Haz click aquí para copiar la URL
España España · Málaga
Críticas de Kaori
Críticas 2.113
Críticas ordenadas por utilidad
3
12 de octubre de 2012
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
No veas esta película bajo ningún concepto. Verdaderamente sus creadores se pusieron a jugar con la muerte, pero en este caso con la muerte del mítico y asombroso Bruce Lee, que en paz descanse. Me lo imagino riéndose allá en el éter celestial, mirando lo que hacía su imitador en una película que él, de un impetuoso manotazo, hubiera rechazado.

También digo que vaya papelón tenía el pobre de Tai Chung Kim al tener que interpretar a Lee, inimitable desde todos los puntos de vista. Bruce Lee era más que un rostro y unos movimientos característicos; era la perfección hecha artes marciales, energía pura, carisma inigualable, grandilocuencia, pasión, mucha pasión pegada a los músculos y al alma. Y talento, ese talento que te deja mudo frente a la pantalla. Porque yo me quedo sin palabras ante Bruce Lee.

Así, en los apenas once minutos en los que aparece al final de la película, cuando ya una se encuentra entre las lágrimas y la desesperación por el timo que supone «Jugando con la muerte», se hace el silencio ante su traje amarillo y su mirada de soslayo. Sale Bruce Lee a escena y contenemos el aliento. Once minutos estratosféricos, once minutos que son oro puro, once minutos para la eternidad. Once minutos que se nos escapan de entre los dedos y que deseamos que duren, y no acaben nunca.

Pero terminan, y con ellos termina Bruce Lee en el Cine, y nos quedamos meditabundos, tristes incluso, pensando en la vida brillante y efímera de algunos genios. Bruce Lee vivió y murió pronto. Pero, a cambio, se hizo inmortal.

Y aquí sigue, entre nosotros.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
16 de abril de 2011
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravillosa película, poco conocida, casi relegada al olvido por motivos que nunca lograré entender. Lo tiene todo y de forma perfecta. Una lección de cine y de vida.

Magistrales tanto Susan Sarandon (soberbia, de 10, de Oscar) y Nick Nolte. El pequeño Zack O'Malley no se queda atrás y nos regala, tanto sano como enfermo, un personaje que trasciende la pantalla y nos encoge el corazón. Destaco el principio de la película, donde se muestra su vida en las Comores. ¿Por qué recordaré toda la vida ese "Wich hand" y ese plano de la playa mientras hacen volar las cometas? No lo sé; tiene magia, tiene alma. El arte de hacer cine.

Porque es que la película es redonda, de principio a fin, con un tono sobrio, tenso y, al mismo tiempo, cargado de emociones y sentimientos de los que calan y transmiten. Nada de cursilerías baratas, de lágrima fácil (aunque se llora, y mucho), de patetismo evidente; es la emoción del amor incondicional, de las palabras que consuelan, del sacrificio, de la voluntad e, incluso, de la religisiodad en el más amplio sentido de la palabra.

El director está de premio. Escenas cortas, pero intensas; silencios que lo dicen todo; apoteósis dramática de los personajes, con unos actores a los que deja actuar; una combinación sublime de la imagen y la música; diálogos que estremecen y reflexiones e ideas que van a lo más profundo del ser humano.

En serio, no os la perdáis. Recomendable a todos, porque esto es CINE, cine de verdad, del bueno, del que no caduca y perdura.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
20 de agosto de 2022
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mira que he visto adaptaciones mediocres de «Persuasión», pero comprenderéis enseguida que esta nueva versión de Netflix es la peor. Claro, hay que «adaptar a los nuevos tiempos» y «modernizar», supongo que para evitar acusaciones de machismo, racismo, fascismo y un largo etcétera.

Primero, la pareja protagonista es un desastre. Anne Elliot parece salida de «Sexo en Nueva York», os lo prometo. Esta protagonista es una copia de otras tantas heroínas modernas: ridícula, medio payasa, poco dignificada; eso a pesar de que sin duda apuestan por un personaje cool, lo cual consigue a medias. Sin embargo, le puede la modernidad, así que tiene que aparecer como una borracha a quien se le cae el vino encima, llama a voces a su enamorado y queda mal delante de la gente en los momentos más cruciales; la escena de la mermelada se encuentra tan desubicada, que da mucha pena. Cosmo Jarvis está espantoso en el papel y para el papel, su Wentworth es lamentable y poco se habla de ello; cuando en su primera aparición comenta que se ha hecho rico, dan ganas de borrarlo del mapa. Un personaje vacío, con nula psicología y vida interior, y desde luego con el atractivo de una piedra en el camino.

