Solo así puedo calificar a esta magnífica cinta bélica. La película muestra los encarnizados combates, considerados entre los más sangrientos de la Segunda Guerra Mundial, que tuvieron lugar en la isla de Iwo Jima entre los infantes de marina de los Estados Unidos y las fuerzas del ejército imperial Japonés de febrero a marzo de 1945, durante la Guerra del Pacífico.
Para hacernos una idea de lo que fue aquello, decir que en los enfrentamientos participaron 70.000 marines estadounidenses, de los que cerca de 18.000 resultaron heridos, y unos 6.000 muerto o desaparecidos. La isla estaba defendida por 20.900 japoneses de los que solo 216 sobrevivieron
Al término de los combates, los estadounidenses lograron conquistar la isla y controlar sus importantes campos de aviación. Sin embargo, durante la cruenta batalla se encontraron con la resistencia extrema de los japoneses, resistencia que supuso la muerte de la mayoría de sus combatientes. Es pavoroso saber que los defensores japoneses SABÍAN que las posibilidades de supervivencia eran practicamente nulas. La rendición estaba descartada ya que iba contra su cultura, y no podían esperar ayuda de ninguna clase puesto que los americanos dominaban el mar y el aire. Solo podían resistir... y morir por el emperador. Así lo hicieron. Al final no les quedaba comida ni agua (los últimos defensores llevaban cinco días sin comer ni beber) y apenas municiones.

Lo mejor: - la puesta en escena. Soberbia.
- el trabajo de los actores, destacando Ken Watanabe en el papel de General Kuribayashi.
- Nos hace pensar sobre los horrores y el sinsentido de las guerras.
Lo peor: nada.

El título de mi crítica puede parecer exagerado, pero, si lo pensamos un poco, ¿lo es realmente? No se si el holocausto nuclear (si, el HOLOCAUSTO NUCLEAR), que enviaría al proyecto de humanidad (que somos) a la edad de piedra, está tan al alcance de la mano. Desde luego, el mayor desastre que este atormentado planeta ha sufrido no fue hace tanto, apenas setenta y tantos años, y aún vive mucha o bastante gente que lo padeció. Muchos de los que hoy "dirigen" el mundo, ni son mejores, ni más inteligentes, ni desde luego más comprometidos con la paz de lo que fueron quienes desencadenaron aquél conflicto bélico, de manera que, si como digo, la segurida del globo terraqueo puede depender de una pocas decisiones mal tomadas, que Dios todopoderoso y (esperemos) misericordioso, se apiade del género humano. Es como para echarse a temblar.
En cuanto a la película:
- Vibrante.
- entretenida
- excelente puesta en escena
- Magistralmente interpretada por sus dos principales protagonistas, dos autenticos "monstruos" de la interpretación, si bien todo el reparto está a la altura.
- Muy bien dirigida.
He visto un poco por encima las críticas a esta película, en general buenas, en las que se hace referencia al inevitable "patrioterismo" de los americanos, etc. en este tipo de producciones. Es verdad, pero bueno, no todo va a ser perfecto. El director Tony Scott era, como sabéis, británico, hermano del gran Ridley.

Película que narra hechos que, según parece, acontecieron realmente durante los años 1940-41, es decir, cuando estaba teniendo lugar el, quizá ,mayor desastre que la humanidad ha conocido y sufrido: la II Guerra Mundial.
Un navío alemán, el Atlantis, capaz de infiltrarse entre los buques enemigos, camuflado como si fuera un buque aliado, se convierte en un gran quebradero de cabeza para el Almirantazgo Británico.
Cinta en blanco y negro estrenada en 1960, con una más que aceptable puesta en escena y dos personajes principales: Charles Laughton en su papel de Almirante Russell , y sobretodo Van Heflin como Bernhard Rogge, capitán al mando del Atlantis, oficial que no pierde su humanidad ni en los momentos más difíciles. Dos ACTORES, con mayúsculas. Aunque sea una redundancia decirlo, ya no se hacen películas así.

Como he dicho en otras críticas, probablemente lo más dificil en una película dramática es involucrar al espectador en la misma.Que de alguna manera nos sintamos identificados con los personajes, que el director consiga minimamente "meternos" en la historia. En mi caso al menos McGuigan NO lo consigue. Empiezo por decir que yo no tengo claro si es la historia de él en lo referente a su relación con ella, de ella en lo referente a su relación con él, o de ambos en su relación. La película abarca un periodo de tiempo corto (1979-1981), aunque esto no es ni bueno ni malo, sino que puede ser ambas cosas. El director tampoco maneja correctamente los tiempos,escenas del presente, recuerdos, etc. saltos en el tiempo de una forma un tanto anárquica. Considero que lo mejor es el (buen) trabajo de los actores, y poco más. No creo honestamente que esta película sea muy nombrada en el futuro. Si os gustan las películas románticas (no es mi caso, no he podido escaquearme de verla) puede ser de vuestro agrado. Suerte.

Norte de los Estados Unidos, Año 1864, La Guerra de Secesión (o Guerra Civil Estadounidense) está próxima a su final, con la inapelable victoria del ejercito de La Unión. Un grupo de soldados confederados dirigidos por un oficial (Van Heflin) se fuga de una prisión y se organiza para atacar, saquear e incendiar una pequeña población cercana a la frontera canadiense.
Esta película, cuya existencia ignoraba por completo, me ha sorprendido muy gratamente. Creo que es otro ejemplo de producción con bajo presupuesto y sin grandes estrellas que se situa claramente por encima de la media.Van Heflin está magnífico, probablemente en uno de los mejores papeles de su carrera. Vemos también a Lee Marvin (y su problema con el alcohol, para no variar), y a una joven y muy atractiva Anne Bancroft, haciendo de viuda.
Destaco un punto importante: me encantan las películas del Oeste, y por extensión, las de la guerra entre los estados. Tomo siempre partido por el Norte, por supuesto. Pues bien, en esta cinta, sin ser panfletaria en absoluto, lo tuve (un poco) dificil.