Hermosísima historia de amor y pasión. Lo cierto es que después de verla, sólo me quedaron ganas de salir a la inmensidad del campo y dejar que las fuertes manos de un vaquero me domaran cual si yo fuera un espantapájaros que necesitara de un arreglo y de saciar mi insaciable sed de amor y locura.

Debemos dar rienda suelta a nuestros impulsos primarios, como bien nos recomienda nuestro gran amigo Ang Lee. Todos somos homosexuales en algún sentido, en otro o en todos. Espero que esta bendita película haya podido abrirle los ojos (todos los ojos) a más de uno, de dos y de tres personas, en especial fortachones y masculinos con tremenda virilidad.

Centrándonos en la película, debo decir que eran muy excitantes todas y cada una de las escenas que compartían Ledger y Gyllenhaal, en especial las previas a su primer contacto erótico donde la pasión rebosa cual si intentas vaciar la catarata del Niagara sobre un vaso de agua.

Anna Faris simplemente sobra cual Guti en la selección o en nuestro país.

Ledger, donde quiera que estés, quiero que sepas que te amo y deseo que la vida acabe conmigo pronto para acariciarte y abrazarte.

Entusiastas damas y caballos. Me dispongo a hacer una crítica especial por dos razones. En primer lugar, es mi crítica número 100 lo que me llena de placer por dentro y se exterioriza por fuera. En segundo lugar porque desde que Miguel Yordian llevó tal numero en los Toros Chicaguenses, se convirtió el 23 en mi número fetiche.

Dejémonos de parsimoniosas historias que no vienen ni van. Bueno, si van. Van a ser preludio de esta maravillosa crítica. Antes que nada, quiero contarles una anecdota tremendamente graciosa. Yo no soy muy ducho en historia. Tampoco me ducho habitualmente. La cuestión es que mi colega Mariano el trompas, un tipo peculiar cuya pared de habitación se decora de posters de Napoleón y cuya única aspiración en la vida es realizar un fistfucking con un portuleno, me comentó de lo que trataba el 23 F y por que la gente lo rememoraba. Sin embargo, su historia (que me hizo suspender con un -7 el examen de selectividad) distaba de la realidad. Me dijo que 23 F significaba que el gobierno español de Adolfito Suárzenagarez fabricó 23 Francos y pensaba poner a gobernar uno en cada comunidad autónoma y los 6 restantes para trabajar en un garito en la moncloa denominado ''El boniato murciano'' pero el experimento no salió bien porque ya había más de 23 francos (en alemania, para ser concretos).

¡¡Imaginense cual fue mi sorpresa al saber que 23 F se refería a un golpe de Tijeras al más puro estilo Muhamed Aliño!!

En resumidas cuentas, la película trata del mencionado Tijeretas que entra pegando tiros y gritando viva España (entiendo que celebrando la eurocopa del 64) al congreso donde, he aquí por lo que creo que la película debería ser de ciencia ficción, ¡había hombres trabajando! Siemrpe había pensado que ahí se reunían gente a contar chistes. Por otra parte, un tal Milans (posteriormente creó una fábrica de Gomas y dedica su vida a afeitarse las zonas bajas) quiso hacer carreras de carros (de combate) por Valencia para pedir que Kempes se retire con los ches mientras que otro tipo, que aparece en chandal, Joan Carles el number one, tiene que realizar llamadas de teléfono. Todo se resuelve porque la jornada laboral de trabajo de un español (y Pajero TEjero lo era) es de aproximadamente 13 minutos, con lo que solo le dio tiempo a pegar un tiro, tomarse un café y criticar al jefe.

La histora está excesivamente documentalizada. Parecía una clase de historia de mi profesor de pequeño el cual ganó millones por demandar a los simpsons ya que Abraham Simpsons estaba basado en él.

Gran película. En su estilo, de películas de malhechores, robos, donde los "malos" son los buenos, es una de las películas referentes ya que, sabe contar una historia ENTRETENIDA que es lo que al fin y al cabo pedimos a este tipo de películas. No pedimos un drama de echarnos a llorar, ni una reflexión de no dormir ni unas carcajadas que molesten a nuestra anciana madre de la habitación de al lado. No. Lo que pedimos es que nos mantengan en vilo, giros argumentales, buenas actuaciones y todo eso nos lo dan con creces incrementando el interés a medida que pasa la película.

Para colmo, y para gusto de los paladares más exquisitos, nos encontramos con unos actores bastante atractivos que hacen las delicias de nuestros ojos (jejeje, y de nuestra imaginación ;) ).

BRAD PITT: El hombre más guapo del mundo. Insuperable. Cada segundo que aparece en pantalla nos hace deleitarnos con su belleza, su porte, su carisma y su mirada de pícaro. Lástima que SS (Steven Soderberg) no haya decidido incluir ninguna escena de ducha, con el torso al aire, a nuestro querido Pitt... La película lo hubiera notado en su favor.