La historia tiene un tono inadecuado por completo, con risitas y mucho sarcasmo mientras suponemos, y nos dice Dakota Johnson muy coqueta, que sufre por amor. ¿Perdona? No se te nota nada de nada, ¿eh? El romance es aleatorio, con nula credibilidad, expuesto sin ninguna sutileza y vacío de cualquier sentimiento auténtico. No es por hacer comparaciones, pero cuesta tanto no tomar como referencia el desarrollo sutilísimo y lleno de tensión que escribe Jane Austen. Aquí después de nueve años se vuelven a encontrar y se ponen a hablar para aclarar las cosas entre ellos. «Lo estoy intentando, ¿vale?», le llega a decir Anne a Wetworth. ¿Perdona? Esto es en plan vamos a quedar como amigos y te sigo en Instagram, tío. Es que no puedo soportarlo, así de claro. Las historias de amor actuales fallan porque el amor tampoco es moderno.

Lo que sí es moderno es incluir todas las razas en la Inglaterra de 1817. Como hay que «adaptar a los nuevos tiempos», pasamos de los tiempos antiguos, muy carcas e incorrectos, y por narices creamos un mundo alternativo multirracial que, por otra parte, también es falso en la actualidad. Si veo una historia de época, quiero ver una historia de época, señores creadores. Es que es un cachondeo encontrarse con un primo malayo en una familia de blancos anglosajones decimonónicos...

Esto de las razas no es anecdótico, sino que va a unido a todo a lo demás, a todo lo moderno, y por eso hay que rechazarlo en bloque. Fracaso como película y basura como adaptación de Jane Austen.

Dejad de intentarlo, por favor.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
14 de octubre de 2012
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que romántico que es este Robin Hood. Recuerdo que, en su momento, no me perdía el videoclip de Bryan Adams cantando «(Everything I Do) I Do It For You», rodeado de hojarasca en un bosque presumiblemente inglés e intercalando imágenes de la película. La canción es una maravilla, perfecta sintonía para acompañar a nuestro héroe.

Robin Hood tiene, ahora lo sé, el rostro del gran Kevin Costner, realmente atractivo por ese yo qué sé que qué sé yo que transmite este hombre. Puede que sea la mezcla de recia masculinidad y serena mirada. Ojos azules que miran fijos, muchos dirán que inexpresivos, pero yo digo que no se ha vuelto a repetir ni a igualar ese rostro concentrado, inteligente, poderoso, tirando la flecha con su enorme arco. De verdad, todo él estremece.

Acompañan a Costner un impecable Morgan Freeman con un personaje verdaderamente grande, que aporta exotismo, sentido común y momentos muy divertidos; y un inconmensurable Alan Rickman, haciendo de archienemigo en el papel del Sheriff de Nottingham, auténtico hito en la historia de los villanos de cine. Qué queréis que os diga, pero Rickman está genial en su elegante histrionismo, en sus réplicas de niño malcriado (coincido plenamente: ¿por qué una cuchara?) y con esa crueldad que, aun viendo las pruebas, se hace difícil de creer por lo tontorrón que se muestra a veces. Antológico, por ejemplo, el momento boda.

Entretenidísima y dinámica, con un sentido de la aventura heroico y respetuoso, donde el héroe se hace aún más héroe por el camino, el bien siempre triunfa, el amor te enamora y la leyenda se engrandece. Imprescindible.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
30 de septiembre de 2011
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante una aclaración: si os gusta la novela «Orgullo y Prejuicio» es muy posible que no os guste esta adaptación. Aunque mantiene el esquema básico del libro, ofrece una nueva visión del clásico de la literatura: recorta pasajes, transforma situaciones y lo que Austen concibió como historia de amor, Robert Z. Leonard convierte en comedia con un trasfondo de romance. En mi opinión, todo un acierto.

Así, «Más fuerte que el orgullo» resulta ser una película muy entretenida, con un ritmo constante y sin apenas concesiones a la pasión amorosa; el amor aquí es divertido, es ameno, es ingenioso y se desarrolla sin grandes dramas a través de diálogos inteligentes. Acompañando a la pareja protagonista, encontramos además a un plantel de personajes secundarios hechos por y para cargar a la historia de mayores dosis de humor, lo que por supuesto consigue.

Porque la gran baza de la película es sin duda el humor. Inteligente, irónico, ácido y sarcástico; un humor elegante, de ese que no necesita ni palabrotas, ni burradas de toda clase ni elementos escatalógicos para provocar la risa. Como telón de fondo, la alta sociedad, con sus manías, sus costumbres y sus anhelos, vistos con condescendencia pero con mucho sentido del humor.

Y si encima el señor Darcy es nada más y nada menos que el señor Laurence Olivier, no se puede pedir más. Todo un lujo y todo un actorazo que domina la escena como muy pocos. Un señor Darcy, por cierto, mucho más seductor, más simpático y menos orgulloso de lo que estamos acostumbrados.

En definitiva, un buen ejemplo de cómo hacer cine clásico con estilo y una muy buena opción para pasar una tarde agradable. Yo personalmente, me lo pasé genial.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow