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Críticas de Seldon
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Críticas 245
Críticas ordenadas por utilidad
5
21 de septiembre de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante los 80, cuando Steven Spielberg se hizo tremendamente conocido y taquillero, empezó a prestar su nombre a películas bajo la forma de “Steven Spielberg presenta...” o “Executive producer”. Películas calidad muy variable: algunas bastante buenas, otras más bien malas, pero ninguna con realmente “de Spielberg”.

Con esto del auge de las series de TV el hombre también se ha apuntado al carro, y parece que se ha centrado en la ciencia ficción... con resultados bastante discutibles (siendo generosos) por el momento.

Lo intentó con Falling Skies, y más que una serie de ciencia ficción le salió una serie de acción disfrazada de ciencia ficción que usaba realmente para exaltar los valores patrióticos y familiares (nada que objetar), pero que tenía como problemas fundamentales la escasa verosimilitud y sobre todo grandes cantidades de aburrimiento.

Ahora lo vuelve a intentar, también en el campo de la CF, con Extant, y el resultado también dista bastante de ser “redondo”.

El caso es que la premisa de la que parte la serie es buena: estamos en un futuro indeterminado, pero por lo que podemos ver, relativamente cercano: la robótica, la biónica y la inteligencia artificial está avanzando, aunque los robots no estén extendidos en el ámbito domestico. Es normal la presencia de astronautas en el espacio, aunque no haya viajes espaciales a otros planetas,... y cosas así. Básicamente notamos que estamos en el futuro porque la tecnología “doméstica” (teléfonos, coches, ordenadores integrados en electrodomésticos,...) es un poco más avanzada que la que tenemos hoy en día.

La protagonista, Molly Woods (interpretada por Halle Berry, uno de los atractivos de la serie) es una astronauta que ha pasado el último año en solitario en una estación espacial, y regresa a casa para estar con su familia. El problema es que cuando pasa un chequeo médico, le detectan un embarazo en sus primeras semanas... Y claro, ella ha pasado en solitario en el espacio prácticamente el último año.

Este es el punto de arranque... bastante interesante, creo, porque da pie a resolver el misterio de qué pasó exactamente allí arriba. Sobre todo cuando empezamos a enterarnos, mediante flasbacks que otro astronauta, de una misión anterior, acabó suicidándose, o que Molly “vió” a su primer marido estando en la estación espacial, pese a que su primer marido murió, años atrás, en un accidente de tráfico.

Así que esta parte del argumento pronto se aparta de la ciencia ficción y empieza a acercarse a un thriller, con conspiraciones, medias verdades, intereses ocultos, etc.

Por otro lado, hay una parte de la serie que tiene ciertas similitudes con I.A., la película de Spielberg: Molly está casada con un científico que se dedica a la inteligencia artificial y a la robótica. De hecho lo que vemos en los primeros episodios de la serie es la reunión familiar de Molly con su marido John, y sobre todo con su hijo pequeño Ethan, al que lleva sin ver un año.

Pero Ethan, el hijo de la pareja, no es humano. Ethan es un “humánico”, un androide, con aspecto totalmente humano (de niño). Una especie de prototipo creado por John como parte del proyecto de fabricar humánicos, aunando la tecnología biónica, muy avanzada (por ejemplo en el tema de las prótesis y los miembros artificiales) con la inteligencia artificial.

Así que por un lado tenemos el tema de la vida extraterrestre, cosa que ya apuntan el título de la serie (Extant significa algo así como Existente) y la cabecera (el título se forma a partir de otra palabra: Extint, transformándose de extinto a existente). Y por otro tenemos el tema de la inteligencia artificial y los androides.

Lo cierto que ambos temas nunca acaban de casar muy bien del todo, aunque las historia vaya entrelazándolos. La historia de Ethan en el fondo es parecida a la de I.A.: un niño robot y los problemas que puede crear en el seno de una familia y las reticencias de la sociedad. Aquí si se ve la mono de Spielberg: el tema de la familia es siempre uno de sus favoritos.

