A pesar de que era una película que no llamaba para nada mi atención y que era «carne de cañón» para hacer una crítica destructiva, me encuentro con que ‘Me he hecho viral’ es una película diferente a la idea que me había hecho y que busca ser una película mucho más interesante de lo que aparenta su desastroso tráiler pero que, al final, termina desinflándose a pesar de los esfuerzos.

Porque contra todo pronóstico, esta película no sigue las tendencias actuales de las comedias españolas, con humor casposo y gags rancios. Resulta que ‘Me he hecho viral’ se esfuerza mínimamente en que lo que veas en pantalla te parezca real y hay una «mínima» sensación de «oye, que esto me puede pasar a mi». Entre otras cosas porque Blanca Suárez me parece una gran actriz y, aunque no está ante el papel de su vida, intenta resultar lo más creíble posible.

Además la película tiene una baza enorme por jugar: Miguel Rellán. Amigos, Miguel juega aquí en una liga superior, está tres o cuatro niveles por encima de toda la película y es un canto a que los directores españoles sigan dándole papeles porque aquí, está que se sale.

¿Qué sucede entonces? Que aunque la película intenta no caer en el humor rancio y construir sus personajes, se olvida precisamente de que tiene que ser divertida y sus golpes o chistes no funcionan nunca. Vamos, que la película se olvida de que, en el fondo, es una comedia, para terminar volviéndose una película pues bastante sosita y fría que, como digo, no salvan por mucho que se esfuercen ni su actriz principal ni el bueno de Rellán.

Aunque no me haya terminado de convencer, es curioso que os aconseje verla, por ver si tenéis la misma opinión que yo y porque las cosas que hacen bien valgan la pena… aunque no termine de funcionar.

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Hay veces en las que se nota que Netflix juega con fuego de forma muy innecesaria y esta película es un ejemplo claro. Un film de suspense, con un reparto que está lleno de caras conocidas y que, a su vez, es la adaptación de una novela que no conozco. Todo parece ir en orden hasta que vas desmigajando poco a poco la cinta, la trama, lo que sucede… para darte cuenta de que en realidad no ha pasado nada.

La película arranca con un cierto halo de ficción que promete tornar en terror o, algo así como home invasion. Una familia que debe hacer frente a una inconcebible amenaza mientras sucede algo extraño en mundo tal como lo conocemos. Ellos, que buscaban unas lujosas vacaciones en una zona apartada ven como dos extraños ocupan la casa y una extraña sucesión de acontecimientos les obligará a dar lo mejor y peor de si mismos.

A partir de aquí y sin querer desvelar nada de lo que sucede, da la impresión de que la película va desaprovechando momentos por el camino para intentar encontrar su identidad…. y el caso es que no lo hace nunca.

Es de estas películas que disponen de todos los elementos pero que nunca saben como aprovecharlos y me voy, sin ir más lejos, al hecho de tener a Kevin Bacon en el reparto y desaprovecharlo tantísimo. Que sí, que la banda sonora no está mal y en algunos momentos tengo cierta tensión, pero cuando todas las piezas del puzle me deben encajar, lo único que me generan son más preguntas que creo que no se han respondido.

Aquí se han hecho las cosas mal, si no, no me lo explico. Quiere ser un capítulo de ‘Black Mirror’ pero no llega, quiere ser una película desconcertante del maestro Shyamalan pero está a años luz… no, no me convence.

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Cuando se anunció ‘The Creator’ la encontraba diversos factores por los que no terminaba de llamarme la atención. De esas películas que dices «cuando salga en la televisión» ya si eso la doy una oportunidad, porque no está la cosa como para ir derrochando dinero de fin de semana en fin de semana. Una vez vista he llegado a la conclusión de que hice bien quedándome en casa el día de su estreno.

En ‘The Creator’ se juntan demasiadas cosas que no me gustan como para que la originalidad del argumento aflore en algún momento y me cautive. Empiezo por su director, Gareth Edwards, que saltó a la fama por la gran currada que se metió en la película ‘Monsters’ y, a partir de ahí, ha encadenado decepción con decepción. Me sorprende que este hombre maneje los presupuestos que maneja si no ha sido capaz de lograr un gran pelotazo.

Desde aquel ‘Godzilla’ mofletudo a la sosa misión espacial con Darth Vader de por medio (porque sí, ‘Rogue One’ solo vale la pena cuando aparece Vader). Edwards está a lo suyo, a generar impacto con algún efecto especial currado y, ojito, que aquí la película es de notable alto, pero en la era de lo digital tampoco logra dejarme con la boca abierta en ningún momento.

El otro punto en contra grande que encuentro en ‘The Creator’ es la confirmadísima falta de carisma del hijo de Denzel Washington. Lo que su padre logra, tras años de experiencia, con una sola mirada, John David es incapaz por mucho que se esfuerce. Es un héroe aburrido, el actor más anti-carismático del mundo y me sorprende que siga siendo el cabeza de cartel de las producciones de Hollywood.

Así, ‘The Creator’ se convierte en una película insulsa, fría, cuyo visionado se pone cuesta arriba por momentos.

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Si te metes al cine a ver ‘Napoleón’ puedes salir muy decepcionado. Si en tu cabeza se ha montado la película de que es un calco de su vida y obra estás muy equivocado. Si es así, mejor quédate en casa porque la nueva película de Ridley Scott se pasa por el arco del triunfo la historia, de hecho, es casi lo que menos le importa al realizador inglés. No llega al extremo de Tarantino con ‘Malditos bastardos’, pero porque tampoco es ese tipo de película.

Ridley Scott ha preparado una disección del personaje desde otra perspectiva, fijándose esencialmente en las dos grandes obsesiones del emperador galo: Josefina y la victoria. Parafraseando a Gareth Bale me atrevería a decir que es, además, en ese orden.

Subidos al caballo de un contenido Joaquin Phoenix como protagonista, viajamos para conquistar el mundo y, en ocasiones, acompañarle en su soledad. A pesar de la personalidad que era, es curioso como la película se centra en el vacío que siente y cómo intenta lidiar con él bien sea mediante una relación o con un soñado hijo varón. Así, cobra especial interés la estrecha relación con su mujer, a pesar de la «fama» que se gastaba Josefina (Vanessa Kirby, que es lo mejor de la película). Es curioso como, en la preparación de las batallas, nos interesa más qué tiene que contarle a cómo logró algunas de sus victorias más sonadas.

Esta es la forma que ha encontrado Scott de condensar o simplificar tantos años de historia en dos horas y media de metraje, logrando que la película sea llevadera y bastante entretenida. Ojo, también me atrevería a decir que este metraje ha sido «cortado» pues hay ciertas escenas que acaban de forma abrupta, lo que huele a montaje del director de cara al posible formato físico. Recordemos que no es la primera vez que le sucede al director.

Las escenas de batalla vuelven a ser marca de la casa del realizador de ‘Gladiator’ o ‘El reino de los cielos’ y no hay ni una pega que poner ahí, amenizadas con una excelente banda sonora Martin Phipps. Vamos, que me ha convencido.

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No las tenía todas ‘Nyad’ para enamorarme. El tráiler no me había llamado la atención parecía haber pasado de puntillas entre los «sonados» estrenos de Netflix en su semana pero había algo que me llamaba mucho la atención: Si estaban en esto Jodie Foster y Annette Bening igual merecía la pena.

Así ha sido. No es la película de mi vida y, la verdad, tampoco creo que la de una segunda oportunidad, pero es uno de esos films de superación personal que si consiguen engancharte te verás emocionado durante las dos horas de metraje gracias, sin duda, a la magnífica labor que desempeñan sus dos actrices principales.

Bening da vida a la cabezota nadadora dispuesta a atravesar nadando los 180 kilómetros que separan la costa de Cuba mientras su mejor amiga y ex-entrenadora vuelve a ayudarla por última vez recordándola, por activa y por pasiva, que ya tiene sesenta años y que, igual, suena un poco a locura.

Me queda claro que las dos formaron un tándem que funcionó de principio a fin y que, si no es por la una o por la otra, esto no hubiera salido bien (amén de otros implicados). Pues exactamente esa misma idea se traslada a la pantalla cuando vemos a las dos actrices inmersas en sus respectivos papeles y jugándose el cuello en los distintos intentos.

Descubrirás que ‘Nyad’ no está mal si te dejas llevar por la historia. Además, sirve para reivindicar a dos estupendas actrices. Con eso me vale.

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