La acción se centra y se desata, en su casi totalidad, dentro de la única creación del franco-suizo Le Corbusier en América: la Casa Curutchet.

No en vano se eligió dicha propiedad, ya que su soso minimalismo y la frialdad azul grisácea de los ambientes representa a la perfección a los moradores y sus relaciones familiares.
La dirección demuestra una gran capacidad para crear atmósferas incómodas y opresivas.
Aráoz y Spregelburd logran situaciones embarazosas gracias al enfrentamiento entre el egoísmo más agudo y la testarudez más bonachona.

Cámara en mano, Cohn y Duprat enfocan y enmarcan perfectas pinturas con una obsesión milimétrica preocupada no solo por la estructura y la composición de la fotografía sino además por la tensión que generan cada uno de esos planos.

Lo mejor: apatía versus empatía, intelecto versus pasión, cobardía versus confianza... toda la incomodidad y la vergüenza ajena que esos conceptos generan al enfrentarse, manejados magistralmente.

Lo peor: la fallida intentona por "conectar con el conflicto" representada por las escenas de las mini-obras de teatro se me hicieron un tanto boludas y desvinculadas de la trama, aunque no carecen de originalidad.

El director nos presenta una verga del tamaño del obelisco porteño (nunca mejor dicho), de comedia no cómica que roza lo grotesco para poder agarrarse de algo cuando ese algo es aire, comunicando la nada misma.

Empezando por la trama, una gran cagada que espetan sus dos desconocidos guionistas y dirige el cordobés Carnevale con las mismas ínfulas de porteño engreído que critica en la cinta.
De las actuaciones no se salva ni siquiera la de Francella, ergo, infumable por donde (no) se la mire con esos progre-ademanes que de tan obvios, nauseabundos.
Un gran corso a contramano que no aporta absolutamente nada a la cinematografía argentina ya que, claramente, esto no es cine argentino sino una garcha pseudo-yanqui con sus (d)efectos especiales incluidos y todo.

La intención manifiesta de generalizar y de deconstruir a la audiencia es ya no apestosa sino, encima, decadente y de un nivel de tibieza y cobardía extra-ordinario ya que te la balbucean como al pasar en vez de ir de frente.

Lo mejor: las sierras cordobesas que están de diez, para ir a tomar unos mates a orillas de alguno de sus tantos arroyos y mirar la tormenta venir, léase granizo.

Lo peor: que son dos horas en donde no dicen un carajo y la insistencia en ensuciar lo familiar y las tradiciones, renegando de las costumbres y de la herencia, es tan obvia que supera lo boludesco.

Otro claro ejemplo de que el cine puede llegar a niveles paupérrimos. No logro entender cómo alguien puede tomar en serio a esta caca cósmica. La titularon sin el artículo determinante para "disimular" la copia a 'El Cubo'.

Sinopsis: Un grupo de giles sin talento despiertan amnésicos y se ven formando un círculo alrededor de una cosa plateada, parados cada uno sobre un redondel rojo del cual no pueden salir porque sino aparece un rayo de la nada y los finiquita.
Este grupo de giles reúne todo tópico pelotudo existente referido a lo racial: blancos, negros, asiáticos, indios y latinos; a lo sexual: heteros, gays y lesbianas; y a lo etario: una niña, adolescentes, jóvenes, adultos y viejos.
¿La cereza del postre? Una embarazada.

Y a causa de ese patético mejunje, una paparruchada pseudo-filosófica se desata, entablando diálogos estúpidos entre todos los personajes que, dicho sea de paso, generan cero empatía; son todos de cartulina corrugada.

Lo mejor: lo absurdo de sus diálogos y la inexistencia de coherencia entre ellos, lo que transformó este supuesto thriller en una "comedia" y, aunque sea, me pude reír un poco.

Lo peor: que nada tiene el más mínimo sentido, una real huevada por donde se la mire derivado de un argumento desbordante de agujeros, redondos ellos, el verdadero círculo.

Aburren con esa dialéctica pretenciosa que no pasa de mera paparruchada mongolesca al mejor estilo Jackass de gesto serio en donde, claramente, no existe atisbo alguno de lo prometido: cero terror, cero thriller, cero intriga.

Escenas "individuales" y de relleno debido a una trama que no se sostiene por ningún lado, lo que da como resultado que si cualquiera de las mismas se borrasen, absolutamente nada pasaría y todo se entendería igual de lo chotamente predecible que es la cinta.

Por cierto, el chiste se cuenta solo al leer al Hollywood Reporter: "Un delicioso thriller hitchcockiano". O sea, si los tratás de imbéciles les estás haciendo precio.

Lo mejor: la actuación de Kiera Allen que se esmera y le pone garra al asunto pero, a excepción de eso, todo lo demás es berreta hasta decir basta.

Lo peor: que dura una hora y media, lo cual en este tipo de películas es bastante tiempo para nada pero bueno, todo no se puede.

En un pueblito alejaaaaaaaaado, alguien no cerró el candadooooooooo... era una noche sin luuuuuuuuunaaa, y yo dejé... la ciudaaaaaa... aaaaaa... aaaaaa... aaaaaa... aaaaaaddd... (Tanguito dixit)

Desde el vamos todo comienza idiotamente, con sus ya clásicos grupetes posmodernos de pelotudos atómicos en donde de cuatro, tres son mujeres y el único hombre, un negro, obviamente.
El guion es una puteada hasta para la memoria del más insípido de los filmes del género, de una (des)inteligencia absoluta y sin sentido, sumado a la banda sonora copiada y pegada de alguna otra chotada por el estilo.
Y obviamente, la baranda a campos de maíz y capuchas blancas en punta es harto boluda, flameando todo el conjunto entre banderas confederadas cuando eso ya no existe más, ergo, trama arcaica y desactualizada.

Otra verga más dentro del gran conglomerado de bostas arcoíris exultantes de titánica victimización espontánea, intentando cubrir la mierda con aires slasheros con el afán de lobotomizar mejor a las mentes endebles.

Lo mejor: la monumental carnicería de progresismo y sus deconstruidos queriendo 'cancelar' la motosierra fue satisfactorio, ergo, ni siquiera Netflix notó el verdadero mensaje y se lo morfó de parado.

Lo peor: el final, totalmente nauseabundo y tirado de los pelos, con un sinsentido de acciones que asombra hasta al menos exigente... no se comprende cómo cuernos pasó un solo filtro.