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Críticas de Pibón del Barroco
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Críticas 16
Críticas ordenadas por utilidad
6
14 de julio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Debo de ser un mal cinéfilo, porque no conocía ni a Aki Kaurismäki ni a Jean-Pierre Léaud hasta hace unas horas, cuando he acabado de ver la, probablemente, película más extraña que he visto nunca.

Y es que lo extraño no tiene porqué residir en los mundos oníricos de David Lynch, ni tampoco en las obras del Dogma 95. A fin de cuentas, esos son productos más bien comerciales, conocidos por crítica y público y que buscan provocar desde una composición de imágenes punzantes y provocadoras. Pero me resulta mucho más confusa una película como esta: una comedia que está a un paso de ser diagnosticada con depresión, un filme en el que los actores se esfuerzan por actuar como si leyeran de un enorme cartel que tienen en frente, en el que el juego de planos es abrupto y pobre y con todo... Queda una película profunda, reflexiva y crítica.

Sencillamente no sé que pensar. Es que no lo sé. Veo la crítica a la explotación de los obreros y a la vida en los bajos fondos de Reino Unido, a una sociedad construida para que te veas obligado a ser feliz en ella, y que el mínimo intento de abandonarla ya te pone en el ojo de mira (sensacional cuando los sicarios intentan convencer a Henri de que la vida es hermosa porque hay plantas, animales y pájaros.) de todo un colectivo que no entiende como uno puede tener tantísima libertad para determinar si quiere morir o no. Es probablemente la película más pro-eutanasia que hay.

Y al igual que un buen hombre quiere suicidarse, lo mismo al día siguiente quiere vivir, ¡y ahora los mismos sicarios quieren matarle! Se trata de una obra que cuestiona continuamente la elección de vivir o no, de la libertad que tenemos sobre nuestro propio cuerpo y vida. Para esto, el director elimina completamente cualquier artificio que nos haga ver la película como una... película. Para empezar, juega con unas transiciones horrorosas, en las que la música cae a la vez que la imagen y cambian de escena sin ningún tipo de nexo: la película es, en su panorama formal, un conjunto de abruptos planos pegados sin ningún tipo de estilo, de escenas que se suceden sin acaso belleza o gracia, pero ahí reside la maravilla de la obra, al igual que en la escasez de diálogos y cuando los hay son toscos, casi improvisados, sin ningún tipo de sentimentalismo o color. Es como si un niño de 8 dirigiese una obra de teatro en la que los protagonistas son sus peluches.

Todo esto, por supuesto, es aposta. O eso espero. Porque no conozco el resto de la obra de Aki y bien puede ser su modus operandi o que el hombre no sabe dirigir. Retomando la cinta, tiene algunas frases sensacionales ("¿Ah, que tus ojos son azules?"), momentos genuinos (el despido, el intento de suicidio aspirando gas...) fundamentalmente al principio. Sin embargo, a medida que la cinta avanza esta se desestructura, de nuevo vuelvo a mencionar ese montaje abrupto, que se hace cada vez más evidente. De igual manera, la película se hace más y más lenta (y eso que dura una hora y cuarto, una película tremendamente corta), pero creo que más que un fallo de edición se debe a un intento del director por seguir continuamente la mente de Henri: cada vez mas rota, más fragmentada, más dubitativa entre vivir o no. Si es así, bravo por él, aunque se me haya hecho lenta.

En definitiva: una película rara, buena en sus intenciones, con una narrativa novedosa, impactante, pero que no deja de parecer un producto experimental y soberbio. El 6 es porque da mucho juego reflexionando e intentando buscarle un sentido al juego de planos y al estilo. El 6 también es porque por momentos me siento estafado. Y también porque ahora no sé si quiero o no vivir, como Henri. Puto Henri. Puto Aki Kaurismäki.
Pibón del Barroco
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7
13 de abril de 2020
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras ver la primera entrega de "Fargo" me sentí anhelante por ver la segunda entrega, que leyendo críticas y viendo notas, parecía a la altura o incluso mejor. Pero un buen amigo me dijo que no, que me defraudaría. Y efectivamente, lo ha hecho. No sería una mala temporada si no se llamara "Fargo" porque, ya sabemos que las comparaciones tienden a ser odiosas, y que esta temporada lleve el nombre de su temporada y película predecesora es cuanto menos vergonzoso.

