Bueno, bueno... como dice un conocido mío, no se por donde empezar, empezaré por aquí...

“Horizontes lejanos” es un western muy normalito, no posee una gran historia, ni tampoco un buen guión, apenas me ha tocado mi fibra “westerniana” pero bueno, sin ánimo de profundizar en los aspectos que no me han gustado, pues admiro y respeto tanto a Anthony Mann como Jimmy Stewart, y no queriéndome olvidar lo que sí, digo:

- James Stewart, lo peor que ha estado nunca, es decir, estupendo.

- El buen hacer de un director todoterreno y al que le gusta su trabajo como Anthony Mann.

- Arthur Kennedy, interpreta un personaje con muchos matices (También lo vi en “Murieron con las botas puestas” y me gustó su interpretación). Muy buen actor.

- No hay nadie como Anthony Mann para captar la esencia de la orografía del Far West.

A pesar de esto, me gustaron mucho más “Winchester 73” y “Tierras lejanas”...en fin, todo es debatible.

Por cierto, lo de los indios “shoshones”, es la tribu de indios que aparece en la película, se llaman así, me hizo mucha gracia, tampoco es para descojonarse, pero ahí queda.

Keira Nightley se desmarca de su línea habitual y ofrece una interpretación que nos muestra que es algo más que unos labios carnosos. Además merece la pena ver como Judi Dench devora la pantalla en cada aparición. Una película muy del estilo británico que no te dejará indiferente por las interpretaciónes de estas dos señoritas y su cuidadísimo guión.

Esta es la segunda incursión que realizo en la singular y, muchas veces, estrafalaria filmografía de Werner Herzog, un director que, ni mucho menos, se encuentra entre mis favoritos pero, para bien o para mal, tiene una gran capacidad para sugestionarme y no dejarme indiferente, y por ello le admiro.

La primera entrada fue sobre el documental Grizzly Man, la historia de Timothy Treadwell, aquel chiflado que amaba tanto a los osos grizzlies que, junto con su novia, murió devorado por uno de ellos. Esta vez, Herzog se apoya en el subgénero conocido como falso documental, para contar la historia de un alienígena (Brad Dourif, conocido por sus papeles de Lengua de Serpiente en El señor de los anillos y Doc Cochran en la serie Deadwood) que denuncia desde la Tierra cómo su planeta de la galaxia Andrómeda ha desaparecido y los de su especie intentaron sin éxito colonizar la Tierra. Además, critica como los hombres están cayendo en los mismos errores que los de su especie y cómo intentan, en vano, buscar una alternativa a un planeta exhausto por la sobreexplotación humana.

Lo realmente interesante del film se encuentra en el uso de imágenes de hechos reales en una historia ficticia y fantástica, cambiando por completo su significado, logrando escenas verdaderamente subyugantes que hipnotizan por la música que emplea y la belleza de las mismas, como las de los astronautas en el espacio o las escenas de los buceadores bajo esa onírica atmósfera acuática. El único pero radica en que, por momentos, abusa de este recurso, consciente de su validez y calidad, cayendo en la reiteración.

Por lo demás una película que, a los que les gusten las salidas de tono del amigo Herzog, no decepcionará, e incluye un par de gags marca de la casa.

La verdad es que Marathon Man tiene todos los alicientes para ser una gran película. Un buen director como John Schlesinger (Cowboy de medianoche), un reparto compuesto por actores como Roy Scheider y Dustin Hoffman, que sólo por el mero hecho de verlos en pantalla ya disfruto, el guión del premio Nobel William Goldman adaptando su propia novela... Sin embargo la película me deja bastante frío, me parece poco verosímil cómo se desarrollan los acontecimientos y los personajes tampoco me los termino de creer, un estudiante de historia que corre maratones que se enfrenta a un dentista alemán que fue un criminal nazi y está en Nueva York buscando unos diamantes, un disparate todo.

La mitología griega sirve como base a esta espectacular serie anime, poco o nada ortodoxa en su adaptación del panteón griego ni en lo que podríamos llamar un anime canónico, pero que suple de maravilla con un dibujo preciosista, diálogos ásperos, personajes hieráticos y una historia cargada de emoción y violencia que no da pábulo al aburrimiento. Una gozada.