el “salto” que el dio por accidente.

Las “respuestas” a las “preguntas frecuentes” del título prácticamente son las mismas que ya hemos visto en otras películas del estilo, sean grandes producciones americanas como Regreso al Futuro o películas españolas más modestas como Los Cronocrímenes. Básicamente el guión nos cuenta cómo un pequeño cambio, por insignificante y pequeño que parezca, puede tener consecuencias exageradas y completamente opuestas en el futuro: unas veces la humanidad puede haber sido devastada por algún tipo de guerra o invasión de insectos gigantes, y en otras ocasiones ellos pueden ser unos triunfadores famosos, casi una leyenda, gracias a alguna de las ideas geniales que Toby anota en su inseparable cuaderno.

Como decía no es que sea del todo original, pero la historia es divertida y fresca: sería algo así como ¿qué pasaría si tres frikis ingleses pasaran un fin de semana viajando en el tiempo a futuros alternativos sin moverse de su pub preferido? Y encima con una chica guapa que les hace caso involucrada en la historia (bueno, chicas, en plural, porque la mala de la película también es una tía buena).

Pues probablemente ellos siempre habrían soñado con que algo así fuera posible, pero seguramente la realidad no es tan ideal como ellos habían imaginado.

No es una película perfecta, es algo cutre (aunque tiene su encanto) en algunos momentos, supongo que por el presupuesto, pero tiene un guión inteligente y al menos te arrancará algunas sonrisas. Te gustará si te gustan cosas como La guía del autoestopista galáctico, o sobre todo Doctor Who, con la que guarda bastantes similitudes.

Puedes leer más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2013/03/una-de-viajes-en-el-tiempo.html
Seldon
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6
14 de febrero de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En teoría Hell on Wheels cuenta la construcción del primer ferrocarril intercontinental de los Estados Unidos, en la década de 1860, cuando la Central Pacific comenzó a construir desde California en dirección Este y la Union Pacific hizo lo propio desde el medio-oeste en dirección Oeste. En concreto se centra en esta última, y en su avance por las tierras de los indios Cheyennes en el territorio de Nebraska.

Digo que en teoría cuenta la construcción de un ferrocarril, porque creo que más bien esto es la excusa, el “escenario” dispuesto para contar otras historias. Realmente no te da la impresión de estar viendo las dificultades de la construcción y el lento avance del ferrocarril.

La serie comienza en 1865, recién acabada la Guerra de Secesión, y su protagonista es Cullen Bohannon, un soldado que luchó en el bando perdedor, pues era Confederado, y que ya en la primera escena vemos como sólo parece tener un objetivo: la venganza, le lleve esta donde le lleve. Vengar la violación y muerte de su mujer, a manos de soldados norteños durante la guerra, es su único objetivo, y la búsqueda del grupito de hombres que lo hizo lo lleva hasta las obras del ferrocarril, en concreto a Infierno, que es como llaman sus habitantes a un sórdido, sucio y miserable campamento de tiendas donde se alojan los trabajadores del ferrocarril.

El personaje de Bohannon, el protagonista, es probablemente el más interesante de la serie. Está lleno de contradicciones: es un buen hombre, o por lo menos lo fue, pero está sediento de venganza y no titubea en usar la violencia en un entorno tan violento como aquel. Incluso para ser un sudista, un confederado, es atípico: tuvo una plantación, y tenía esclavos, pero a diferencia del resto de los confederados, los liberó antes de que empezara la guerra, y comenzó a pagarles como braceros libres, pese a que le costó la incomprensión de sus vecinos y casi lo arruina económicamente.

Infierno, un conjunto de tiendas de lona asentadas sobre un barrizal inmundo (la ambientación en esto si que está muy lograda) es el poblado/campamento donde se alojan los trabajadores del ferrocarril, casi todos inmigrantes, en su mayoría irlandeses, y negros, que pese a ser esclavos recién liberados siguen siendo tratados casi como antes de la emancipación, pues como dice un personaje: “trabajan el doble y cobran la mitad”. Y junto a los trabajadores, toda la caterva de prostitutas que arrastran con ellos. Así por ejemplo tenemos personajes Eva, una de las prostitutas, que tiene la cara tatuada pues fue capturada de niña por los indios y pasó toda su infancia con ellos, o los hermanos McGuinees, unos irlandeses que se ganan la vida con un espectáculo de linterna mágica, al reverendo Cole, que quiere mediar entre los blancos y los indios para evitar la guerra entre ellos o Joseph Luna Negra, hijo de un jefe indio pero convertido al cristianismo que ayuda al predicador, etc, etc.

