Interesante historia de infidelidad entre dos escarabajos y una libélula, y donde un saltamontes tiene un papel crucial en el futuro de la relación entre los escarabajos. Historia bien realizada para la época en la que fue creada, y que entretiene. Contiene toques de humor y de violencia, y seguro que las personas de la época le tendrían más respeto a las cámaras y más cuidado de engañar. Deberían de verlo en Sálvame para que vean al primer paparazzi de la historia del cine.

La gran verdad, por que William Wyller intenta mostrar como en esta película lo que lo mueve todo es el dinero, muestra como la mejor arma contra cupido es el dinero, muestra como el dinero es el verdadero espejo del alma, el que te aclara las ideas, el que te despeja de ese embobamiento. En fin, una buena historia, bien enfocada, pero sin ser espectacular, con buenas actuaciones, pero con mejor dirección.

Una historia espléndida y sobrecogedora del inicio del fin de la II República en España. La película tiene momentos estelares, tiene una narración de la historia muy buena, y sobre todo, ver como un profesor es capaz de educar de forma tan sobresaliente a sus alumnos en todos los aspectos de la vida, llena de esperanza el futuro de esos niños, y ver como el inicio de una guerra puede echar por tierra ese esfuerzo, y como hace que los hombres entierren su honor, su orgullo y sus ideas con el único proposito de sobrevivir, te parte el alma, oscurece esa luz que se veía al final del camino. Además te muestra lo fácil y rápido que se puede perder la libertad y la tranquilidad de un pueblecito. Lo malo de esta película, que destroza por completo todo lo extraordinaro que se ha hecho, es que pretendan hacernos creer que todos los republicanos eran buenos, y que todos los franquistas eran malos, cosa que se empeña en mostrarnos el cine español igual que los americanos en mostrarnos los judios como martires cuando masacran a los palestinos en Israel, o con el comunismo. Me parece vergonzoso que un adulto como es José Luis Cuerda, intente tan siquiera pretender que alguien se crea eso, cuando sabemos que el hombre puede ser bueno o malo independientemente de su condición política e independientemente de su estatus social. Esto se lo puede creer un niño, hasta que vea, viviendo el día a día, que eso es una patraña, verá que la maldad y la bondad se la puede encontrar en cualquier esquina de cualquier lugar, gobierno, casa, persona, condición social,... Creo que ya expuse claramente mi idea, disculpar mi extensa crítica, ya que es más llevadera la brevedad, pero me molesta que un planteamiento así destroce una obra maestra, para convertirlo en un engañabobos. Los actores espectaculares, el director decepcionante. La escena del solo del saxo, de las mejores que he visto en el cine español, me pone los pelos de punta.

Mizoguchi no pudo poner un nombre mejor al burdel “El País de los sueños”.
En ese país intentan sobrevivir a la catástrofe económica que supuso para Japón perder la segunda guerra mundial, y lo intentan hacer trabajando para conseguir sus sueños, pero resulta que dichos sueños acaban siendo pesadillas.
El japonés realiza un trabajo espectacular con un tema muy controvertido y siempre polémico como es la prostitución, una actividad mal vista por la sociedad en todas las culturas y castigado por el aislamiento social, incluso por la familia. Las historias personales del film de las prostitutas son de lo más variopinta, y cada una tiene sus razones moralmente aceptables o no para estar en ese mundo considerado socialmente como vergonzoso. Pero lo cierto es que todas ellas están allí por voluntad propia ¿Por qué su libertad tiene que ser frenada por la moral de los demás? ¿Por qué el país intenta prohibir esa actividad y no ayuda a esas mujeres para que no tengan que vender su cuerpo? ¿Por qué una persona que quiere vender su cuerpo no ha de poder hacerlo? Problema que lleva sin resolverse desde siempre y que no lleva camino de hacerlo pronto.
Gran película

Película más que interesante de Bergman. Carente de ritmo, con más teatro que cine, pero con un final sorprendente. Sorprendente porque creo que la conversación que tienen dos de los personajes al final de la película es la más interesante de todo el film.
Dudo cual será la auténtica interpretación de esta película, y dudo del mensaje que quiso dar Bergman al dirigirla, pero la conclusión que saco yo es que cada personaje busca su dios particular, o huye del mismo cuando lo encuentra porque ve que se tiene que enfrentar a él, que es un poco lo que le pasa a Karin con su esquizofrenia.
Muy buena fotografía.