Y repito: no es una mala serie. Tiene muchísimas cosas a su favor, por ejemplo, la excelente ambientación, con unos diseños de producción, vestuario, peluquería y maquillaje impresionantes, indescriptibles. De nuevo, una fotografía magistral, no tan blanca como la película y la temporada I pero igualmente hermosa, con una paleta de colores entre cálida y gélida, las imágenes de campos helados pero sin estar nevados, con un color de vegetación muerta y tierra seca indiscutiblemente bellas. El plano se abre, la imagen, como he dicho, más cálida; aparece el efecto de la pantalla dividida, muy eficaz, pero también bastante explotado.Y por último, la banda sonora, absolutamente impresionante. Todos estos elementos audiovisuales están a la altura (y más) de la primera temporada, pero, ¿Es Fargo?

No. No merece llevar ese nombre. No es Fargo. Y no lo es por una sencilla razón: no me he reído. Apenas me he reído. Todo el mundo da por hecho que los Coen tienen un humor particular, muy negro, que Hawley supo captar en la primera temporada, pero en esta segunda no. Las situaciones que se retuercen y degeneran no son graciosas ni exasperantes (por lo menos, en el sentido bueno de la palabra). Es más, es una temporada mucho más cruel, mucho más dura (véase spoilers) con una cantidad de violencia gratuita o, por lo menos, cruel, totalmente innecesaria.

Y eso no sería un problema si estuviese bien llevada pero, ¿de verdad alguien no se ha dormido con esta serie? Los primeros capítulos son soñolientos y te envuelven en un bucle de seguir viéndola, porque sí, no porque sea buena. Pierdes el hilo de la trama con la marea de personajes y el ritmo es tan lento que se hace pesado, y de pesado, completamente aburrido. Hasta el capítulo 8 no pasa nada que verdaderamente te haga estar pensando en la serie completamente, en dedicarla el 1000% de tua tención. A cambio diré que, el capítulo 8 y el 9 me parecen sublimes, lo mejor de la temporada, gracias en gran medida a la violenta coreografía que desentrañan estos capítulos, muy bien llevada.

El otro gran problema (y me aventuro a decir el mayor) de esta temporada son los personajes, absolutamente planos y con motivos inentendibles: los malos son malos por ser malos y por eso me caen mal, y los buenos son buenos por ser buenos y por eso me caen bien. Pero nada más. No empatizo con ellos y no me siento parte del lugar. El clan familiar es absurdo y enrevesado (ostiable, como diría Berto Romero) y los buenos, unos corderitos que tienen traumas de Vietnam y la WWII y hay una mujer enferma de cáncer entre medias. ¿En serio? En la primera temporada los malos eran genuinos, lograbas conectar con ellos (véase spoiler) y los buenos estaban solos en el mundo ante la incompetencia de sus superiores, y eran, bueno, una mujer obesa y un polícia solitario, ambos de buen corazón. En esta temporada se repite el esquema de "mis superiores son unos ineptos" pero ya no. Ya no funciona. Los únicos personajes que realmente me han interesado fueron los de Rachel Keller y Bokeem Woodbine, pero para el final que tuvieron, los llegan a eliminar de la serie y ni se les echa en falta.

En definitiva, una pérdida de tiempo si has visto la película y la temporada I. El 7 es por todos los detalles técnicos, los episodios 8 y 9, y las actuaciones, bueno, no están mal, pero nada reseñable. Una verdadera lástima. Veremos a ver como está la tercera temporada, pero prefiero no hacerme ilusiones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pibón del Barroco
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7
6 de octubre de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando ayer fuí al cine con un amigo nos planábamos varias películas por ver, y Ad Astra era una de las opciones, la que finalmente escogimos. No diré que fué un error, porque bastantes aspectos de la pleícula me han gustado, pero si es cierto que estoy seguro que las otras opciones me habrían satisfecho más, porque Ad Astra al igual que a Brad Pitt me ha dejado solo, y al igual que el espacio, algo vacío.

En un futuro no muy lejano, una serie de tormentas eléctricas procedentes de los confines del Sistema Solar llegan y arrasan la tierra. Una organización, grupo o secta llama a Brad Pitt (muy motivado tras sobrevivir dos veces a Tarantino) porque se piensa que su padre es el responsable de dichas tormentas, porqué hace la tira de años su misión desapareció en Neptuno y de ahí provienen las tormentas... Más rebuscado imposible, y es que el principal fallo de la película es el argumento: una serie de incoherencias difíciles de seguir simplemente para poner a Brad Pitt en órbita. La premisa del tráiler pintaba espectacular, pero la realidad es bastante decepcionante, como suele ocurrir con las historias reales, y ahí se halla el punto fuerte de la película: el mensaje. Un mensaje que se reduce a la respondible cuestión de "¿estamos solos en el universo?". Me extenderé un poco en la zona de spoilers. Solo diré que el universo por muy grande que parezca no lo es tanto.

