En clave de comedia, narra el difícil amor entre un joven (James Stewart), perteneciente a una poderosa familia de banqueros, y su secretaria, miembro de una excéntrica y humilde familia en la que lo importante no es el dinero sino que cada uno haga lo que desea, buscando la felicidad. Personalmente, creo que lo peor de la película es que no profundiza en los personajes, y tiene momentos reiterativos en la trama, poniéndose espesa en ocasiones. Hay además un cierto componente de escenificación teatral en los planos. Sin embargo, no hay que olvidar que se trata de una película de 1938, y de hecho, lo más sorprendente es el planteamiento ético, que resulta totalmente vigente, sobre la búsqueda de la felicidad y las trabas y prejuicios sociales. También sorprende el surrealismo vital y sanísimo que desprende la familia humilde de la película.

Dentro del género de comedia romántica, en su sentido más comercial y hollywoodiense, probablemente esta sea la mejor y más divertida película de los últimos años. Rompe los clichés, es fresca, divertida, y solo pierde fuerza al final, por culpa de la búsqueda del happy end. Cuenta además con un reparto de lujo. Hay un par de momentos cumbre que están muy bien construidos.

Teóricamente es el cierre de la saga, y como tal una película con muchos ingredientes. Por un lado, el primer tramo de película es famoso por haber utilizado Inteligencia Artificial para rejuvenecer el rostro de Harrison Ford de la forma más perfecta posible. Por otro lado, la parte central de la película es un ejercicio de purismo respecto a las películas originales, llegando incluso a la auto parodia. Por último, un sorprendente final desde mi punto de vista demasiado forzado pero hay que reconocer que dentro de los límites de lo correcto. En este caso el objeto arqueológico de deseo es un aparato fabricado por Arquímedes que prometía "jugar" con el tiempo.

Es una peli de ficción en torno a un cazatalentos de la NBA que está muy presionado para encontrar algún diamante en bruto, y parece que lo hace. El primer detalle interesante es que muchos de los jugadores y ex jugadores que aparecen son reales, de hecho el protagonista, aparte de ser español, está activo en la NBA. El segundo detalles es que por fin vemos una película de ficción sobre la mayor competición de baloncesto del mundo planteada con cierta seriedad. Yo por lo menos no conozco otra. Y el tercer elemento es que, a pesar de los esfuerzos por culminar una buena película, tanto el excesivo uso de clichés como la poca capacidad de actuación del jugador protagonista, hacen que el resultado final sea un poco más blando de lo esperado.

Un jovencísimo Tom Hanks protagoniza esta comedia romántica atípica. Una pareja quiere vivir el sueño de una hermosa casa en las afueras de Nueva York, pero dicho intento se convierte en una pesadilla. Es cierto que no es una historia brillante, ni un guión destacable, pero esta idea del "desastre total" tiene algo que cautiva. Siempre puede pasar algo peor. Y ese es el gran cebo de la película. Han pasado muchos años pero todavía nos saca una sonrisa.