No siempre me encandilan las películas perfectas, esas a las que no puedes ponerles una pega porque técnicamente no la tienen. “Los Fabelman” es intachable. Goza de una ambientación asombrosa, de una dirección inmejorable(de Spielberg no se podía esperar menos), de un bello guion tierno e íntimo, de unas buenas interpretaciones (que no me enamoran) y una banda sonora que suena a gloria bendita (compuesta a los 90 años por el extraordinario John Williams, colaborador habitual de Spielberg) Pero a pesar de toda esta colección de bondades, "Los Fabelman" me deja algo fría.
Ambientada a finales de la década de los 50 y principios de los 60 “Los Fabelman” narra la infancia y adolescencia de Sammy Fabelman (Gabriel Labelle) un pequeño que vive obsesionado con el cine y con la relación que mantienen sus padres (Michelle Williams y Paul Dano). Una familia norteamericana de origen judío que no lo tuvo tan fácil.
Lástima que este bello y nostálgico homenaje al cine y el recuerdo de la niñez de Spielberg no me guste como merece.

Sobre “Blonde” se pueden decir muchas cosas, unas favorables y otras no tanto, pero desde luego lo que es evidente es que la película no te deja frío e indiferente. Escrita y dirigida por el director australiano Andrew Dominik, - basándose en la novela homónima de la escritora norteamericana Joyce Carol Oates- “Blonde” no es un biopic al uso; se trata de una versión muy personal del director, intensa y potente en su guion y con una inmensa fuerza visual, que nos conduce a través de la decadencia y el ocaso de uno de los grandes mitos de la historia de Hollywood. Una Marilyn – claramente ficcionada, no hay que tomarse el texto al pie de la letra- que crece bajo la piel de una magistral y sublime Ana de Armas que te engulle, te fascina, hermosísima y seductora. Es una de las mejores interpretaciones que he visto en los últimos tiempos.
Presentada en el pasado Festival de Venecia y en el Festival de San Sebastián, donde ha sido la película sorpresa (siempre hay un filme secreto), “Blonde” ha decepcionado a muchos espectadores asiduos de Netflix y lo entiendo: no es una película fácil ni meramente entretenida. Es una cinta compleja, brutal, que remueve entrañas y que pone en valor el trabajo actoral de la joven Ana de Armas. “Blonde” va de cabeza a los Oscar y Ana de Armas se lo llevará…y si no al tiempo. A mí me ha encantado. En Netflix.

Hay detalles de "Cerca de ti" que me recuerdan a la maravillosa "Mi vida sin mí" (Isabel Coixet, 2003) pero ni de lejos alcanza a estar a su altura. Dirigida por Uberto Pasolini (cual es mi sorpresa al leer que no es familia del famoso Pier Paolo sino que es sobrino del gran Luchino Visconti) la película tiene como protagonistas a un padre joven y enfermo y a su hijo de 4 años, ambos en busca de una adecuada familia de adopción ya que la muerte del progenitor está cada vez más próxima.
Tierna pero excesivamente lenta, emotiva y por suerte no lacrimógena, "Cerca de ti" cuenta una bonita historia que infelizmente no me ha terminado de llenar

La maternidad, a veces compleja y contradictoria, convierte a Leda (Olivia Colman) en una mujer triste, que vive angustiada bajo las ataduras de ser madre, estado que no termina de satisfacerla. Un duro guion dirigido por
la actriz Maggie Gyllenhaal que por primera vez se pone detrás de las cámaras para dirigir "La hija oscura", adaptación de la novela homónima de la escritora italiana Elena Ferrante.
Interesante trama muy bien interpretada pero que me ha dejado algo fría; es lo malo de tener muchas ganas de ver una película, que a veces tenemos las expectativas demasiado altas.

En España más de 1 millón de personas sufren el trastorno mental de la Bipolaridad (pierden el control de su estado de ánimo que va desde la euforia exagerada hasta la más profunda de las depresiones) pero sólo 300.000 están diagnosticadas y tratadas como es debido. La salud mental sigue siendo un tabú y los enfermos unos incomprendidos, arrinconados por una sociedad que les tiene miedo, aunque habrá que ser optimista ante la visibilidad que parece que se les comienza a dar.

Con mucha delicadeza, pero con realismo y crudeza a su vez, Joachim Lafosse- cineasta belga del que también he visto "Después de nosotros" o "Los caballeros blancos"- dirige "Un amor intranquilo" con un riguroso y veraz punto de vista sobre el padecimiento del enfermo mental y de los que le rodean.

En "Les intranquilles" (mucho más acertado su título original: "Los intranquilos", pero dale que dale a las productoras con eso de cambiar y alterar el auténtico significado de los nombres de las películas) se nos presenta a una pareja - él pintor, ella restauradora- padres de una criatura de unos 8 añitos que a esa tierna edad ya empieza a convivir y comprender la enfermedad de su padre. Amor, desesperación, comprensión, todos a una ante el dolor psíquico y sus terribles consecuencias.

Excesivamente lenta en su comienzo, la historia poco a poco va tomando forma con unas estupendas interpretaciones en manos de Damien Bonnard ("Los miserables", "El oficial y el espía"), Leila Bekhti ("Iré donde tu vayas") y el pequeño Gabriel Merz Chammah. Presentada en la Sección oficial a concurso del Festival de Cannes 2021, es una película completa, como antes he dicho extremadamente lenta en su primera parte, no apta para los espectadores que sólo les guste las películas de acción.