A nivel tecnico es verdaderamente espectacular, con unas imágenes portentosas y cegadores, de una maravilla tan inigualable como es el universo. Tal vez sea este un buen ejemplo de producción nacida a raíz del 2001 de Kubrick (película que no me gusta, por cierto) y es que el cine una vez más es sobretodo imagen.

Y aunque las imágenes sean impresionantes, la película debe llevar una historia, y como ya he dicho, esta es... bueno, desde luego no es Interstellar (tampoco en el plano científico, aunque me gustaría pensar que el sonido de las explosiones espaciales es licencia cinematográfica), entonces, ¿porqué un 7? Sencillamente porque Brad Pitt está soberbio. Estamos sin duda ante el mejor actor del momento posiblemente solo equiparable a Joaquin Phoenix. Y muy infravalorado, por cierto.

Cada fotograma de Pitt es sublime, cada rasgo que traza en su personaje y cada palabra que pronuncia cuidadosa y lentamente. Una actuación magistral, fría, dura y triste. Si la academia fuera justa, le darían un buen Óscar por este papel. Eterno Brad Pitt, aunque mucho lamento que esta no será tu actuación más recordada.
El reparto lo completan Donald Sutherland y Tommy Lee Jones en sendos papeles breves pero muy buenos. Si no es por el trío, yo me habría ido de la sala a la mitad de la cinta, como mucha gente.

Si quieres una película entretenida en taquilla que sea esta tu última opción. Si quieres contemplar el universo, puedes o ir a verla o mirar el cielo. Pero si amas a Brad Pitt tanto como yo concordarás con esta película y esta crítica
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Pibón del Barroco
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8
15 de mayo de 2021
6 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que más me jode de Filmaffinity son las comparaciones, como siempre, odiosas: en su línea esta película es un absoluto 10, pero claro, quedaría mal semejante nota en este filme y un 8 a "Citizen Kane" (1941), por lo que uno se ve obligado a limar ciertas puntuaciones para dejar bien posicionadas otras.

Y es que con "Nobody" tenemos posiblemente una de las mejores películas de acción del siglo, un entretenimiento de primera excelentemente realizado y protagonizado por un carismático y versátil Bob Odenkirk, uno de los actores que debería tener más y más reconocimiento, cosa que parece estar logrando al versele en producciones oscarizadas como "Little Women" (2019) o "Nebraska" (2014) y gracias al casi 100% por su magistral Saul Goodman, uno de los personajes más sublimes de la historia de la televisión. Con este currículum que se está labrando el Sr. Odenkirk, "Nobody" supone un excelente pilar sobre el que asentar la confianza que puede depositarnos Goodman con una ametralladora. Y es que si necesito un héroe de acción, no dudaría en llamar a Hutch Mansell, el auditor.

¡Dejémonos de pamplinas con difuminadas pinceladas de crítica social o templos del culto cinematográfico! ¡Yo quería ver una película de palomitas, de saltos en la butaca y de oídos rotos por el atronador sonido de armas y explosiones! Y esta es la película per-fec-ta (Joder, cada palabra que pongo va dándome ganas de subirle la nota a la película). Claro que no tiene el sentimentalismo, la belleza o la armonización de mis películas favoritas pero como he dicho al principio, esta película en su línea no solo es un sobresaliente, sino una matrícula de honor. Un filme que se resuelve con una gracia y una melodía sublime, que se desataca con excelencia. Consta de la trama más sencilla del mundo: un hombre rutinario descarga su ira tras un acontecimiento en el que se mostró indefenso. Y todo estalla. Y comienzan las ostias, los puños, las peleas, las armas y la sangre. Y no para. Y todo de la mano del gran, grandísimo Bob Odenkirk (Joder, me encanta este hombre). Es el actor más corriente que puedes imaginarte: una cara sin más, un cuerpo estándar, semicalvo y al que le queda mejor un chándal que un traje, pero que ha logrado dotarse de una gestualidad y unas habilidades físicas que le ponen perfectamente al nivel de Stallone. El tío se ha currado su papel. Se lo ha currado mucho. Una barbaridad.

Y encima la película no te miente: ¿que quieres ver a un padre de familia repartiendo ostias porque a su hija la han robado una pulsera? ¡Joder, eso te vamos a mostrar! La presentación es brevísima: en 5-10 minutos conocemos a todos los personajes y el conflicto ha estallado. Ahora solo puede ir cuesta arriba. Y ya hasta los últimos cinco minutos todo son disparos y piñas. Pero tal cuál. Es una sublime ensalada de ostias.