Por otro lado, la historia “del espacio” en el fondo, como ya dije, es más bien un thriller. Aunque también la otra acaba derivando hacia el thriller, de la mano del misterioso benefactor que está detrás de la empresa que financia a John en su proyecto.

No esperéis una serie de acción, ni grandes despliegues de efectos especiales. Las escenas espaciales son escasas y más bien correctitas: da la impresión de que han querido hacer une low cost y no gastar demasiado en este tipo de efectos especiales.

El principal pero que le pongo a la serie es que la historia no da para tanto. 13 episodios creo que son demasiados para contar esta historia, y siempre me da un poco la sensación de que está estirada un poco artificialmente, para rellenar minutos, lo que hace que el ritmo se resienta, aunque intenten lo contrario.

No es que sea tan mala como Falling Skies, pero no acaba de llegar; y aunque puede que incluir el nombre de Spielberg en los créditos se garantice audiencia y espectadores (al menos al principio), desde luego no basta para garantizar la calidad de una serie.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2015/09/extant-no-basta-con-poner-el-nombre-de.html
Seldon
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9
21 de julio de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pixar siempre se ha caracterizado no sólo por hacer películas técnicamente impecables (de hecho más que impecables, han abierto camino en la animación y otros les van siguiendo), sino además por hacer buenas películas (algunas veces muy muy buenas).´

Pero sobre todo el mérito que creo que diferencia a Pixar se las demás creo que es que no sólo sabe hacer una buena película para niños, sino que es capaz de que esa misma película interese a los adultos más allá de por el mero hecho de que tengan que verla porque tienen hijos sobrinos y demás público infantil al que acompañar.

Con Inside Out (Del revés) esto lo han llevado casi a su máxima expresión.

Normalmente en sus películas Pixar, entre el humor y los gags más dirigidos al público infantil, metía alguna idea o algún trasfondo que los niños probablemente no pillaran pero que era el gancho para un público más adulto (el prólogo de Up, la escena de cómo el crítico culinario evoca su niñez en Ratatouille, toda la primera parte -sin diálogos, casi cine mudo- de Wall-E,...).

En Inside Out creo que en eso se han superado ampliamente. Rodeada de gags de humor físico que garantizan la comicidad, y de las emociones y buenas intenciones que toda película infantil se supone que debe tener, se deslizan y tratan temas mucho más profundos en la historia: cómo se desarrolla la personalidad, los recuerdos, como va evolucionando la mente de las personas, el pensamiento abstracto, el subconsciente, la imaginación,…

De hecho creo que probablemente sea la película de Pixar en la que más cosas “se pierdan” y “no pillen” los niños, precisamente el público al que se supone que va dirigido. Escenas como aquella en la que se explica cómo se forma el razonamiento abstracto, o cómo poco a poco desaparecen los amigos imaginarios de los niños.

La verdad es que la película demuestra una imaginación, un talento, un humor y una inteligencia que casi nunca se ve en el cine “infantil” (un ejemplo: en una escena, se ve como el “tren del pensamiento” transporta cajas etiquetadas como “opiniones” y otras etiquetadas como “hechos”, que accidentalmente se rompen y se mezclan entre si, y uno de los personajes dice “sí, no te preocupes, pasa continuamente”).

La premisa de la historia la conoceréis seguramente a nada que hayáis visto alguno de los trailers:
Dentro de la cabeza de cada uno (y de la protagonista en particular) hay una serie de personajillos, cada uno de los cuales representa una emoción: alegría, tristeza, miedo, ira, asco) y todos juntos son los que gobiernan el comportamiento, la personalidad y la forma de actuar de las personas.

