Nos encontramos ante un film sólido con un tono agrio, seco y un fondo de tristeza que lo impregna todo. Un film que sigue la estela de esa derivada del western que es el subgénero crepuscular donde se describe el fin de una época en la América más profunda.

Un retrato de personajes sin rumbo ni esperanza donde sobresale Patricia Neal en un papel chocante para su trayectoria y Melvyn Douglas también espléndido. Me convence algo menos Paul Newman con un personaje poco matizado y algo plano desde el punto de vista interpretativo.

La película tiene un tono marcado, describe una atmósfera, pero quizás adolece de emoción, ya que interesa pero en ningún momento apasiona. En cualquier caso, no está mal y es un correcto ejercicio fílmico.

Creo que la primera parte de esta película es una de las cosas más incómodas y desasosegantes que uno puede vivir como espectador. Se trata de un brutal malestar procedente de la desolación de un lugar, un misterio latente, una galería de personajes y un fuerte y desvalido a la vez Spencer Tracy en el centro de todo y al que todo apunta. La película es de una violencia extrema sin apenas actos violentos y la tensión es de una brutalidad insana. Estamos ante una especie de "Solo ante el peligro" pero con un tono más críptico.

Sin embargo, lo que iba camino de ser una rotunda obra maestra no acaba de serlo debido a un final que en mi opinión resuelve las cosas de una forma demasiado simple, rápida y aparentemente fácil, lo cual contrasta con la situación límite mostrada durante todo el metraje.

En cualquier caso un film que se te graba a fuego, que incomoda y apasiona siendo imposible no angustiarse ante el destino de su protagonista.

Mas que notable película.

Las fichas técnicas dicen que se trata de una película de John Ford y si no fuera por la unanimidad al respecto yo me permitiría dudarlo ya que no veo nada del maestro.

Estamos ante un Ford pobre y desnaturalizado, con personajes impostados y mal desarrollados. Todo forzado y artificial con un Henry Fonda espectral.

El protagonismo y la seña de identidad del film vienen a cargo de la fotografía de Gabriel Figueroa, que mas que ponerse al servicio de una narración pretende asumir en exclusiva el estilo del film, marcando un sello muy acentuado para que se note y llevándolo al extremo. Ejercicio estilo por el estilo sin mas, sin servir a nada.

Por lo demás el film no transmite, veo una evidente quietud y tempos orientales (a pesar de adaptar a Graham Greene) que debería darle un profundidad y mayor reflexión a la que tampoco llega y que acaba desembocando en aburrimiento.

Decepcionante.

A pesar del talento de su director y del excelente reparto, y contradiciendo a Carlos Boyero, una vez revisitada la película creo que el tiempo ha pasado demasiado por ella mostrando un look setentero en el peor sentido muy envejecido.

Entrando en un análisis mas pormenorizado, la película no tiene una tensión clara, ni se entiende demasiado bien y la relación entre los dos protagonistas no parece muy verosímil. No hay emoción ni intriga y las escenas de acción y violencia están pobremente resueltas. Me atrevo a decir que en general no esta bien contada.

Por lo demas Redford bien y poco mas. Ya lo siento, pero es lo que veo a ojos de 2020.

Empieza confusa y contiene todos los defectos de estas infinitas películas de Marvel y superheroes en general, donde todo se repite, hasta los personajes.

Pero ciertamente, en este caso diré que poco a poco según avanza va remontando e incluso hay un atisbo de trama argumental. Además alguna buena batalla, y un final inesperado mezclado con cierto drama.

Bueno, si comparamos con otras pelis pirotécnicas de superheroes, ni tan mal.