Es mala y se cree buena. Como la fea que al final de una barra de bar espera que se le acerque el marromo de nota 9 y que le susurre al oído guarradas. No llega nada más que a producir aburrimiento y a ello no ayuda el hecho de carecer de guión... No tiene nada, nada más que a tres actores follándose a todo lo que se mueve y ver los enormes y preciosos ojos de Imogen Poots... No pude acabarla.

Es difícil catalogarla y es facilmente olvidable. Llena la mente de bonitos personajes y fotografía. Sólo se encarga de mejorar la cruda y triste realidad, nada más. Entretiene, pero no hace reír y más de una vez te preguntas que demonios haces viendo una cosa tan disparatada donde se oyen comentarios como: "Deja que la chupe", "Sólo la puntita". Igual es que soy un mojigato, pero escenas como esa me gusta verlas donde las tengo que ver y no me gustó verle la gurrina a Jason Segel. Aunque me gustó comprobar que Kunis y Bell tienen menos talento interpretativo que la mitad de la ESAD de Córdoba el año que circule por allí. Cosas de "feeling" personal, supongo.

Si bien no digo nada nuevo que no se haya dicho ya sobre la diferencia entre la realidad y la ficción, me gusta repetirme un poco y sí, por películas así, uno adora la ficción. Está bien que la película no es gran cosa, pero la realidad es mejorada cuando te ponen de compañera a Margot Robbie y coches de alta gamma a tu lado. Está bien que no tengo ni el porte, ni el físico de Will Smith pero aunque lo tuviera no existiría una mujer como esa en la realidad que se ahunara con un buen carácter y lo de los coches de alta gamma, pues como que no me los puedo pagar (probablemente de poder pagármelos podría tener pequeñas copias de Margot Robbie pululando por mi mansión de Miami con la nariz empolvada en cocaína)... Dejando ese mundo extraño y somnoliento a un lado, me ciño a hablar de una película que te engaña desde principio a fin: Empieza en lo que parece una especie de comedieta romántica con Will Smith y una rubia de buen porte en torno al juego de timar, se separan y vuelven a encontrarse de forma no tan casual (ella lo busca por donde más o menos se imagina que debe estar él), se alía en serio con él y comienza así una pequeña relación de amor donde se van sucediendo acontecimientos extraños uno tras otro en torno al mundo de la engañifa, que llega a su culmen con la estupidez del chino BD Wong y el hecho tan absurdo de dejarse ganar en una apuesta de 2 millones de dólares cuando la apuesta se trata de adivinar que numero estoy pensado ahora mismo (wtf!). No me voy a poner a pegar clavijazos al más puro estilo colaborador de Telecirco, pero me parece absurdo dejarse ganar en un juego donde el engaño es tan fácil. Más tarde llega el acabose del todo al volverse a encontrar (eso ya no sé si de forma casual o buscada por uno de ellos porque el aburrimiento me hizo perder interés), y desarrollar la segunda parte de la cinta que no puedo ni quiero desarrollar aquí.

Cuando te pones a pensar en la enjundia de la película te das cuenta de que carece de poca chicha que cortar y que todo es artificio muy bonito que acompaña. Se sabe que el final estará repletos de engaños porque la película se gira siempre sobre un manido tema y es todo tanta vuelta de tuerca y tantos giro sobre lo mismo que te acabas por creer que todo, absolutamente todo es un timo y que saldrá Will Smith con cara de cachondo y se reirá en tu cara señalándote con el dedo. Pero como dije en un inicio, la noche te la alegra y ver tías buenas con ese carácter tan bueno te hacen imaginar, por unos instantes, que la vida puede ser así de maravillosa... Por cierto, el amigo obeso de Smith, es de una personalidad estúpida, pero una personalidad que a cuatro tarados suele caer muy, muy bien... Creo que la época del tipo serio y responsable se quedó en los setenta, XD.

No te pierdes nada si no la ves.

Malita, sí. Ahora que veo la ficha de la peli me doy cuenta del porqué de su mala calidad: Era un telefilm. Sus efectos visuales son malos hasta para la mitad de la década de los noventa, su historia es intragable y sus actores ridículamente malos. Por momento pensé que se trataba de una comedia con monstruo de por medio. Me sorprende que Michael Madsen (después de "Kill Bill" y de "Reservoir Dogs", ambas del maravilloso Tarantino), se haya dedicado a participar en un film tan malo. La terminé, pero hacia el final ya no podía prestar atención a semejante basura realizada para tomar el pelo al público. Es la peor película de monstruos que he visto en mucho tiempo y la peor de toda la semana. Semana traumática con tanto bicho acuático de por medio. Tendré que poner cine del bueno para compensar todo este desbarajuste.

Por cierto, Terry Ivens no pierde sus pestañas postizas por mucho que le persiga el bicho este de 30 metros, y cuya conclusión científica de lo que es se desarrolla en menos de un minuto por una serie de secuestradores perdidos en esa isla Polinesia que muestra, eso sí, una fotografía selvática preciosa. De lo poquísimo rescatable del film. Huye de el como de la peste.

Sólo había imaginado tramas así en mi más escondido subconsciente. ¿Castores zombies debido a sustancias radiativas que son dejadas ahí por dos asombrosos idiotas? ¿Hacer una película de terror (?) con marionetas que parecen sacadas de "Barrio Sésamo"? Por fortuna, la película se toma a broma lo necesario y está bien esa idea, porque de tomarse verdaderamente en serio hubiera sido su catástrofe final. Quizás, como he leído ahora mismo sobre el film éste, su idea sea tomar a risa los típicos productos ochenteros de terror adolescentes. Desde luego es una larga broma envuelta en cuerpo y caras bonitas (y no todos), algo de sangre y bichos que se notan a la legua que son marionetitas. Sólo me agradó ver la escena en la que casi una de las pequeñas criaturas le hace un "cunnilingus" a la rubia de turno. ¿Sus personajes? Pues puro humor americano. Sus tomas falsas finales son mejores que los setenta minutos de film. Un bodriete.