Y Elam, un ex esclavo que realmente es mulato pues era el bastardo del amo de la plantación, y uno de los pocos con cierta cultura (le enseñaron a leer de niño). Pese a no tener a priori demasiados intereses en común, y de hecho se enfrentan en algunas ocasiones Elam y Bohannon acaban trabando cierta especie de amistad, a raíz de que uno ayuda al otro sucesivamente en determinadas situaciones.

El “malo” de la serie es Thomas “Doc” Durant, un hombre de negocios e inversor sin escrúpulos que es quien está promoviendo la construcción del ferrocarril. Durant es un personaje histórico que existió realmente. En la serie (más o menos como en la vida real) Durant tiene oscuros negocios financieros y relaciones políticas con el gobierno federal que le permiten financiar la construcción gracias a las generosas subvenciones, pero para que os hagáis una idea, el gobierno paga por kilómetro construido, a más kilómetros más dinero, luego a Durant no le importa demasido si el ferrocarril da algunos rodeos y no tiene tantos tramos rectos como se pudiera pensar a través de las grandes y llanas praderas del medio-oeste.
Esto le causa algunas discusiones con su topógrafo, Thomas Bell, quien, en compañía de su esposa Lilly Bell (la protagonista femenina) está al principio de la serie internado en territorio indio, cartografiando los mapas vitales para el trazado del ferrocarril, e imprescindibles para poder afrontar el cruce de las montañas rocosas cuando las obras lleguen hasta ellas.

Sin embargo, mientras en temas como la ambientación general, o el carisma de su personaje protagonista (Bohannon) la serie resiste bien las comparaciones con su predecesora Deadwood y con su protagonista Bollock, aquí por ejemplo no le llega a la altura de los zapatos al malo de Deadwood, Al Swearengen. Durant puede que tenga más estilo vistiéndose y desenvolviéndose con los políticos que Swearengen, pero en todo lo demás, gana el cantinero de Deadwood.

< sigo en el spoiler sin revelar nada >
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Seldon
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7
11 de septiembre de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez comienza justo donde acaba el cuento de Blancanieves: con ella muerta, tras morder la manzana, rodeada de los enanitos y el príncipe despertándola con un beso de amor, y ellos casándose para vivir felices y comer perdices.

Pero a partir de aquí, continúa la historia: La malvada reina no se da por vencida y decide vengarse, tramando un hechizo que destruirá todo el mundo mágico de los personajes de cuento y los atrapará a todos en un mundo sin magia, el nuestro, como personas normales, que no recuerdan quienes son ni quienes fueron (salvo ella misma). Así, todos los personajes de cuento acaban atrapados en un pueblecito de Maine del que ninguno puede salir llamado Storybrook (un juego de palabras muy apropiado para Libro de cuentos)

Por otro lado, se nos empieza a contar la historia de una jóven y solitaria Emma (Jennifer Morrison, a la que yo sólo habñia visto haciendo de una de las novias de Ted Mosby en la magnifca Como conocí a lustra madre) que fue abandonada por sus padres al nacer y se ha criado en orfanatos, y que ahora trabaja como detective/cazarecompensas para fiadores (los que adelanta las fianzas a los presos para que salgan de la cárcel) buscando a aquellos que no se presentaron a juicio, para que los fiadores no pierdan el dinero. Una noche a Emma se le presenta en casa un niño, Henry, que le dice que es su hijo, el que entregó en adopción 10 años atrás.

Henry trae consigo un libro de cuentos y le dice que viene de un pueblecito, Storybrook, en el que su madre adoptiva y todopoderosa alcaldesa, Regina (otro juego de palabras muy apropiado), es en realidad la malvada reina del cuento de Blancanieves, y que todos los habitantes viven encerrados allí, dominados por ella, sin saber que son en realidad personajes de cuento, y que ni por ellos pasa el tiempo en ese lugar, ni pueden salir del pueblecito. Además le dice que sólo ella Emma, podrá deshacer el maleficio, pues justo ante de que éste fuera lanzado por la malvada reina, Blancanieves y el príncipe pusieron a salvo a su hija recién nacida, o sea ella, en este mundo: por eso no tiene padres.