Es cierto que la idea de la que parte no es totalmente original: a principios de los 90 había una serie llamada La Cabeza de Herman en la que la premisa era la misma: dentro de la cabeza del protagonista había una serie de emociones primarias representadas también por unos personajes/prototipo: Genio, el intelectual que representaba la lógica y la razón, Angel, una chica que representaba la sensibilidad y la parte tierna de Herman, Animal, un universitario salido que representaba la lujuria y la pereza, y el apocado Cobarde, que representaba la inseguridad y la timidez.

Pero Pixar lleva la idea mucho más allá de las situaciones humoristas que en la serie se producían fura (en la vida real) por los enfrentamientos que había entre ellos dentro (en la cabeza de Herman), y desarrolla una historia mucho más complicada sobre como va formándose y evolucionando la personalidad.

La trama es muy ágil, divertida, emocional cunado tiene que serlo, apabullante y llena de acción, fantasía y creatividad. Una película mayúscula, y no sólo como cine dirigido al público infantil. Lo mejor que ha hecho Pixar desde Up (después de algunas películas menores como Brave y de segundas partes y hasta terceras partes que –sin estar mal- estaban muy lejos de las grandes películas de estos tipos). No en vano el director principal (Pete Docter) es el mismo que el de Monstruos (una de las más innovadoras de Pixar por los temas que trataba) y la propia Up.

En resumen, una auténtica genialidad que poco o nada tiene que envidiarle a las más grandes de Pixar, aunque probablemente –por lo que decía al principio- quizás no tenga tanto éxito como aquellas o no guste tanto al público de Pixar (adulto o infantil) que está más acostumbrado a historias de animación más facilotas, simples y sin tantas sutilezas.


Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2015/07/inside-out-lo-mejor-de-pixar-desde-hace.html
Seldon
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8
2 de mayo de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si quieres hacer una película de ciencia ficción y no tienes presupuesto tienes dos opciones: una es intentar hacerla de todas formas rodando todo lo que tenías pensado rodar, pero con efectos especiales cutres. Lo mejor que te puede pasar es que te salga algo que de tan naif acabe siendo resultón. Lo peor que te salga algo que de risible resulte ridículo.

La otra posibilidad es centrarte en el guión. Tener una buena idea, que no cueste mucho rodar, y que te salga una película buena, bonita y barata. Este es el caso de Coherence: un buen ejemplo de ciencia ficción low cost.

Casi os diría que mientras menos sepáis del argumento de esta película, mejor. Básicamente es la historia de una cena de un grupo de amigos en la casa –apartada y en el extrarradio- de uno de los matrimonios que componen el grupito. Toda la película está rodada en la casa, salvo algunas pequeñas escenas en el exterior de la misma que ocurren durante la noche en que se desarrolla la película. Por eso resulta tan barata. Pero eso sí, tienes que tener un guión que te aguante la película durante hora y media.

Y esta lo tiene, y muy brillante de hecho. Un guión en que se mezcla la física cuántica explicada para legos (para dummies) con un thriller psicológico, el gato de Schöringer con esa barritas luminiscentes que se usan para las emergencias. No es que aquí te vayan a dar una clase de física teórica, ni tampoco que sea la primera vez que en una película deslizan cuatro conceptos de mecánica cuántica o de relatividad general, pero normalmente es la excusa para contarte una historia de aventuras sobre universos paralelos. Aquí más bien es el meollo de la cuestión.

Después de la cena, hay un apagón, sin embargo observan que una casa vecina, apartada pero no demasiado lejana, si que tiene luz. Así que un par de amigos del grupo deciden ir hasta allí. Mientras tanto, alguien golpea las puertas y ventanas, aunque no se dejan ver por los que permanecen dentro de la casa. Cuando los dos que han ido de expedición regresan están muy nerviosos, uno de ellos tiene un corte en la ceja y traen con ellos una caja, que estaba en la otra casa. en la que hay fotos de ellos mismos.

