Un thriller sumamente convencional, que se va diluyendo con el paso de los minutos tras un comienzo esperanzador. No consigue transmitirte ninguna sensación de angústia o escalofrío pero cumple -a ratos- su principial cometido, el de entretener.

¿Como es posible actuar tan mal y, a su vez, tener tanto carisma como el tio Arnold? ¿Qué hubiera sido del cine de acción de finales del siglo pasado sin el?
La película en sí es una macedonia de tópicos bien llevados que en la primera mitad resultan indudablemente más divertidos que en la segunda, donde Cameron se olvida de la comedia para tirar del carro de la previsibilidad. Algo que durante los más de 140 minutos de duración termina pasando factura en un filme de estas características.

Termina siendo conmovedora y, en general, está muy bien llevada. Toca la nostalgia mediante un buen guión y, si no fuera por su final, ni siquiera podriamos estar hablando de un drama, sinó de una preciosa película sobre la amistad.
Esto último me lleva al que a mi parecer es su principal contra, el final. Es evidente que Freixas ha buscado la lágrima facil sin venir a cuento y sí, lo ha conseguido, pero haciendo trampa.
Aun así, una gran película.

Literalmente. Él contra el mundo y, como en la gran mayoria de sus películas, sale ganando el, por supuesto.
En este filme es una especie de Walker pero en lugar de ser el sheriff del pueblo es un apuesto pistolero recién llegado que se va a vender al mejor postor. No obstante, con sólo un par de miraditas a una pobre mujer immigrante ya se jugará la vida por ella. Una gran história de amor donde las haya.
En resumen, Willis jugando a dos bandas. Que si ahora traiciona a unos, que si ahora esconde eso a otros mientras ayuda a los rivales... La película intenta ser más lista de lo que al final termina siendo a base de traiciones y giros argumentales, que a algunos gustaran y a otros terminaran cansando.
A mi me ha entretenido... a ratos.

Lo primero que me ha pasado por la cabeza al terminar la primera y única temporada es una pequeña sensación de dejavú, de que no han sabido aprovechar el potencial que brindaba su guión.
Los protagonistas y personajes en general son más planos que una piedra (terminas empatizando más con los titanes que con ellos). El guión peca de una evidente falta de ritmo, tiene una serie de lagunas importantes y un exceso de melodrama que termina pasando factura a su mayor virtud, la epicidad con la que se desarrolla.
Su segunda temporada tiene mucho trabajo por delante para atar todos los cabos que han dejado sueltos, pero tambien una buena base por donde empezar, ya que la primera va de menos a más.
El apartado técnico es intachable, espectacular.