Emma, evidentemente no cree al niño, pero efectivamente ella tuvo un hijo de adolescente y lo dio en adopción, y como no quiere problemas, decide llevarlo de vuelta a su madre adoptiva y acaba en el pequeño pueblecito, enfrentada a la alcaldesa Regina por el hijo de ambas.

Empecé a ver esta serie porque quería algo “ligerito” para ver en verano, algo no muy serio ni muy complicado y que fuera fácil de ver, pero la verdad es que la serie está francamente bien, y la trama empieza a complicarse de forma enrevesada, original, y mucho más inteligentemente de lo que podría parecer al principio. Y no tanto por la historia “real” es decir la de la madre adoptiva enfrentándose a la madre biológica por el niño, sino a la historia “de cuento”. O mejor dicho a las historias, porque en cada capítulo se van alternando las dos: por un lado la historia real, en la que se nos va descubriendo alguno de los personajes del pueblo, y por otro la historia de cuento, en la que se nos cuenta una parte de la historia de ese personaje en el pasado, en el mundo de los cuentos.

Resulta muy curioso ver quienes son en el mundo real los distintos personajes de los cuentos, así por ejemplo Blancanieves es la maestra de primaria, Caperucita es una joven llamada Rubi (otro juego de palabras con el color rojo) que trabaje de camarera en la cafetería que regente... su abuelita), uno de los malos de la historia, el señor Gould (interpretado por Robert Carlyle, el de Full Monty), el rico del pueblo, obsesionado con los contratos legales y que tiene una tienda de anticuario, es en realidad Rumpelstinski, el enano saltarín, un poderoso mago, siempre haciendo tratos, para conseguir unas cosas a cambio de otras, aunque advirtiendo a todos los personajes de que “toda magia conlleva un precio,... etc.

Pero más curioso resulta ver cómo se deforman las versiones tradiciones de los cuentos que conocemos para relacionarlos entre si e ir tramando de forma inteligente un argumento cada vez más complicado, porque cada episodio cuenta un trocito de la historia de algún personaje, y muchas veces a modo de flasbacks más o menos desordenados, como se hacía en Perdidos, de forma que en episodios posteriores se cuenta otro trocito de la historia, a menudo cronológicamente anterior, con lo que nunca conoces exactamente la historia completa de los personajes, que se va desvelando poco a poco.

Así, a lo largo de la serie van desfilando los personajes de cuento tradicionales, pero en versiones un poco diferentes y relacionados entre ellos: la Bella Durmiente, Pinocho y Pepito Grillo, Caperucita Roja que tiene una relación un poco “peculiar” con El Lobo y que es amiga de Blancanieves, que a su vez resulta ser una fuera de la ley y salteadora de caminos, Bella, aunque la Bestia no es quien esperamos de la historia tradicional, el genio de la lámpara que también acaba siendo alguien que no es el esperado, los enanitos y las hadas también con una relación poco habitual, el sombrerero loco, etc. etc.

Además, como ya dije, la trama es más inteligente de lo que cabía esperar al principio, y hasta los personajes malvados del cuento tienen un pasado, sus motivaciones y sus debilidades que se nos van desvelando poco a poco...