Con estos ingredientes podría haberte salido una película de terror magnífica, pero probablemente se quedaría en la forma (en como está contada) ofreciendo alguna explicación pobre para el fondo (¿quiénes son los de la otra casa, qué quieren?). Aquí no, aquí el thriller se mezcla con la ciencia ficción, y te ofrece una explicación y un porqué. Bueno, claro está también está la excusa argumental que desencadena toda la historia: el tema del paso del cometa que puede provocar fenómenos extraños. Pero esto es solo eso: un pretexto argumental (creo recordar que por ejemplo en La noche de los muertos vivientes, la primera y original) también usaban un cometa como para lo mismo.

La película no carece de sus fallitos, de puesta en escena sobre todo. Por ejemplo para mi gusto hay demasiado abuso de los primeros planos y de la cámara en mano. Incluso a veces se desenfocan estos primeros planos. Pero desde luego no son fallos de guión. La historia es más simple de lo que parece. Si, es cierto puede parece enrevesada, pero desde luego no es complicada de seguir. Otro punto a favor para el guionista y director (el tal James Ward Byrkit), pues es capaz de contar una historia complicada pero dejando las pistas suficientes para que el espectador la siga. No, no hay fallos de guión, si te parece que los hay es que no has comprendido algo.

En definitiva, muy buena la primera película de este tipo. Esperemos que cuando empiece a tener presupuesto para hacer las siguientes no se le vayan acabando las buenas ideas en la misma medida.


Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2015/05/coherence-fisica-cuantica-para-dummies.html
Seldon
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6
25 de marzo de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay películas que no duran tres horas... pero lamentablemente, lo parecen. Claro que, afortunadamente, también hay otras que si que duran tres horas y no lo parecen. La vida de Adele es un caso intermedio: es una película que no sólo dura tres horas (180 minutos justos), sino que también lo parece.

Y este es el principal problema de la película: que le sobre metraje, que no puedes evitar pensar que hay escenas (muchas) alargadas artificialmente y otras que simplemente sobrarían completamente.

De las tres horas que dura esta historia de amor y desamor lésbico entre dos mujeres, la primera podríamos decir que más o menos narra lo mismo que se narra en otras películas como Fucking Amal (es el referente más parecido que se me ocurre). Es decir el despertar sexual de una jovencita de instituto (Adele) y sus dudas respecto a su identidad sexual, que se despejan cuando conoce a Emma, una mujer con el pelo teñido de azul, algo mayor que ella (estudia Bellas Artes en la universidad) que la fascina y la enamora completamente.

Pero esta película no acaba donde acaba Fucking Amal, porque luego contaría lo que cualquier otra historia de amor (hetero u homosexual, eso da igual), o de desamor.

Hay muchos diálogos, y no es que sean malos: se habla de todo, de arte de filosofía,.. pero la verdad es que llega a cansar un poco cuando, aunque nos valen para conocer a los personajes y su personalidad, contribuyen mucho al metraje pero no hacen avanzar demasiado la acción. Y no es que no haya elipsis. Las hay y bastante abruptas y sin indicación (no verás ningún rótulo que diga 3 años después ni nada parecido, aunque tampoco hace demasiada falta), pues los años pasan en la historia.

Una de las cosas que más me gusta es la metáfora que se establece entre las comidas y los personajes. Adele es joven, inexperta, convencional e hija de una familia convencional... y en su casa se cena espagueti con salsa bolognesa. Emma es más madura, más culta, más sofisticada... y en su casa cena ostras zumo de limón y vino blanco. La diferencia de edad (y de experiencia) es algo que aquí se deja notar. Adele acaba trabajando como maestra de parvulario. Emma se realiza como artista: sigue su vocación y se convierte en pintora.

Por contra, echo de menos la música, la falta de banda sonora original: no es que no suene música en la película: la hay a montones, pero siempre es música ambiente, la música que suena en las discotecas o clubs, la música que suena en las fiestas. No hay una banda sonora emotiva, que subraye las escenas... supongo que es una decisión consciente del director, quizás para darle más realismo, pero desde mi punto de vista es un error.

