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Argentina Argentina · Buenos Aires
Críticas de Juan Rúas
Críticas 1.497
Críticas ordenadas por utilidad
8
6 de octubre de 2009
22 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y esos pocos han sabido representar el tormento que representa, porque Entrevista ya no encara monstruos sedientos de sangre, no por lo menos desde la base más significativa, sino que se encarga de hacernos padecer el tormento de unos seres que se debaten entre la bestia interna y los recuerdos de una vida amarga, pero mortal: finita.

Una soberbia adaptación del libro de Ricce, esta peli cuenta con personajes que supieron representar sus papeles con curiosa sobriedad: Cruise que, junto con Ojos bien cerrados, establece un papel para recordar. Cuando uno deja de ver Entrevista, el primer recuerdo es la imagen terrible y tortuosa de Lestat. Luego vienen Pitt y Dunst y Banderas; los dos primeros están geniales mientras que Antonio desarrolla un papel ya muy estereotipado.

La peli cuenta con una banda sonora que transmite muy bien la tristeza que yace bajo el aparente horror; los efectos son correctos y no mucho más, aunque pecan de efectismos en las escenas donde los vampiros vuelan mientras pelean (¿para qué?).

Por si fuera poco, las frases del libro se respetan, lo cual hace que la obra adquiera tonos poéticos que la elevan por sobre su visionado más comercial.

Una de las entregas de vampiros más recomendadas, junto a Nosferatu y La sombra del vampiro
Juan Rúas
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4
17 de junio de 2022
21 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
La cabeza de la araña es una de esas pelis que te las pueden recetar cuando tienes alguna intoxicación gastro intestinal. Nada de comidas pesadas, ni saturadas en grasas. Ni dulce, ni salado. Pollito y arroz. Mientras menos gusto sientas cuando comes, más sano es. Insípida, incolora, inodora. Más inofensiva que pistolita de agua.

Perdón, pero la premisa de base no augura nada bueno para una peli con este tono. En un melodrama romanticón, o en una aventurilla animada, vaya y pase. Estamos frente a un grupo de presos que aceptan de manera voluntaria ser sometidos a un experimento dirigido por un científico "empresarial" (ya iremos a esto). O eso, o de vuelta a la cárcel. Experimentan con diversas emociones mediante dosis de diversas sustancias para distintos fines. Algunas agradables, otras no tanto. La cabeza de la araña...parece un thriller que, cuando le apunta al climax necesario exigido por el género, sale disparada en dirección contraria. Es de un buen rollo que inspira ternurita.

Hemsworth se maneja con solvencia cuando encara a su personaje en plan "gestionemos esas frustraciones" y bla bla. Es el típico charlatán comprensivo que te envuelve hasta que le aceptas las galletas que te quiere vender. Cuando algo no funciona y debe sacar a relucir su lado turbio...parece un niño desconcertado más. Por su parte, el prota convicto cumple con creces. Si disimula, lo hace bien, si se pone serio actúa con determinación, lo hace saber sin rodeos.

La falta de intensidad general de la peli no le permite escalar nunca como debería. A medida que se agrava la cosa, la energía que se transmite no hace fuelle con la idea fatalista y oscura que hay de fondo. Todo liviano, a medio gas. En algún lugar, hacia ningún lado.
Juan Rúas
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2
7 de octubre de 2021
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
El género slasher se lleva bien con las pelis de institutos. Se trata, básicamente, de un homicida dando vueltas entre un montón de adolescentes en plan fiesta eterna. Hay alguien en tu casa acumula lo peor de este género: cuando las muertes se suceden, pero el contexto no cambia.

Cada cual tiene su propio rollo personal, algo que el asesino pretende utilizar como "disparador". El resto está ya visto: van cayendo uno a uno como moscas. Lo curioso aquí es que jamás se percibe ni el más mínimo contexto trágico. Alguna miradita triste, o de preocupación, y todos ya vuelven a mostrarse jocosos. Un asesinato, dos asesinatos, y bueh. Cosas que pasan.

A la dirección tampoco parece importarle demasiado. Toda la peli desborda tibieza: el slasher es un copia pega de tantos otros. Le gusta armar toda una puesta en escena para sus crímenes; utiliza un modus operandi con un nivel de verosimilitud que solo se lo cree este guión. Se produce un cambio de tono al momento de las muertes, decididamente más dramático. Luego la peli vuelve a desinflarse, virando nuevamente a la energía desenfadada del género de institutos.

Hay una protagonista dando vueltas, pero tampoco basta. Su personaje y su historia apenas destacan del resto del reparto.

