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España España · Barcelona
Críticas de SCuenca
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Críticas 286
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
12 de febrero de 2015
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por alguna extraña razón, todo lo que he visto antes y después de la visualización de La Teoría del Todo me ha acabado gustando, por ende, dejándome muy satisfecho y con la sensación de haber contemplado de principio a fin una obra casi maestra. La cinta de James Marsh rebosa belleza, emotividad y buena ejecución por doquier.

Empezando por un tráiler bien realizado y encabezado por el tema musical Runaway Horses de Philip Glass del film Mishima: Una vida en cuatro capítulos (1985), el cual junto a un logrado montaje de escenas en el que no desvelan nada, hace que nos encontremos ante una más que convincente promoción previa al film para poder verla, o al menos, sentirse atraído. No suelo perder mucho el tiempo en lo que respecta a los tráilers porque en su mayoría, o bien son engañosos, o muestran más de lo que deberían. Hacía años (quizás desde aquella joya que fue El Curioso Caso de Benjamin Button en 2008) que no veía un tráiler de tan alta calidad.

Sin perder mucho más detalle en el aspecto promocional con el que consiguieron “engatusarme” y pasando al film en cuestión, The Theory of Everything no pretende ser la típica historia dramática sensiblera en la que se nos van narrando de forma evolutiva los hechos que conllevaron Stephen Hawkings a estar postrado en una silla de ruedas debido a la desgraciada enfermedad degenerativa neuromuscular llamada ELA, sino que va más allá. Nos muestra la gran inteligencia que tenía este hombre, además de sus andanzas por la Universidad hasta convertirse en el hombre que todos conocemos hoy. Pero me parece de especial importancia el papel preponderante que tiene Jane Hawking en esta historia, pues el guión está basado en sus memorias cuyo título es Traveling To Infinity: My Life With Stephen.

Mi sorpresa es grandilocuente en lo que concierne a la interpretación de Eddie Redmayne. Sabía de su existencia por Los Pilares de la Tierra y Los Miserables, pero nunca le había prestado gran atención hasta ahora. Su interpretación es merece todos los adjetivos positivos que existen y por haber porque ha conseguido algo único que nunca me ha pasado: creerme de verdad que en la película estaba el verdadero Stephen Hawking desde el minuto uno hasta el final. Creédme, lo clava en todo, tanto físicamente como interpretativamente. Y a las pruebas me remito cuando el propio Hawking llegó a emocionarse (tras ver el film previamente), llegando a dar el visto bueno a la encarnación que realiza Redmayne. Aunque parezca que es poca, una aprobación así dice mucho. El otro peso de la balanza recae en Felicity Jones, dando vida a Jane Hawking, siendo vital la visión suya, pues será quien padecerá junto al astrofísico, el doloroso proceso degenerativo que padece éste. Cargará con el peso de la familia y la absorción que conlleva cuidar de su marido, siendo hasta tal punto que acabará desbordada y sin tiempo para ella misma. La interpretación de Jones es muy buena también ya que su personaje nos ofrece el punto de vista de la dureza y el sacrificio que tuvo que pasar esta mujer, además de la fidelidad, tema que está siempre constante en la trama. Por último hacer mención a Harry Lloyd, cara conocida por haber aparecido en la serie británica Dr.Who y que en esta ocasión da vida a Brian, el mejor amigo de Hopkins. Me pareció curioso (y todo un detalle que hizo que me quitase el sombrero) que en el film de James Marsh tuviese cabida un pequeño guiño a la serie en una escena determinada.

