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España España · Valencia
Críticas de Victoria
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Críticas 81
Críticas ordenadas por utilidad
7
3 de abril de 2009
36 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando vendes tu alma al diablo pagas un precio y es el precio que paga Lorna, personaje solidísimo, milimetrado, quirúrgicamente diseñado.

Los Dardenne realizan un tipo de cine al que podría asignársele tranquilamente el calificativo "de género", sin embargo acaban sorprendiendo, unas veces más que otras, pero siempre consiguen esa sensación de borrón y cuenta nueva y una vez más ahí está el espectador -que aunque se resista- contemplará una nueva tragedia dardeniana como si fuera la primera vez. ¡Claudico, me gusta el cine de los Dardenne! (y eso que me he resistido y reflexivamente).

De nuevo los fijos y magníficos Renier, Rongione, Olivier y una Lorna (Arta Dobroshi) perfecta.

En cada una de sus películas sus personajes se enfrentan a infernales dilemas éticos. ¿A qué se enfrenta Rosetta? ¿a qué se enfrenta Igor? ¿a qué se enfrenta Bruno? ¿a qué se enfrenta Olivier? ¿a qué se enfrenta Lorna?

En esta ocasión la nerviosa cámara se tranquilizará y sonará una arietta de Beethoven y dejándome llevar por la arietta y como me he puesto ñoña se me ocurre que: "y todo irá bien y toda clase de cosas irán bien" (T.S.Eliot).
Victoria
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6
20 de abril de 2009
27 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Haciendo un poco de historia empezaremos por el libro La araña blanca de Heinrich Harrer autor asimismo de Siete años en el Tíbet. Pues bien, La araña blanca será el libro que lea Joe Simpson en su adolescencia y que lo dejará tan hondamente impresionado que lo motivará a convertirse en escalador (recordemos también el excelente documental Tocando el vacío basado en el libro de Joe Simpson en su escalada al Siula Grande en Perú con Simon Yates). La araña blanca cuenta la historia de la trágica ascensión a la cara norte del Eiger en 1936 por los alemanes Tony Kurz, Andreas Hinterstoisser y los austriacos Willy Angerer y Edi Rainer.

Esta escalada a la cara norte del Eiger es la que nos relata Nordwand. Pero poco antes, en 2007, se haría otro magnífico documental (que recomiendo) basado en el libro de Joe Simpson La llamada del silencio. Documental muy bien dramatizado y además Simpson explica a la perfección todo el trayecto a través del cual acabas conociendo perfectamente la cara norte del Eiger, términos como: Rote Fluh, primer y segundo nevero, vivac de la muerte, travesía Hinterstoisser te hacen entender las partes de la cara norte y sus dificultades y que son el recorrido que seguirían estos 4 escaladores tan trágicamente.

Hago esta introducción porque ví primero La llamada del silencio y posteriormente Norwand y tuve que establecer comparaciones. Si bien Norwand es una película y por eso se puede permitir licencias dramáticas (como incluir al personaje de Luise por ejemplo que nada importa a la historia) y alterar los hechos ya que está "basada en hechos reales" lo que no quiere decir que los siga al pie de la letra y sin embargo me impactó más (muchísimo más) el documental que la película.

El contexto político en pleno Tercer Reich y deportivo Olimpiadas y la última cara norte por escalar de los Alpes: El ogro. Empezando por dos cordadas: la austriaca y la alemana, acabaría siendo una sola cordada germano-austriaca. La película hace una conexión del contexto político y deportivo a través de Ulrich Tukur; esta sería la primera parte del metraje y la segunda se centra en la épica ascensión y descenso a ese Eiger convertido por el escalador, como tantas cumbres, en una obsesión que viene de la mano del animismo que creamos para dar vida (simbólica) a lo que no la tiene pero sí poder, en realidad una forma más de comprensión de la existencia. (Sigo en spoiler que me quedé sin espacio)-->
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Victoria
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El honor de las Injurias
Documental
España2007
7,0
322
Documental
8
11 de octubre de 2008
21 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífico documental en el que a través del personaje que representa a Felipe Sandoval se nos revela la trastienda más repulsiva de las organizaciones políticas y sindicales desde el final de la monarquía al golpe de Estado de Franco. Bien documentado y servido al espectador de forma abierta para que sea él quien determine qué y quién fue Felipe Sandoval, en qué se convirtió, por qué, para qué. Será el espectador, por tanto, quien juzgará a Sandoval ante los datos que, de forma objetiva y desprovista de toda emoción, se le muestran.

Acerca del título "el honor de las injurias", que proviene del Barrio de las Injurias en Madrid, donde nació Sandoval, García-Alix establece un paralelismo y juego de palabras con esta respuesta:

"El título surge de un pasaje del Guzmán de Alfarache, de Mateo Alemán. Es la primera obra de la literatura española en la que el pícaro ya no aparece como un elemento tierno, como el Lazarillo. Es un hombre maleado. Y hay un momento en que hace una reflexión sobre las injurias y las ofensas, también las de nacimiento, y concluye que la única solución a la injuria la proporciona la venganza. Es decir, para cierta gente, el único honor que cabe en las injurias es la venganza. Y creo que la venganza tiene una presencia permanente en la vida de Sandoval, tanto en lo personal como en lo ideológico, en su idea de revolución como ajuste de cuentas entre clases."

