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España España · Barcelona
Críticas de Gilbert
Críticas 689
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
2
22 de enero de 2022
42 de 56 usuarios han encontrado esta crítica útil
Supongo que a estas alturas justificar que una película te parece mala es un ejercicio superfluo. Si te cuentan algo que te importa un bledo, y la forma de contarlo te hace salivar como un perro, pero de sueño, la valoración que uno hace no puede ser otra que "mala", a no ser que técnicamente también sea un despropósito y pasa a ser "muy mala". La carga de la prueba ha de estar en la valoración positiva, como con el argumento de la existencia de Dios, no hay que quitarle la razón en eso a los ateos, aunque sean unos insensatos e ignorantes, como dice San Anselmo, jojo.

Así que como es absurdo razonar mi categórico cate, voy a hablar precisamente de Dios. Concretamente de su Palabra, o sea de la Biblia. Y para darle otro cate a nuestros no siempre apreciados traductores de títulos. De España, me refiero. De otros sitios en los que hablan en español, no me meto, más que nada porque ni voy a averigüearlo.

A ver, "the power of the dog" es una de las dos traducciones al inglés que se hace del versículo 21 del Salmo 22 (21 de la Vulgata). Sí, aquel que empieza con "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" que rezaba Aquel en un madero, y con esa intención supongo que titula su película Jane Campion. La otra traducción es "the paw of the dog", o sea "la pata del perro". Ahora bien, en España en ese versículo es o "la garra del mastín", según la versión oficial actual de la Biblia de la Conferencia Episcopal Española, o como mucho "la garra del perro", según traducciones más antiguas. En la Vulgata es "manu canis", o sea "mano de perro". Incluso en catalán es "grapes del gos", igual que en castellano, vaya. No hay ningún poder perruno por ningún lado. Minipoder en todo caso.

En fin, que los que hacen los títulos en España ya directamente utilizan el Google Translator. Que me contraten.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gilbert
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4
28 de diciembre de 2021
135 de 235 usuarios han encontrado esta crítica útil
...así te gustará esta película.

La premisa hay que reconocer que es una estrategia inteligente: todo el mundo es idiota, menos nosotros los de Hollywood y tú, espectador.

Adam McKay era un director de películas "tontas" que no se tomaban en serio, ni siquiera a sí mismas. Para mí la más lograda era «Step Brothers» de 2008, con el glorioso título en España de «Hermanos por pelotas». Pero a partir de 2015 con «The Big Short», McKay empezó a tomarse en serio a sí mismo, y lo que es peor, empezó a darnos la vara con películas más largas sin necesidad.

No es que sean películas malas, están bien hechas. Pero tienen algo muy actual: nos sermonea. Evidentemente adaptándose a las homilías modernas: dando la chapa y haciendo la pelota al destinatario. Es lo que algunos llaman "capitalismo moral", que naturalmente de palabra va contra el capitalismo.

Mi madre siempre me decía que no conocía a ningún tonto que se reconociese como tal. Es más, les encanta presumir de lo contrario. La inteligencia es un don, que no virtud, muy sobrevalorado. La virtud sería la sabiduría, que no tiene del todo que ver ni con la inteligencia, ni con la cultura, ni con la educación. Pues bien, hoy en día preferimos presumir de don que buscar la virtud, que está donde siempre ha estado: en la bondad, la verdad y la belleza.

Hay algo peor que una película que te tome por tonto: una película que te tome por inteligente. Es la coartada para las películas cansinas. Y hay que reconocer que funciona. Oigan, miren, vamos a hablar claro: todos somos algo tontos e ignorantes en la mayoría de ámbitos de la vida. Ni los políticos ni los periodistas ni los famosos son más tontos que todos y cada uno de nosotros. Pero qué buen placebo es pensar eso ¿eh?