Por último y no menos importante, la BSO, la cual magnifica la obra de Marsh. Compuesta por Jóhann Jóhannsson (Prisioneros, 2013 y Foxcatcher, 2014) logra componer unos temas intensos, llenos de melodramatísmo, tristeza y energía que a mi parecer me han recordado de modo lejano a alguna composición del francés Alexandre Desplat. Vale la pena escuchar los temas “Cambridge, 1963”, “Domestic Pressures”, “Chalkboard” (este sobre todo por su utilización soberbia del violín y el teclado. Es una pieza magnifica) y “Arrival of the Birds”. Hacer mención de que el último tema, no está compuesto por Jóhannsson, siendo el encargado de realizarle un arreglo
SCuenca
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8
9 de enero de 2015
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existe un pozo muy oscuro en el que se encuentran siempre muchos actores que no han logrado brillar todo lo que merecen, apagándose su estrella de la fama o pasando mas bien a un segundo plano, bien sea por malas decisiones a la hora de escoger según qué proyecto o bien porque no le llegan ofertas como antaño. No son pocos los nombres pero no estaría de más citar a algunos que me vienen a la mente. Actores de gran renombre en los años 90 como Alec Balwin, Kim Basinger, Ray Liotta o Val Kilmer que en la actualidad han perdido ese “status” de superestrellas cotizadas y que ahora es más bien imposible verlos en alguna de las mega producciones que se realizan en la actualidad como protagonistas. Los años pasan y la competencia también es más dura.

No obstante, hay ocasiones en las que un director de renombre decide rescatar de las profundidades a algún actor de los que andan en dicho pozo para otorgarle una segunda oportunidad en la que poder demostrar su valía como actor. Directores como Steven Soderbergh ofrecen oportunidades a actores como Scott Bakula (Quantum Leap, 1989-1993) para que brillen de nuevo en la gran pantalla aunque sea como mero secundario en un film como ¡El Soplón! En cambio, el caso de Alejandro Gonzázlez Iñárritu es distinto, ya que apuesta fuerte por Michael Keaton como actor principal de Birdman. Todo un riesgo si observamos las últimas apariciones del actor, siendo apenas perceptible en Need for Speed (Need for Speed, 2014) y en Robocop (Robocop, 2014), donde tiene otra pequeña aparición sin gran repercusión.

Birdman ofrece muchas virtudes de las que iré haciendo mención, pero quizás la más importante es la de que Michael Keaton lo borda, aprovechando esa experiencia de antaño como superhéroe y ofreciendo algo muy difícil para alguien que lleva bastantes años alejado de los focos del glamur que conocemos: una interpretación memorable.

Tras ser mundialmente conocido por haber interpretado al superhéroe Birdman en el pasado, Riggan (Michael Keaton) trata de dar un giro a su vida con su nueva obra teatral en Broadway, en la cual está muy empeñado con que acabe siendo un éxito, por lo que hará lo posible por lograr convencer a crítica y público.

Todo el elenco de Birdman convence, siendo gratas sorpresas quizás Zach Galifianakis, Andrea Riseborough (Oblivion, 2013) y Amy Ryan (The Wire, 2002-2008). El primero conocido ya de sobras por la trilogía de Resacón cambia de registro absolutamente para enfundarse en la piel Jake, productor de la obra teatral y amigo de confianza de Riggan. Riseborough aparece en escena como Laura, la mujer despechada que no hace más que causar problemas apareciendo en los momentos más inoportunos. Por último, Ryan tiene la importancia de ser esa “estabilidad” que Riggan necesita y que intenta conseguir pero que perdió por su ego y grandes excesos. También es muy grande la interpretación de Edward Norton (Cuestión de Hornor, 2008) que no se queda corto dando vida a Mike, actor de renombre capaz de llenar teatros y que será contratado en la obra como reclamo del público, ya que en lo personal y privado, es un autentico fiasco.

Si hay dos aspectos que a mí personalmente me han encantado por encima del resto, además del ya magnifico resurgimiento de Michael Keaton como grandioso actor que es, el logrado efecto plano-secuencia que se realiza durante todo el film el cual va a la par con la BSO de Antonio Sánchez. Nos encontramos ante escenas largas sin interrupción de 10 o 12 minutos en los que se pone a prueba a los actores. Tomas largas que propician que actúen con más libertad y naturalidad, confeccionando un resultado perfecto. En lo que concierne a la banda sonora, nos encontramos ante una composición constante de temas realizados únicamente con la batería consiguiendo un resultado soberbio, distinto y del que dan ganas de volver a escuchar una vez acabado el film.

