Un buen libro reestructurado en tres historias, cada una de ellas con toques, personajes, escenas y actitudes de la novela, cada una distinta y reveladora. Llenas de misterio y de intenciones ocultas que sólo se comprenden tras un rato de reflexión. Un rato después odias y amas a Laura, a Virginia, a Richard.
Si hay que ponerle un pero, le sobraban apenas unos 10 o 15 minutos.

Aburrida, lenta, pretende ser cómica sin lograrlo, trata el tema de la homosexualidad con todos sus clichés: promiscuidad, lesbianas con aspecto masculino, confusión de identidad sexual... Y el amor como algo banal, gente que se enamora y se desenamora en cuestión de minutos y es capaz de dejar un matrimonio o una relación como si nada.

Que no, que los diálogos no tienen por qué estar reñidos con el ritmo, que una película puede tener las dos cosas, y Quentin lo sabe.
Una película excelente, halabada y mitificada, que, sin embargo, tiende a olvidarse o a confundirse con bastante facilidad.

En general hace reír, transgrede, habla sin tapujos, muestra sin vergüenzas. Pero al final pierde todo realismo y nos damos de narices contra la única verdad, que todo es de mentira.
Consigue una mezcla interesante entre telefilm y documental y nos regala detalles con toques "indie" bastante típicos como la libreta o las manzanas.

Excelente película, que pasado el tiempo te deja el sabor amargo de aquella madre que se hunde poco a poco, de aquella chica que busca la salida en el peor lugar, de aquel brazo que duele como los corazones de todos los protagonistas. Altamente recomedable.