Otra cosa que me parece desacertada es el cambio de título. Esta historia se basa en un cómic titulado El azul es un color cálido. Un juego de palabras curioso (porque el azul en pintura es un color frío) con el color del pelo de Emma, que para Adele es el color más cálido que existe, aunque irónicamente, al final acaba siendo muy frío. En el cómic se aprecia mejor: aunque el dibujo es muy monocromático, mayoritariamente en blanco y negro, hay pinceladas de color, sobre todo en azul, al principio limitándose al pelo de Emma, pero luego a sus manos, a su cuerpo.

De entre lo mejorcito de la película: la interpretación de Adele Exarchopoulos. Es la que lleva la mayor parte del peso de la historia, está casi siempre en pantalla, casi siempre en primer plano, siempre muy guapa. Y no es que Lea Sydoux esté mal en el papel de Emma, al contrario: lo hace muy bien interpretando a la parte más madura, experimentada y (misteriosa y fascinadora para Adele, desde luego) de la pareja. Pero la verdad es que prefiero a la primera.

No me extraña que la película haya resultado polémica: el consabido tema de las escenas de sexo explícito. Aquí no se trata de que haya desnudos, que los hay. Hay escenas de sexo, varias, heterosexual y lésbico; y son largas, nada de un par de minutos; y son completamente explicitas: el director no te ahorra nada, al contrario, se explaya en mostrátelo. Lo que ya me resulta más curioso es que la mayoría de las críticas (aparte de las consabidas críticas puritanas) hayan venido precisamente de mujeres, de colectivos feministas y homosexuales... quién lo iba a decir.

¿Son necesarias esas escenas? Bueno, digamos que a mi no me molestan en absoluto, incluso no me molestaría si ocuparan las tres horas del metraje, aunque entonces se trataría de otro tipo de película (es broma, a medias al menos, por si fuese necesario aclararlo). Hay que reconocer que están bien rodadas, con delicadeza y con sentido estético. Y en cualquier caso creo que es innegable que le han valido al director para generar publicidad, y polémica, para que se hable de la película, y que han contribuido a que tenga más éxito en taquilla.

En cualquier caso la película no solo es eso, no sólo son las escenas de sexo. Es una película cuanto menos interesante, entre otras cosas porque no se limita a contar el despertar sexual de Adele y acaba la historia cuando acepta su sexualidad, sino que sigue después del consabido happy ending. Si esto fuera una comedia romántica, no acabaría cuando el chico consigue a la chica y por fin se casan: cuenta lo que viene después. Lástima que el metraje excesivo le reste algo de valor, para mi gusto, a lo que podría haber sido una película notable.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2014/03/la-vida-adele-spagueti-y-ostras.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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8
7 de noviembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alfred Hitchcock ya había elegido una novela de Du Maurier para hacer su película anterior: La posada de Jamaica, la última que hizo en Inglaterra. El productor norteamericano David O. Selznick se había fijado en él, y logró que firmara un contrato de siete años, con lo que el maestro Hitchcock se mudó a Hollywood. Para su primera película americana, eligió adaptar otro libro de Daphne Du Maurier, que se había publicado un par de años antes.

Y la adaptación es perfecta, casi milimétrica.
No sabemos el nombre de la protagonista, porque la verdadera protagonista, Rebeca está omnipresente, en los diálogos o en los objetos: sus iniciales están en pañuelos, mantelería, en los objetos de escritorio, en todas partes. Curiosamente nunca vemos el aspecto que tenía Rebecca, ni una foto, ni un cuadro,... nada. Y esto también es una característica de la novela.

La adaptación llega a ser tan exacta que hay escenas y diálogos prácticamente calcados del original, por ejemplo la escena en la que tímida y apocada segunda señora de Winter rompe accidentalmente una valiosa figurita de porcelana, y, pese a ser la señora de la casa y poder hacer en teoría lo que quiera sin dar explicaciones a nadie, la esconde avergonzada para no tener que enfrentarse a la señora Danvers.