Quizás lo que hace que Birdman sea una comedia negra maravillosamente interpretada y con un guión el cual va a la par, es que lo que uno disfruta no es la preparación de la obra, sino los entresijos que no se ven de cara al público, mostrándose lo que hay en los pasillos, camerinos, azoteas o salones de dentro del teatro. En donde se sacan los trapos sucios, se discuten propuestas o se toman decisiones precipitadas. La esencia de lo nuevo Gonzázlez Iñárritu de reside en los diálogos que se forman ahí.

Otro de los aspectos que magnifica a Birdman es esa otra personalidad que únicamente puede ver el propio Riggan. Una voz oscura que únicamente él puede escuchar la cual está en constante confrontación con el protagonista. Además de que el propio protagonista tiene súper poderes los cuales intenta redimir y de los cuales, tampoco nadie tiene conocimiento de ellos. Además, lo curioso es que Alejandro Gonzázlez Iñárritu nos plantea este hecho de tal forma que a uno le hace dudar sobre si realmente tiene poderes o bien son fantasías del propio protagonista.

Birdman está llena de mensajes indirectos hacia la industria del cine actual, siendo crítica con ella y con los que escriben y viven de ello. No se corta un pelo a la hora de plasmar y juzgar a los propios profesionales que escriben sobre cine o teatro, los cuales, a veces tienen una dudosa reputación, además de un grandioso ego, dedicándose a elevar o hundir una obra según su antojo, sin más. Me parece muy correcto y creo que a los que escribimos y nos dedicamos al tema, tampoco va mal que de vez en cuando se nos dé un toque de atención.
SCuenca
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7
5 de octubre de 2014
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Guest se presenta como un thriller de suspense pero es mucho más que eso. Es sin duda una de las sorpresas que ha deparado Sitges o al menos esa es mi impresión al comprobar la sintonía que se palpaba dentro.

David, un ex-combatiente, visita a la familia de un compañero suyo que falleció para explicarles lo sucedido, cayendo en gracia y logrando hospedarse un par de días. No obstante, uno de los miembros empezará a sospechar de veracidad de los hechos de David (Dan Stevens) al generarse una serie de muertes inexplicables a su alrededor.

Adam Wingard logra conseguir mediante un exquisito guión, banda sonora y reparto (Dan Stevens da la sensación de ser más un Terminator que un humano según el momento) que nos olvidemos de las pequeñas carencias que existen. Además ese aporte de humor ácido en muchos momentos del film le da ese toque necesario para no caer en la vulgaridad y convertir The Guest en una cinta excepcional.
SCuenca
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7
5 de octubre de 2014
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras lo decepcionante que fue Otra Tierra (2011) al no saber aprovechar una historia que daba para mucho más que unos diálogos algo espesos, decidí no ponerle la cruz a Mike Cahill y esperar a su siguiente film. Bien es cierto que también deposité grandes pretensiones y por ello me acabé dando con un canto en los dientes. Error aprendido, aunque no soy el único que ha cambiado.

En Orígenes nos encontramos una historia mejorada de lo que fue el anterior film, es decir, el núcleo central de ambos films sigue girando entorno a la posibilidad de encontrarse con un doble en alguna otra parte. Nuestra existencia como punto de partida, la cual se pondrá en duda de un notable modo.

La historia tiene como protagonista a Ian (Michael Pitt), un estudiante de biología que se centra en todo lo que concierne a la evolución del ojo humano. A raíz de conocer a Sofi (Astrid Bergès-Frisbey), una chica con una extraña mutación en los ojos. Años después, su iris multicolor servirá para cambiar la historia de la ciencia de un modo sorprendente a través de una teoría que será puesta en práctica.

Debo admitir que Cahill ha sabido re-formularse bien, ofreciendo un film conmovedor, sin truco en el que ha tenido el detalle de volver a contar con los dos protagonistas principales de su anterior trabajo, Brit Marling y William Mapother, aunque este último apenas hace un cameo, pero se agradece siempre su presencia para el que fuera uno de los villanos mas perturbables de la ya extinta serie Lost (2004-2010). Y sobretodo la exquisita Astrid Bergès-Frisbey a la cual pienso tener en mi lista de actrices a tener en cuenta. Su interpretación me ha parecido de lo mejor del film junto con Kashish, una niña de la que lo único que puedo decir es que daban ganas de abrazar a la chiquilla.