GEORGE CLOONEY: Masculinidad + Belleza + Sex appeal = G. Clooney. Un hombre hecho y derecho. De esos que te puede mandar a freir espárragos y tú apenas darte cuenta quedándote perdido en el mar de sus ojos, en sus maneras de hombre o en sus masculinas y potentes manos que siguen a sus no menos viriles brazos. Un hombre carismático donde los haya, de esos como San Miguel que a donde van: triunfan.

MATT DAMON: Borda su papel de joven novato (quién pudiera enseñarle). A pesar de estar con tantos compañeros tan bien creados (y tanto, guaauuuu (babas)) puede destacar su enorme potencial atractivo cuando aparece en pantalla. No es mala tercera opción para pasar el rato, ya me entendéis.

ANDY GARCÍA: Lo he dejado para el final por su papel de malo-malote y más que malo. Malísimo. Sin embargo, a pesar de que sea el teórico malo del film no nos queda otro remedio que señalarlo como el cuarto chico, el que nos termina de formar este increíble POKER de HOMBRES SEDUCTORES. A poca gente le queda tan bien el traje (y le marca tanto ;) )

Y no solo son atractivos... ¡¡¡También actuan bien!!!!! ¡¡No os lo perdáis, chicos!!

Os comento, esta serie es una estúpida basura que parece que ha sido idea tras un fumadón de Antrax mezclado con unos cuantos gases mostaza de estos que los estadounidensianos echaban a cascoporro a los vietnamantes allá por las guerras de dicho paraje. Paraje, por cierto, es una palabra muy bonita. Paraje, paje, paja. Ahí lo dejo. ¿A qué más de uno está pensando en que después de leer esta crítica va a masturbarse? Vaya, eso no me lo esperaba, un 42% de los lectores han decidido dejar ya la crítica para tocarse. Buena elección.

En conclusión (sí, concluyo tras una frase), esta serie es sólo para el lucimiento de Miguel Diablo Silvestre, el cual, todo hay que decirlo, está bastante bueno y se echa en falta un poco más de carne en el asador, más torsos descubiertos y, POR EL AMOR DE DIOS, queremos sexo. No queremos un besito en la mejilla tras una cita romántica. Lo que queremos es que coja el prota, tumbe a una de las costureras sobre una mesa llena de tijeras y que la embiste cual potro loco y escuchemos a gritar a la joven como si estuviera viendo una película de terror o a Rajoy en un telediario. Vamos, queremos camisetas rotas, tetas saltando y un poco de buen hardcore. Hardcore duro. Tetas. Culos. POLVOS. Para ver un par de mojigatas, siempre podré ir al monasterio a ver monjas haciendo galletas. De seguro, esta opción será más erótica que la que aquí esta absurda serie plantea.

Además, dicho sea aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (¿A qué maldito idiota se le ocurrió un refrán tan jodidamente estúpido? ¿A Jordi Hurtado? ¿A zubizarreta? ¿A las madres de Jordi Hurtado y zubizarreta cuando tuvieron una orgía con el padre de Lopetegui?), los vestuarios absurdos y las pedanterías que dicen todos los protagonistas para que esto parezca de los años 50 me hacen pensar que esto es un programa no hecho para mí sino para un hombre con unos gustos diametralmente opuestos.

Dado que a mí me gustan las tetas, culos y buenos polvos al descampado, no queda otra conclusión lógica que esto está hecho para hombres homosexuales que disfruten de unos vestidos de los años 50, de ver hombres con bigote, traje y corbata, unas mujeres hablando sobre cosas que no nos importan en absoluto y, sobre todo, ver a Miguel Ángel Silvestre tan buenorro como él sólo pero que es más Virgen que la Virgen de Mairena. Eso sí, a quien le guste esta serie, no podrá degustar del placer de ver buen sexo y un buen whiskey en la mano que no esté grabando en HD la relación sexual mantenida.

Increiblemente mala. Para quien no la haya visto, independientemente de sus creencias, le recomiendo encarecidamente que sigan sin verla. De repente, sin ton ni son, nos encontramos que con lo que prometía ser una película religiosa y ahondar en la figura de este cuestionable personaje simplemente es una sucesión de golpes, latigazos y palizas a Jesucristo todo ello grabado en un arameo que, lejos de conseguir dotar de realismo a la película, la dota de un sentido cómico al ver a actores neoyorquinos intentando entonar un acento que, ni les viene natural, ni les sale bien.

Ni para religiosos ni no-religiosos. Para nadie.

Bueno, salvo una excepción: a quien le guste el gore o las "snuff" movies.