En resumen, una película idiota hecha por idiotas para nosotros los idiotas. Para pasar el rato, largo rato, vale. Fin del sermón.
Gilbert
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8
11 de abril de 2021
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas estadounidenses de la llamada «época pre-code» son las de los pocos años que transcurren entre el comienzo del cine sonoro y la aplicación real del llamado «código Hays», que aunque fue aprobado hacia 1930 no empezó a aplicarse hasta 1934. Recordemos que no es una ley de censura, sino unas normas de autocensura que adoptaron libremente las productoras. Por eso no es que hubiese una derogación hacia los años 60 como se dice, es que dejó de tener sentido al haber cada vez más productoras independientes. No había leyes, ni las hubo nunca, que prohibiesen nada. Nuestra mentalidad legalista europea a veces nos hace incomprensible cosas que ocurren ahí.

Esta película es una buena muestra de esa «época pre-code». Más que escenas o situaciones concretas estas películas, normalmente de corta duración, querían que las productoras se las autocensurasen por el enfoque que se daba, incorrectísimo.

Bien, puede que sobrevalore 'Two Seconds'. Hay tres razones para ello. La concisión que siempre agradezco, la actuación de Edward G. Robinson que es apabullante, y la mentada incorrección de la que me hago eco en la «zona spoiler» porque espolia muchísimo.
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Gilbert
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1
8 de marzo de 2021
16 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 26 de abril de 2020 la Bundeskunsthalle, el Pabellón de Arte y Exposiciones de la República Federal de Alemania, sito en su antigua capital, Bonn, se vio obligada, por motivos evidentes a causa de la pandemia del Covid-19, a suspender su exposicion de los 250 años de Beethoven inaugurada el 17 de diciembre de 2019, 249º aniversario del bautismo del compositor, de ignota data natal, y que tenía previsto concluir consecuentemente el 17 de diciembre de 2020.

En dicha exposición, titulada 'Beethoven: Mundo. Ciudadano. Música', se incluyeron la serie de grabados del pintor Francisco de Goya conocidos como 'Los desastres de la guerra'. Beethoven y Goya, que eran contemporáneos pero no coetáneos, tenían muchas cosas en común, además de la sordera. Pero no me detendré ahora en ello. Dejémoslo en que puede tener sentido asociarlos.

Goya empezó los bocetos de estos grabados en octubre de 1808, el mismo año del inicio de la guerra.

El 22 de diciembre del mismo año, en el Theater an der Wien de Viena, Beethoven estrenó, y dirigió, entre otras obras, su afamada Sinfonía n.º 5.

Bien, imaginemónos que al empezar el primer movimiento de la sinfonía, 'Allegro con brio', sale un brioso Goya al escenario mostrando sus poco alegres bocetos. Y con el segundo movimiento, 'Andante con moto', el que salta al escenario, no precisamente andando, es un chimpancé, sino encima de una moto.

Ante esta fantasmal escena, que ni un thriller asemeja, se nos pide que no nos fijemos tanto en Beethoven y su sinfonía, sino que decidamos entre Goya y el chimpancé.
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Beethoven y Goya jamás se conocieron.

La motocicleta no fue inventada hasta más de medio siglo después.
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Mi voto no es una abstención, es un rotundo no al derecho a decidir.
Gilbert
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El mundo submarino de Jacques Cousteau (Serie de TV)
SerieDocumental
Estados Unidos1966
7,5
1.956
Documental, Intervenciones de: Jacques-Yves Cousteau, Rod Serling
6
28 de enero de 2021
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vamos a ser serios, este tío nos enseñó el fondo del mar de la misma manera que Félix Rodríguez de la Fuente nos enseñó lo que había sobre la tierra.

Bien, estupenda, que si peces en los fondos marinos, corales, colorines y chimpún. Pero seamos no serios, ¿qué nos ha quedado en el recuerdo? un yayo que buceaba, y que fuera del agua siempre llevaba un gorrito de lana rojo de escalador decimonónico. Su cara era francesa a más no poder, y su nombre sonaba a inspector de panteras rosas, bonys y tigretones. Y el de su barco más que mitológico hoy suena a música caribeña o marca de relojes o helados.

Ahora bien, volvamos a ser serios. La ponían en UHF y te echabas unas siestas del copón.
Gilbert
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