Y con esa respuesta hay mucho explicado acerca de Felipe Sandoval.

La duda del anarquismo de Sandoval frente a su resentimiento social queda despejada por su continuidad en la CNT, por no aprovecharse, como pudieron hacerlo otros, de dinero o simplemente huir, por ser un obediente lugarteniente y el perfecto ejecutor.

Felipe Sandoval no es un anarquista de salón, sino de acción, el que es capaz de matar. Sólo personas como Sandoval son capaces de eso y de esa diferencia se valió la CNT: una organización que necesitaba de ese brazo armado.

Efectivamente, arrastrará toda su vida a ese delincuente de las Injurias y arrastrará la venganza de clase; será la situación política del momento la que le dará la coartada y la oportunidad para vengarse.

¿Por qué en su juventud no se quedó en París, con un buen puesto de trabajo, novia...? Tal vez decidió que no quería ser el que sirviera, sino el servido. Luego, al final de su vida, teniendo la oportunidad tampoco lo hace por poner "orden", embebido por el anarquismo del que estaba convencido.

Para entender al personaje no hay que olvidar quién (Sandoval) y cómo (sangre) se consigue la revolución.
Victoria
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7
3 de junio de 2010
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
En poco más de una hora mi corazón ha fibrilado, se me ha parado la respiración, me he encendido el cigarrillo por la parte del filtro. Eso ha conseguido Jeopardy.

Un thriller trepidante, bien milimetrado, con una Barbara espectacular, que incluso interpretando a una buena esposa y madre cuando tiene que poner cara de mala adopta ese rictus tan suyo, esa frontera imperceptible que la convierte en otra persona.

La película es Barbara porque ella es capaz de...
Victoria
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7
30 de abril de 2009
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
La germinación de esta película es larga y acabará siendo un collage que se habría formado a lo largo de 6 años (desde el primer encuentro entre Patrice Chereau y Hervé Guibert) en los que se irán acumulando ideas, sucesos de aquí y allá, experiencias personales, hasta que finalmente se unieron para hilvanar todo ese material literario y convertirlo finalmente en un guión (y también libro) que sufriría muchas revisiones. Hasta el propio título que inicialmente iba a ser L’homme qui pleure sería cambiado al final por L’homme blessé al ver Hervé la última escena y recordarle, por la paleta de colores y el propio halo del protagonista, el cuadro de Courbet del mismo nombre.

Chereau ante la filiación de “cine homosexual” sostuvo (y con razón) que se trataba de la pasión entre dos seres antes que la pasión entre dos hombres. La homosexualidad no será más que el “contexto” de esta pasión. Henri (Anglade) y su difícil aprendizaje y salida de la adolescencia, incomunicación en su entorno, y de pronto en la Gare du Nord (trasunto de Citerón) se encuentra con un mundo sórdido y desconocido para él y también se encontrará con un seductor y macarra Jean (Mezzogiorno) por el que sentirá, como un flechazo, una atracción fou. Un flechazo como iniciación a la desgracia (en palabras de Chereau) y una necesidad de ¿amor? de ¿identidad sexual? no importa ya eso, lo importante es que Henri ya es víctima de su pasión formando parte de un trío (con Roland Bertin) de personajes heridos.

Todo este recorrido iniciático de la mano de un “coup de foudre” lleva a la pregunta clave: ¿cuál es la forma más radical de posesión del objeto de deseo?

La mano teatral de Chereau se dejará ver, inevitablemente, y puede que sea eso lo que enfatice los silencios y la gestualidad.

La audacia de algunas escenas no sobrepasará el límite del mal gusto ya que están inscritas en una lógica necesaria.

Film que nace casi a la vez que el SIDA y una vez que el SIDA es catalogado (foucoultianamente) como enfermedad de homosexuales afectará a la película ya que a Chereau se le reprochará esa visión sórdida de la homosexualidad y su relación con la enfermedad; contrariamente también se le dirá que hace una película valiente.

Es una buena película que los años no hacen envejecer su esencia, esencia por otra parte universal.

El Fasciculus Medicinae de Johannes de Ketham y sus láminas de “el hombre herido” no señalaba este tipo de heridas.

Al margen de la película quería mencionar a Hervé Guibert no como escritor sino como personaje, aunque él unía vida y literatura en un todo inseparable, y ese “todo” que él confeccionó como su existencia me hacen calificarlo como un Dorian Gray muy temible y de un narcisismo irritante,... pero eso ya es otra historia, tal vez era otro homme blesse de narcisismo y profundos y eternos miedos: vejez, enfermedad, muerte. Leer Ser y Tiempo de Heidegger quita mucho polvo de encima para que una persona no acabe siendo un Dorian Gray.
Victoria
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