Y así va pasando la peli, en un rotundo ni fu ni fa. Ni un mimo, ni un brillo. Al espectador le importará tanto como a la misma dirección cuando tuvo que filmarla.
Juan Rúas
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5
4 de agosto de 2011
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Allá por 1697 se inició oralmente la historia de Caperucita roja. Cuento que se ha ido transformando/degenerando conforme avanzaron los siglos hasta este devenir actual: una de las historias para niños más queridas por todos. Lo cierto es que originalmente la trama principal estaba plagada de un erotismo dentro del cual convergían la iniciativa y la maduración sexual femenina dentro de un relato decodificable hasta mucho tiempo después gracias a los avances del psicoanálisis. La directora de Crepúsculo tomó una idea ajena y la acomodó a estos tiempos, desnudando en varios pasajes el contenido sexual de la historia, aunque tampoco se ahorró varias deformidades que no le cayeron en gracia a esta Caperucita.

En principio, el tan afamado Hombre Lobo deja de ser una incursión individual para convertirse en un desafío colectivo: el rito de iniciación del pueblo nos devuelve un análisis alejado del individualismo para encararlo directamente desde un punto de vista social. A mucha o poca honra hay que alertar que la peli es extremadamente inmadura (todo el pueblo lo és), por lo que no se economiza en pavoneos ni histeriqueos varios. La niña deja de ser "la niña" de la historia para convertirse en la inmadurez sexual de todo un pueblo frente al lobo (o llámese instinto sexual o vital, que para el caso casi que son lo mismo).

"Es hora de ponerte tu capa de ramera", dice un Gary Oldman usualmente excesivo desnudando el símbolo para que luego adquiera matices incestuosos (un final inesperado y nuevo para el mito) hasta un desenlace definitivo que ya no admite ninguna decodificación. Como si Caperucita roja desapareciera como historia de doble lectura para un público que...¿no entendería el mensaje? Apuesto a que sí. Caperucita posee un rico material de análisis, pero sólo partiendo de una idea/relato/historia preconcebida que ha sido manoseada hasta el hartazgo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juan Rúas
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3
17 de junio de 2022
19 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace relativamente poco, Netflix estrenó Campamento Cretácico, un Jurassic park animado, dirigido a los niños, en donde todo es sanamente livianito, lavadito, con los mínimos niveles de agresión admitidos para menores de edad. Ahora, se estrenó Jurassic World: Dominio, el final de la segunda saga jurásica y que ha dado el puntapié inicial para un mundo en donde los dinos y los humanos conviven. Nada de islas Nublares ni Sornas.

Una peli "para toda la familia" en donde los niveles de violencia explícita son idénticos a los exigidos en la serie animada. Literalmente, parecen un mismo producto. ¿Es viable presentar amenazas que en realidad no lo son? Pues, el conflicto lo tenés servido con tanto bicho dando vuelta, pero el buen rollo Disney, sospecho, le hace flaco favor a una saga que presenta otros requisitos para funcionar.

Ni hablar de meter con patatas un elenco de cinco conocidos (tres veteranos y dos actuales) más una parva de secundarios. En dos tramos bien diferenciados: primero, cada cual por su lado. Luego, todos juntos, correteando como gacelas. El tono de la peli los obliga a empaquetarse en momentos puntuales, dando de sí lo que daría cualquier actor que se sabe condicionado por 10 más dentro de un guión...

No se sabe muy bien que se buscó con el guión: que las langostas, que la niña clon, que la beba raptor, que el mensaje ecológico. Una ametralladora de ideas que se dispara sin foco preciso, tratando que cada grupo de personajes se ocupe de lo suyo y que de alguna manera se conecte todo en algún momento.

Los dinosaurios: ya no son la amenaza en una isla, ahora son la fauna del planeta. Menuda diferencia: prohibido hacerles daño, y que estos hagan demasiado daño a nadie. No sea cosa que el mensaje ecologista se vaya al carajo si la peli muestra realmente como serían las cosas. Mosasaurios en los mares, carnívoros gigantes para buscar comida...pero todo es posible en disneylandia.

La peli, cuando mejor funciona, es cuando más se aleja del género que la parió. La secuencia de Malta, desenfreno, speed, acción imposible, hiperbólica. Aquí todo es posible y que todos escapen a último momento queda apañado por las leyes del género. Pero el terror, el misterio, la intriga...ya no tienen lugar aquí. No hay riesgo real.

Si ahora todo debe ser blanquito, buen rollo, simpatía y revolución de la alegría, entonces las próximas sagas deberán aceptar con los dientes que hay que mutar el género y el tono en el que se manejan. Dominio fue la viva expresión de que esta franquicia, así, con estas reglas, ya no funciona.
Juan Rúas
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