Una película que bien podría ser un videoclip de una partitura clásica, que posee unas imágenes espléndidas y una música excepcional pero que, aun así, no se acerca ni de lejos al libro. A pesar de qe a veces una imagen vale más que mil palabras, en este caso ni ver las miradas cómplices puede suplir la manera mucho más mística en que Thomas Mann nos describe esa terrible atracción.

El momento en que él la busca en el coche al son de Extremoduro. Sólo con eso, la película merece un sobresaliente. A ratos más intensa y a ratos más floja, ese momento la salva por completo.

Buena definición de las relaciones amorosas y sus rarezas, dificultades y altibajos. Un guión típico de Allen, un poco más light en cuanto al absurdo. Me gustó, sí, pero me dejó la sensación decepcionante de "¿así que Annie Hall sólo era esto?".

Entretenida a la vez que evidentemente novelesca. Se nota a leguas que parte de una novela ficticia porque las situaciones en muchos casos no parecen creíbles. No obstante, me merece un notable además de una mención especial a las interpretaciones y la fotografía.
No me gustó, en cambio, la caracterización.

Pues a mí me gusta. Todo eso que algunos han criticado como defectos o como desvaríos del director (la planta 7 1/2, la secretaria, las marionetas, la puerta secreta...) son para mí lo esencial del film, lo que la hacen diferente y genial. Es una película excelente durante la primera mitad, porque nos muestra un mundo único en el que cualquier cosa puede pasar. Pero luego se pierde un poco o, tal vez, se encuentra; se encuentra con un mundo más real, más mundano. Sea por lo que sea, la última parte decae un poco.
Cusack está como siempre, impresionante.