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Críticas de Shinboneniná
Críticas 807
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
Capitalismo: Una historia de amor
Documental
Estados Unidos2009
6,8
6.636
Documental, Intervenciones de: Michael Moore
3
17 de abril de 2011
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Jordi Evolé gringo y original, el de talla XXXL, vuelve a la carga con su habitual andanada propagandista y egocéntrica, con sus interminables docudramas, sus medias verdades y su defensa a ultranza del Partido Demócrata estadounidense. F. D. Roosevelt –uno de los mayores multimillonarios de su tiempo- y el bueno de B. Obama son sus ídolos. Lo que no dice es que Truman, otro ‘demócrata’, ordenó el bombardeo atómico sobre Japón; que JFK impulsó acciones ilegales en Cuba y en muchos otros lugares del mundo; que su sucesor, el también ‘demócrata’ L. B. Johnson consintió todo tipo de tropelías en Vietnam, o que su amado PD, en tiempos de la guerra civil estadounidense, defendía abiertamente la esclavitud. Sí, eran otros tiempos, pero para todo el mundo. Por no hablar del amigo Clinton y sus compadreos con Greenspan y otros magnates de las finanzas.

Es como si aquí intentaran convencernos de que el próximo Presidente de Gobierno, sea rojo o azul, va a sacarnos del pozo. Parafraseando a un famoso populista hispano, ‘todos son la misma mierda’. Como Moore, un rico defendiendo a los pobres, despotricando contra un indecente sistema que a él le llena a espuertas los bolsillos. Incluso recurre a ¡la Iglesia católica!, con toda probabilidad la institución más corrupta de la historia. Se le olvidó preguntar al obispo de Chicago por los casos de pedofilia en las diócesis norteamericanas. Claro, la cosa iba de economía, no de entrepiernas infantiles. Porque, por supuesto, la Iglesia y las finanzas internacionales son como el agua y el aceite, ¿a que si? El caso es vender la burra, porque seguimos hablando de capitalismo, ¿no?
Shinboneniná
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3
16 de abril de 2011
4 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son, probablemente, las dos expresiones más repetidas en la película. La primera tiene un pase, habida cuenta de que se trata de una de vampiros. La otra debe de ser un rasgo de modernidad comercial. La verdad es que nunca he entendido muy bien la atracción que ejerce el mito vampírico, en sus diferentes variantes, entre un amplio sector del público. Eso de los colmillos ensangrentados, los vuelos sin motor, la inmunidad a las balas y toda esa mierda nunca me ha interesado mucho. Ni en la vertiente ‘seria-terror’, ni en la vertiente ‘coña-macarra’, como ésta de Carpenter, en la onda de ‘Abierto hasta el amanecer’. Mamporros, algo de kétchup, tacos a tutiplén, crucifijos, alguna que otra sotana, ah, se me olvidaba, y un par de buenas tetas, que no podían faltar. Sólo para acólitos.
Shinboneniná
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5
13 de abril de 2011
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Detesto a Jack Black, pero me encanta el rock’n’roll. No soporto las películas con niños en plan club Disney, jugando a ser mayores y ñoñerías de este estilo. La verdad es que la cosa tiene todos los ingredientes para provocarme un vómito, salvo por la espléndida banda sonora, quiero decir selección de canciones; rockeras, cañeras, de toda la vida.

Pero, mira por donde, al menos en versión original, Black hace el papel de su vida -un payaso patético- y, a pesar de su absurdidad, de lo previsible de cada una de las secuencias, me la he tragado sin la menor dificultad. Hasta me ha gustado. Y juro que no me he bebido ni una triste birra. Voy a echarle un ojo a la etiqueta del agua mineral…
Shinboneniná
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Fahrenheit 9/11
Documental
Estados Unidos2004
7,0
70.219
4
13 de abril de 2011
29 de 38 usuarios han encontrado esta crítica útil
Circula por la red un artículo de un tal J. C. Rodríguez que resalta el carácter manipulador de los documentales de Moore, que tilda de docuficción. El escrito tiene un tufo facha y pro Bush que tira para atrás, y algunas de las argumentaciones que esgrime para defender al ex inquilino de la Casa Blanca son, al menos, tan endebles y enrevesados como los que enarbola el orondo panfletista de Michigan. Porque Moore es un manipulador de marca mayor, de eso no tengo la menor duda. Además, siempre me acaba aburriendo, con su metraje exagerado, con su afán de protagonismo (narración, interpretación, guión, dirección…). Lo hiperbólico de su ego me revienta.

Lo que ocurre es que Fahrenheit 9/11, aún haciendo gala de indudables tergiversaciones, presenta un objetivo tan repugnante, que resulta muy difícil no empatizar con su discurso. Soy uno más de los que piensan que G.W. Bush y todos los miembros de su gabinete, desde Cheney a Rumsfeld, pasando por Ashcroft, Rice o Powell y todos los demás, deberían estar entre rejas por criminales de guerra y estafadores internacionales. Al igual que unos cuantos de sus lamentables aliados. Aunque en esto no se diferencian demasiado de lo que tenemos hoy en el poder a ambos lados de cualquiera de los océanos. Casta corrupta e inmoral que únicamente vela por los intereses de una elite y por hacerse con la especia melage, cada vez más escasa: el petróleo. Ese material que sustenta, literalmente, la civilización industrial que tantas comodidades nos ha permitido pero que las generaciones venideras van a tener muy difícil disfrutar. La primera guerra del Golfo fue la primera de la última fase de una era de energía barata y potente que ya no volverá. Las posteriores, desde el 91 hasta la actual de Libia, no son más que nuevos episodios protagonizados por hijos de puta sin escrúpulos (políticos, banqueros, industriales, propagandistas) movidos por el mismo afán, ciudadanos aborregados que se dejan llevar por el fanatismo y la ausencia del pensamiento crítico, y gentes empobrecidas a merced de las bombas y la violencia.

Por supuesto, en el primer grupo incluyo al propio Moore, porque si su alternativa al indeseable Bush es el impresentable Gore o el Partido Demócrata, tan corrupto como el Republicano y cuyos dirigentes son, al menos, tan ricos y amorales como los del Republicano, apaga y vámonos. No hay más que ver en qué han quedado las maravillosas promesas de Obama: más guerra, más Guantánamo, más especulación financiera, más sufrimiento y más desequilibrio entre ricos y pobres. Desgraciadamente, empezamos la cuesta abajo. Y sin frenos.
Shinboneniná
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7
13 de abril de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Su sólido guión, su tono casi documental y el tratamiento distante de los personajes sitúan a esta obra de Zimmermann muy por encima de la patochada revisionista protagonizada por los guaperas Gere y Willis. Las evidentes limitaciones técnicas y económicas del cine de acción/espías de aquellos años respecto a la parafernalia tecnológica e infográfica actual se solventan a base de sobriedad, pulso narrativo y nulas concesiones al efectismo vacío. No es menos cierto que se trata de una película también de tono político, pero no da la sensación de manipulación o tendenciosidad ideológica. Sin embargo, le encuentro un defecto notable: una duración a todas luces excesiva y un desenlace un tanto atropellado tras una exposición previa que marcha en ocasiones al ralentí.

Buena, pero mejorable.
Shinboneniná
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