En resumen, una serie recomendable y muy entretenida, al menos su primera temporada. Ya hay anunciada una segunda... veremos como continúan el cuento.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2012/09/erase-una-vez-como-ha-cambiado-el-cuento.html
Seldon
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6
7 de agosto de 2012
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Resulta muy difícil hablar de Prometheus sin hablar de Alien, tanto que de hecho no lo voy a hacer, aunque ya se sabe que las comparaciones son odiosas…
Una cosa es hacer comparaciones, que creo que es casi inevitable, y otra juzgarla ecuánimemente, como creo que he hecho. La verdad es que está bastante bien. Visualmente es impresionante, está bien rodada, es ambiciosa, es entretenida, está razonablemente bien resuelta, tiene un par de interpretaciones bastante buenas y además respecto este tipo de películas tengo especial debilidad, así que si, se puede decir sin temor a exagerar que es una buena película.
Los paisajes, decorados, efectos especiales, y todo lo demás en lo que a la parte visual se refiere son muy buenos, están más que a la altura. El 3D no molesta en absoluto y está muy bien hecho, cosa que en una película como esta es más difícil de lo que parece: ver una película a través de unas gafas 3D de luz polarizada es casi como ver una película con unas gafas de sol: le restan luminosidad a la imagen, así que al hacer la película hay que tener en cuenta esto y compensar. El problema es que si te quedas corto la película se ve apagada y si te pasas, en una película oscura y con muchas escenas en cuevas y con poca luz como es Prometheus también la fastidias, porque le quita “tenebrismo” a las escenas. Aquí esto está muy logrado. Aunque también es verdad que sin molestar, el 3D no es que aporte demasiado ni se le saque todo el partido que se le podría sacar en una peli de CF. Para entendernos: esto no es Avatar.
n cuanto a las interpretaciones, a destacar las de Noomi Rapace (la doctora Shaw) ya sin el disfraz de Lisbeth Salander y la de Fassbender (David), que parece que se ha puesto el disfraz de Peter O’Toole en Lawrence de Araba (salvo por la túnica y el turbante, claro).
De hecho la imitación de Lawrence que hace el personaje de David llega a tal extremo que utilizan en la película metraje de Lawrence de Arabia: una de mis escenas favoritas, la de la cerilla apagada con los dedos. Me gustó mucho, muy apropiada para un robot.
el resto, quitando a los secundarios Charlize Theron (Vickers que hace un papel frío, gélido, tanto que parece que es ella el robot y no David), y a Idris Elba (el capitan Janek al que por muchos papeles que haga no me puedo quitar de la cabeza como Stringer Bell de The Wire ¡lo siento!) poco destacan: ya sabes a lo que vienen, son carne de cañón, es decir los personajes que ya sabes que van a ir cayendo (mayormente devorados) a lo largo del metraje.

¿Dónde están los peros? Pues básicamente es uno: ¡que no es Alien! Ni pasará a los anales de la CF como otros clásicos de la CF, o como otras películas del propio Scott, tipo Blade Runner, o la propia Alien. De hecho se queda bastante lejos de Alien. Pero aparte de ser difícil de juzgarla sin su contexto, es que ¡ellos mismos se lo han buscado! A ver Ridley: si no quieres que te la comparen con Alien, hijo mío, ¡no empieces a meter tu mismo guiños, similitudes y paralelismos desde el minuto cero! Y esta película tiene muchos de esos parelismos y similitudes.
Uno de los grandes problemas creo que viene por el guión. Alien contaba con Dan O’Bannon y se nota que es mejor escritor que Lindelof (el de Lost) y Spaihts. La historia no es que sea menos compleja, pero si que parece como más prosaica, menos original, con cierta sensación a algo ya visto, y por lo tanto más previsible.

Sin embargo el problema fundamental, la gran diferencia es que mientras que Alien empezó siendo una película de serie B venida a más a base de aumentarle el presupuesto, en la que con sutileza, atmósfera, tensión, enseñando lo menos posible y sacándole todo el partido de efectos visuales artesanales se conseguían los máximos resultados y se impresionaba al espectador, con Prometheus es justo al contrario: aquí desde mucho antes de que entres en la sala, con la publicidad y los trailers, ya queda claro que esto va a ser una película de más de cien millones de dólares, que pretende apabullar y abrumar visualmente al espectador, pero quizás le falte esa otra parte de tensión, de ambiente y de clima.

En fin, resumiendo, que por separado está bastante bien, pero que si juegas a hacer precuelas y secuelas corres el riego de salir mal parado con la comparación, y esto es una semi-precuela, porque realmente habrá una segunda parte de Prometheus (lo anunció el propio Ridley Scott el pasado marzo) para 2014, que será la secuela de la precuela de Alien o la verdadera precuela de Alien, o que se yo. Eso si, no antes de que en 2013 el propio Scott haga la secuela de Blade Runner. No no, no es broma. En fin amigo Ridley, ¡deja de repetirte a ti mismo hombre! Menos ir a lo seguro y un arriésgate con un poco más de originalidad!
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Seldon
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