Y es que el filme se rodea de unos puntazos de la ostia: un montaje frenético, al servicio del ritmo que demanda el espectador (que aquí es uno muy rápido); una banda sonora brutal que, por cierto, ligada al montaje nos da escenas verdaderamente soberbias, con unas coreografías y un seguimiento de la música de "cagate Lorito". Y unos secundarios brutales, desde el esteriotipado malo malísimo hasta el jodido Doc Brown enfrentándose a una banda de rusos cabronazos. Joder, ¡Si es que esta película lo tiene todo!

Bueno, todo no...
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Pibón del Barroco
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9
16 de agosto de 2019
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay director, personaje histórico o ser humano en general que admire más que a Quentin Tarantino. Es para mí todo un referente a seguir y a alguien al que le debo mucho desde lo íntimo y lo personal. Desde ese mundillo, el me ha hecho amar el cine y solo alguien que ama algo puede transmitir esa sensación.

Llevaba ya dos años esperando esta película. Recuerdo cuando saltó la noticia de que Tarantino estaba escribiendo una película sobre los crímenes de la familia Manson que me emocioné mucho, porque cojones, eso es una nueva película de Tarantino. Ahora me da más bien pena, porque eso significa una película menos de Tarantino (maestro, no te creo que solo vayas a hacer una más...) y en cierta medida, creo que ha desaprovechado su novena película. Ha hecho un film personal, distante y comercial que tiene muy poco de Tarantino.

Veamos, "Érase una vez en... Hollywood" narra las peripecias de un actor televisivo (DiCaprio) que ansia dar el salto a la gran pantalla. Se vale en sus actuaciones y en su vida privada de su amigo, su doble (Pìtt). Ambos viven en una época y ciudad tumultuosa (algo muy presente en las últimas obras del director) que se marcaría principalmente por los asesinatos acometidos por la secta de Charles Manson. Una premisa espectacular, que sin embargo, es muy simple y queda simple.
En otras ocasiones las premisas simples de Tarantino habían servido para desarrollar guiones y situaciones muy completos, complejos y fatídicos para sus personajes ("Reservoir Dogs" sin ir más lejos) pero es que creo que el guión que ha compuesto en esta ocasión es como poco de los más flojos que ha hecho (no diré peores porque suena a mal guión y tampoco es eso): no hay diálogos intensos, largos y atrapantes, no hay situaciones delirantes con giros de guión, ni monólogos intimidantes. El punto fuerte de Tarantino se ha desmoronado y eso es preocupante.

Pero todos tranquilos porque la película resultan dos horas y media de puro entretenimiento. A pesar de lo flojo del guión, la película es ágil, ligera y entretenida. Básicamente, al nivel de "Django Unchained" o "Kill Bill" que sin ser guiones espectaculares la fuerza radica en sus imágenes y lo que estás transmiten. Pero es que, "Érase una vez en... Hollywood" tampoco tiene imágenes y narrativa visual impresionante. Ah, amigo, pero es que se apoya en un diseño de producción espectacular, magistral, una verdadera fiesta sesentera. Y por cierto, sin el pedazo elenco, la película también se desmoronaria. Creo que el dúo Pitt-DiCaprio (perdonenme, pero creo que Pitt se marca una actuación superior) funciona fénomeno, apoyado en una serie de secundarios (casi terciarios) actores en cierta medida desaprovechados, pues su tiempo en pantalla es mínimo, que elevan a la película a una masterclass sobre actuar dentro de una actuación.

La BSO, muy buena, con temas que recordaremos. El montaje también bueno aunque se echa de menos a Sally Menke.

Digamos que la película podría pasar por cualquier otro director, porque Tarantino ha roto con su estética: no ha habido un guión a la altura, la violencia muy escasa y deja con ganas de más, los planos secuencia, giratorios o desde el suelo ni rastro... Toda una película para que sus mayores detractores le ataquen, y los admiradores nos dividamos. Pero al final Tarantino hace lo que quería, un hermoso homenaje al cine al más puro "Cinema Paraíso" con un bonito gesto a la figura de Sharon Tate.

¿Y porqué la pongo un 9 si tantas cosas me han disgustado? Porque me lo pasé jodidamente bien. Y para eso esta el cine, para pasarlo bien. Los dramas racistas, a Spike Lee y ya.

Si quieren leer una crítica más profunda: https://pibondelbarroco.blogspot.com/2019/08/spoilers-once-upon-time-in-hollywood-la.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pibón del Barroco
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