Todos asociamos la cinta una imagen de Costner a lomos de caballo mientras unos soldados le disparan. Y así empieza la película, por lo que parece que se prepara el terreno para una historia bélica. Pero nada más lejos de la realidad. El relato se vuelve inesperadamente emotivo, solitario, intimista, tranquilo, pausado. Frena cuando lo necesita y arranca de nuevo en el momento adecuado. A todo ello contribuye una narración agradable, acompañada de una banda sonora excepcional que se adapta a momentos épicos, tristes o de tensión.
Sorpresa es también el propio Kevin Costner, de quien poco cabía esperar (cuánto daño hizo Waterworld…) Pero en este caso, su interpretación es digna de elogio. Se sumerge en la progresiva transformación del personaje con naturalidad, haciendo más creíble el relato. Del mismo modo se agradecen las actuaciones de los dos bandos, tanto el de los Sioux, como el de los Yankees, inevitablemente estereotipados ambos, pero con clase, dignidad y estilo. Acostumbrados a ver habitualmente a los “indios” como “tira flechas salvajes, baila hogueras y come búfalos” (Tatanka) aquí les vemos hacer todo eso, pero conociendo un poco más de su Leitmotiv y descubrimos, por si alguien no lo sabía, que las víctimas son ellos, y no los pobres blanquitos incultos e invasores.
Sorprende también como con algunas escenas simples, pero bien encontradas y planificadas, se consigue tocar la fibra del espectador, provocando sensaciones, tanto de lástima, como de tensión, triunfo y en varias ocasiones rabia. Rabia por pertenecer a una especie capaz de protagonizar escenas como la de los búfalos, los disparos a Calcetines, o el menosprecio hacia otras culturas. Tan sencilla como emotiva la de Cabello al Viento despidiéndose de Bailando con Lobos desde lo alto de la colina.
Trabajo cinematográfico redondo, de principio a fin, para quitarse el sombrero. De las Imprescindibles.

Imprescindible y Superlativo trabajo de Kurosawa, perfecto y cuidado en cada aspecto. Imposible mejorar ningún plano, ninguna composición, ningún desarrollo de la historia. Utiliza con precisión quirúrgica cada uno de los elementos a su disposición; actores, cámaras, Iluminación, etc, para hilvanar una trama policíaca exquisita capaz de mantener la tensión hasta el último minuto, al mismo tiempo que va planteando disyuntivas morales al espectador, para hacerlo pensar aun mas si cabe. Buenísima para cualquier espectador. Orgásmica para el cinéfilo empedernido.

SuperProducción Mayúscula. Grandiosa en Localizaciones, Escenarios, Extras, Vestuario, Música. En todo, hasta en metraje. Espectáculo visual arrollador que va de más a menos como la historia, real, de Pu Yi; Último Emperador de China, convertido en muñeco de trapo durante un período convulso de revoluciones y contrarrevoluciones. Pleno acierto de Bertolucci en esa progresiva bajada del ritmo, de la luz, del tono y de todo a medida que avanza la cinta, acompañando la historia del personaje. Paradójicamente, tras 164 minutos, todavía le falta tiempo para explicar más en detalle los vaivenes políticos de la época que sacudieron al Emperador y a toda China. El espectador poco puesto en historia lo agradecería ya que no es puzzle sencillo de armar.

1. Coja usted "La Roca".
2. Elimine individuos de dudosa calidad como Nicholas Cage y Ed Harris para reemplazarlos por actores de solvencia contrastada como Gregory Peck, David Niven y Anthony Quinn.
3. Sustituya la tan manida e infumable amenaza nuclear por parte del militar ofuscado de turno, por algo real, tangible y fácil de odiar como los f*cking Nazis Malparidos de la WWII, que tienen más armas letales que Mel Gibson.
4. Aderece con retos, obstáculos, peripecias y dificultades constantes pero creíbles, que nuestros valientes deberán ir superando. Y superarán. Con ingenio, valentía, sacrificio y un par de granadas bien puestas.
5. Remate la receta con tiros, explosiones y destrucción, pero en la medida justa. Todo muy equilibrado.
6. Disfrute de 150' de buen cine de aventuras.

Obra genial del Maestro Wilder que exprime todo el talento de Tony Curtis, Jack Lemmon y pq no decirlo, de Marilyn Monroe tb, que nunca sabremos si era tonta o se lo hacía, pero aquí lo borda. Enamoradiza, Ingenua, Alocada, Voluptuosa. Lo tiene todo para triunfar entre los millonarios de Florida.

La cinta es prácticamente perfecta; una comedia ágil y fluida de ritmo trepidante, con un guión acertado, fresco y divertido en todo momento y una factura técnica impecable. Imprescindible para todo amante del buen Cine y con una escena final que forma parte de la cultura popular, gracias en parte al impagable Joe E. Brown, secundario de lujo. La incluiría sin dudar en una potencial "Lista de Películas para ver antes de Morir"