Esperaba mucho y ha sido mucho más. El señor Frears ha sabido conjuntar humor y patetismo en un equilibrio difícil pero logrado. De la señora Streep y del señor Grant hay que valorar un trabajo arduo y realmente exquisito. Simon Helberg para mi ha sido un hallazgo, porque no había visto nada suyo hasta el momento. Anécdota personal: mi mujer es profesora de música y casi fallece de risa y de placer.

La Semana santa es casi lo de menos. Quienes disfrutamos y sufrimos la Andalucía real, ajena por completo a la de Canal Sur y su santa patrona Susana, podemos hallar en esta ingeniosa y contenida película un mundo familiar y, con frecuencia, hostil. El costumbrismo bien hecho es enormemente difícil. ¿Es costumbrista el Galdós de Fortunata y Jacinta? ¿O algo más? Trascender la anécdota no está al alcance de todos los bolsillos.

Conseguir que un "documental" alcance esos niveles de poesía en el más amplio sentido me parece muy complicado y, desde luego, magistral. Me ha sorprendido que algunos criticones en filmaffinity (mejor me considero criticón que crítico). digan que es demasiado larga, que se estira un corto. A mi se me hizo corta, porque creo que no tiene desperdicio. Claro que hay que verla sin buscarle tres pies al gato, siguiendo esa fluencia de emociones con absoluta tranquilidad y riendo sin complejos un humor delicado y difícil de encontrar en estos tiempos, cuando se confunde humor y comicidad. Gracias, don Gustavo.

Pocas nueces. Cada vez voy teniendo más claro que el cine se hizo marketing y acabó con nosotros.
Un intento sensiblero y buenista de cuento mágico, pero sin magia. Cierto que de ahora en adelante no comeré nunca más ancas de rana, porque los pobres anfibios también tienen derecho a ser felices, incluso a comer huevos duros y a follar.
El malo está muy bien conseguido, porque lo es sin mezcla de bien alguno, parece un nazi de los de película americana serie B antigua.
Los buenos, como la mudita, son ángelicos y, desde luego, muy limpios.
Yo siempre había seguido con interés a Guillermo del Toro, pero lo que es en películas tan elementales y ramplonas no me la da con queso.
En serio: un guión de muy escasa calidad estética, seguido de una dirección carente de ritmos y maneras, con una dirección de arte chapucera y costosa. Pues que la disfruten los que consigan llegar hasta el final sin salirse al bar de la esquina a comerse un bocadillo de calamares con su cañita.

Hipótesis (no verificable): la marina mercante francesa anda escasa de tripulantes.
Corolario 1: Sin embargo, en los cargueros de esta nacionalidad se fornica mucho, a diferencia de buques mercantes de otras banderas, según sabemos.
Corolario 2: Las segundas de máquinas en estos buques son especialmente dadas a las prácticas sexuales de todo tipo.
Dato adicional 1: Los tripulantes filipinos van a su bola y prefieren canturrear a fornicar.
Dato adicional 2: Si te mueres en estos barcos (de muerte natural o violenta) te echan a los peces sin mayor miramiento.
Conclusión: Enrólate en un mercante francés, porque se trabaja bastante, pero pagan bien y, desde luego, se folla muchísimo.
Finalmente: ¿Por qué malgasté tanto rato viendo una cosa tan tonta y aburrida?