Una de las primeras y muy poco conocidas películas de el gran y entrañable MR.T, (el famoso M.A. Baracus de El Equipo A), aquí al volante de un taxi, en el papel de un honrado taxista, que lucha constantemente por hacer valer los derechos de los más necesitados, y al mismo tiempo por alejarlos de una sociedad marginal y caótica.
Siguiendo la línea argumental de la posterior "El hombre más fuerte del mundo" (1984), MR.T nos sumerge aquí en un mundo que él desgraciadamente conoció muy bien, el mundo de los guettos y los barrios marginales ignorado por una sociedad hipócrita y racista, sólo preocupada de sus propias ambiciones.
Con la pobre dirección del irregular Joel Schumacher, (Jóvenes ocultos, Batman forever), la película cuenta con las apariciones de Adam Baldwin, (hermano del famoso Alec), y del incombustible Gary Busey, un pseudoactor aficionado siempre a telefilms baratos y producciones de bajo presupuesto.
La apruebo por razones obviamente nostálgicas, y por aparecer la figura de uno de mis héroes favoritos de mi niñez, el gran e injustamente olvidado MR.T, el icono televisivo por excelencia de los años 80.

Segunda entrega de las aventuras del rudo policía, que tantas buenas y malas críticas le reportaran a su protagonista, el incombustible Eastwood, aquí enfrentado a todo un escuadrón de la muerte, comandado y respaldado por miembros de las altas esferas policiales, que se dedican a dar matarile a los más diversos criminales.
La premisa del filme es interesante, aunque contradictoria en cuanto al personaje de Callaghan se refiere, ya que acostumbrado a ejercer la más implacable violencia sobre los asesinos, aquí defiende a los mismos para que éstos sean juzgados dignamente.
Se incrementa con creces la violencia y las escenas impactantes, además de contar con un reparto muy televisivo, con David Soul, (Starsky y Hutch), Robert Urich, (Los hombres de Harrelson), o Mitchell Ryan, (El Equipo A, El increíble Hulk).
Película menor que la primera parte, pero que hará las delicias de los seguidores del popular actor, y del no menos popular personaje.

Una de esas series que ya han pasado a la historia de la televisión, no por sus méritos propios, sino por sus extravagancias.
La recuerdo con mucho cariño desde que era niño. La encontraba tan ridícula pero a la vez muy deliciosa. Con un uso de la violencia moderadísimo, al igual que El Equipo A o MacGyver, como bien apunta una de las críticas de arriba, un humor totalmente infantil, y unos dialogos más infantiles si cabe.
Y que decir de los actores secundarios. Memorables Burguess Meredith como el pingüino, César Romero como el Joker, Frank Gorshin como el acertijo, Vincent Price como cabeza de huevo, George Sanders como Mr frío, Cliff Robertson como Shame, o Shelley Winters como Ma Parker, entre otros, conformaban uno tras otro los villanos a los que se enfrentaban los protagonistas en todos y cada uno de los episodios de la serie.
Entrañablemente ridícula, completamente delirante, eternamente genial en su estilo.
Para que las nuevas generaciones la vean, y disfruten tanto o más de lo que yo la disfruté.

Memorable película de Billy Wilder, con un genial Jack Lemmon en el papel de un gris oficinista que presta su mediocre apartamento para las conquistas amorosas de sus superiores, con la esperanza de ser algo más de lo que es, un perfecto don nadie.
Bonita historia acerca del amor y el fracaso, así como crítica en sus múltiples aspectos de porque siempre el más granuja es el que triunfa, y el más fracasado como es el papel de Lemmon sucumbe.
Bellísima Shirley MacLaine y eficaz Fred MacMurray para una película de altura.

Divertida y simpática comedia de los años cincuenta, donde un gran James Stewart interpreta a todo un caballero con un serio problema. Tiene un querido amigo llamado Harvey, pero éste resulta ser un conejo, que a ojos de los demás es invisible, pero no a los de él, lo cual dará pie a numerosas y extravagantes situaciones cómicas.
No es la mejor comedia de este fenomenal actor, pero si se quiere pasar una tarde divertida, es idónea para tal fin.