Porque este es un grandioso personaje también aquí como lo era en la novela. Idolatraba a Rebeca y aunque aparentemente es obsequiosa con su nueva señora, la desprecia y la menosprecia porque no concibe que pueda ocupar el lugar de sus señora en Manderley. Y la segunda mujer de Maxim de Winter lo sabe: con un enorme complejo de inferioridad (que ya traía de serie) cree no estar a la altura de Rebeca y piensa que todo el mundo opina lo mismo y la menosprecian por ello como hace ella misma.

Esto se ve muy bien en la escena en la que ambas se encuentran por primera vez: Danvers rígida, hierática dándole la bienvenida a la mansión al frente de una cohorte de criados perfectamente uniformados y alineados, y Joan Fontaine, tímida y encogida del brazo de su recién estrenado marido (Lawrence Olivier) con el pelo mojado y apelmazado porque les ha llovido por el camino. En el “enfrentamiento” la nueva señora de la casa se muestra tal como ella misma teme mostrarse: atemorizada y torpe. Está magníficamente bien rodado y mostrado el desprecio de Danvers con sólo un par de miradas.

Los elementos de misterio están también ahí: el espectador intuye mucho antes que la narradora que hay algún oscuro secreto con Rebeca, algo que nadie quiere contar y que sólo vamos entreviendo. Y los escenarios ayudan: Manderley es retratado como una enorme casona gótica, oscura, señorial, llena de pasillos, escaleras, puertas siempre cerradas que dan a las antiguas habitaciones de Rebeca,...

La maestría de Hitchcock no está tanto en seguir un guión que adapta milimétricamente la novela, sino en la capacidad de concentrar en imágenes, con pequeños detalles, casi insignificantes, el carácter de los personales. Por ejemplo, la señora Van Hopper es odiosa, cotilla y snob. En la novela se nos la describe siempre rodeada de bombones, o de ceniceros repletos de colillas que apaga donde le viene en gana o de pañuelitos de papel usados cuando coge la gripe. En la película en efecto la vemos casi siempre fumando, y en con un simple inserto de una imagen la vemos apagar un cigarrillo a medio fumar en un tarro de crema cosmética con pinta de ser bastante caro.

Y hay muchos detalles y metáforas de este estilo: la omnipresente inicial R aparece al final en llamas, la ambigüedad de la primera escena de Max, en la que se nos hace creer que piensa en suicidarse cuando realmente recuerda cuando tirar por ese acantilado a su mujer, o detalles añadidos (que no están en la novela) de su particular sentido del humor como el policía fanfarroneado contando sus batallitas a las puertas del juicio o las pesas de goma del disfraz de forzudo con el que se presenta el cuñado de Max al baile.
Incluso detalles con la pareja protagonista: cuando son felices en Monte Carlo se sientan juntos a comer, juntos en el coche, juntos mientras ella dibuja... cuando son infelices en Manderly se sientan separados por una mesa kilométrica y raramente se les ve juntos en las escenas, incluso cuando están en la misma habitación, no suelen estar próximos.

La película tampoco es un melodrama de los años 30, la música de violines de Franz Waxman esta presente, de fondo, casi siempre, durante toda la película, como era habitual en aquella época. Prácticamente Hitchcock no usa ninguno de los recursos que lo harían famoso, y que ya había usado antes. Es una película de encargo, y eso se nota. No tiene el estilo propio de Hitckcock y aunque es una película notable, está lejos de sus obras maestras posteriores.
Probablemente, si esta película la hubiese hecho después la hubiese impregnado más de su estilo, y le hubiese sacado punta, insinuando pero no mostrando abiertamente, a algunas cosas: por ejemplo seguro que hubiera sugerido un lesbianismo reprimido de Danvers hacia su señora.

En definitiva, el director se prostituyó, aunque se lo perdono, porque por cada película mejor que Rebeca, tiene al menos dos peores que esta.

Si quieres leer la c´ritica completa: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2013/11/rebeca-la-sombra-del-pasado-es-alargada.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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