Si hay algo que Cahill ha querido transmitir, es que uno no puede desligarse por completo de lo espiritual por mucho que no crea. Se puede creer en la ciencia, pero siempre habrá algo que más allá del conocimiento y la experiencia humana, no podrá explicarse.

En definitiva, Orígenes le ha salido redonda a Cahill, siendo profundamente conmovedora y en donde (esta vez sí) la ciencia ficción acaba gustando.
SCuenca
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7
29 de mayo de 2014
21 de 33 usuarios han encontrado esta crítica útil
No son pocas ya las cintas que Tom Cruise ha realizado de ciencia ficción a estas alturas. A ello hay que puntualizar que desde su incursión en dicho genero, siempre ha salido victorioso, siendo en mi opinión, un hombre al que le gustan este tipo de producciones. De lo ya realizado como es Minority Report (2002), La Guerra de los Mundos (2005) y Oblivion (2013), hay que añadir al saco de éxitos Al filo del mañana.

Pese a que el punto de partida sobre cómo se produce la invasión alienígena se nos explica con poco esmero y detalle en apenas un minuto de reloj, acaba siendo lo menos importante. Sabemos que nos encontramos en un futuro no muy lejano en la que hay una invasión en la Tierra. Para poder combatir al enemigo se han creado unos súper trajes con forma de exoesqueleto que permiten que cualquier ser humano sin formación militar pueda ir al frente a combatir. Las fuerzas militares escasean, siendo llamados a la fuerza los miembros más altos del ejercito. Dicha llamada es la que recibe el Comandante William Cage (Tom Cruise), un oficial que nunca ha entrado en combate y que tras intentar persuadir la llamada para ir al frente, acaba acudiendo a la fuerza, siendo garantizada una muerte segura. Será entonces cuando por extraños motivos el Comandante Cage tenga que revivir cada mismo día una y otra vez sin poder explicárselo a nadie ni encontrar un razonamiento lógico a lo que le está sucediendo.

Tom Cruise es el cabeza de cartel dando vida al Comandante William Cage, un ser cobarde, inexperto y sin miramientos a la hora de llevarse a alguien por delante si debe salvar su pellejo. En otras palabras, es un trepa. No obstante y debido a lo que le sucede tras morir, nos encontramos con un cambio evolutivo en su personaje, el cual irá aprendiendo repetición tras repetición del mismo día (falleciendo una y otra vez), hasta dominar la faceta para la que es encomendado: combatir. El co-protagonismo de Emily Blunt fortalece aún más la cinta ya que se convertirá en la instructora de Cage, llamada Rita. No hay queja al respecto de ninguno de los dos, siendo ambos una buena pareja que combina bastante bien y lo más importante, funciona en pantalla.

Quizás lo que me revienta una vez más de este tipo de películas es que en ningún momento rompe sus cánones estereotipados, es decir, poner al protagonista como el héroe, aquel que es capaz de sacrificarlo todo para salvar a la humanidad y que se la juega con su vida hasta que consigue su meta. Eso está bien pero hasta cierto punto. Una buena alternativa hubiera sido meter al personaje de Tom Cruise en dificultades más complejas (llevarlo al espacio, sufrir alguna amputación, no lograr su objetivo, etc.) que hagan dudar al espectador o no tenerlo con esa pizca de sensación de saber cómo van a acabar las cosas. Tampoco me llegan a convencer del todo los miméticos, nombre con el que son llamados los extraterrestres, debido a que se le dan un cierto aire a los centinelas de Matrix. No obstante, la habilidad que poseen estos seres sí que me ha llegado a fascinar.

A su favor nos encontramos con una buena historia de viajes en el tiempo bien confeccionada en la que han sabido cuidar los detalles de lo que supone repetir una y otra vez el mismo día y que los pequeños errores pueden hacerte volver a empezar de nuevo una y otra vez. Es un importante soplo de aire fresco para las aún escasas cintas de viajes en el tiempo. Como superproducción hollywoodiense tiene bastantes puntos de interés que la desmarcan del resto (viajes en el tiempo, alienígenas, guerra), siendo una cinta bastante recomendable desde mi punto de vista.
SCuenca
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