A mi juicio, la mejor película con el tema de el cine dentro del cine, es "Sunset Boulevard", de Billy Wilder. Despues de verla varias veces pude comprender que la película trata de aquellos guiones que nunca se llevaron a la pantalla. Sino de que otra forma se interpetra que la historia sea narrada por alguien ya muerto. Respecto al filme de Barry Levinson, bien podríamos significar que la vida del productor es un gigantesco universo de oropel, donde comprendemos qué es un mundo de poder para decidir que es lo que va o no y sobre todo en la industria de Hollywood. Qué es lo polítcamente correcto en la realización de un filme.

Sin la fuerza de otros filmes que tocan el tema (algunos con ironía), de todas formas el personaje Ben que interpreta Robert de Niro, se acepta sin sentimentalizar a un irremediable señor que sabe ser siempre sobrio, distinto y convincente.
Gonzalo Restrepo Sánchez, Film critic, Barranquilla, Colombia.

“La duda” (“The doubt”) es de esas películas donde al salir de la sala de cine, se tiene la sensación de silencios y ausencias. Dirigida y escrita por John Patrick Shanley (recordado por su primer “Oscar” como guionista en “Moonstruck), vemos un “cara a cara” interpretativo entre Meryl Streep y el camaleónico actor Philip Seymour Hoffman.

Muy pronto el director nos da las coordenadas de la historia, cuando en la primera escena que vemos, el padre Flynn (Philip Seymour Hoffman) desde el altar nos habla sobre qué hacer cuando uno no está seguro, hacia donde vamos en esa inseguridad. En este camino trazado por el discurso fílmico de “La duda”, la historia tiene un alto nivel metafísico más allá de la conversación y los rituales códigos de este drama religioso.

Si me permiten, y sin entrar en ese espeso bosque de la dialéctica, yo diría que una fábula moral de inspiración cristiana en Romanos 11: 33, que podemos leer en la Biblia cuando el apóstol Pablo exclama: "¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán inescrutables son Sus juicios, e insondables Sus caminos!".

En este contexto de las alegorías sobre pasajes bíblicos, y sin que “La duda” sea una historia en este sentido, viene a mi memoria “El árbol de los zuecos”, del cineasta italiano Ermanno Olmi, sobre la expulsión del Edén; “Camminacammina” (una recreación sobre los Reyes Magos) y sobre todo “Lunga vita alla Signora”: película que (al igual que “La duda”) cruza el constante significado metafórico de las imágenes que observamos en la simple proyección, a la lectura simbólica (en el caso de “La duda”), sobre las declaraciones de la directora de la escuela, independientemente si hay un posible caso de pedofilia en el centro educativo.

Pero la lectura del anverso del filme sería: la verdad. ¿Qué es entonces la verdad? Siempre hemos vivido rodeados de mentiras y verdades, aunque algunas se convierten en verdad y otras en mentiras. El padre Flynn (Philip Seymour Hoffman), la hermana Aloysius Beauvier (Meryl Streep), Mrs. Miller (Viola Daves) y la hermana James (Amy Adams) ingenua y humana, siempre defienden sus propias verdades (verdades llenas de dudas). Entonces cabe la pregunta a la verdad espiritual, ¿es la tolerancia frente al significado de las cosas, la que puede tener este concepto de verdad?

Parece que el filme se orienta hacia esa idea, que me resulta muy bien llevada en un excelente guión, que raya en la perfección. Un buen cuento que refleja esto y que leí en alguna oportunidad, proviene de la India. “Un grupo de ciegos que se acercan a un elefante e intentan determinar que es lo que tocan, todos palpan una parte distinta del elefante, y por lo tanto discuten sobre la naturaleza de lo que están tocando. Y sin embargo, para todos ellos es lo mismo, solo que están "viendo" aspectos diferentes de una única verdad.

"Gomorra", de Matteo Garrone,es una amarga historia de perdores sin ningún futuro, que nos remite por ejemplo a "Pusher", de Nicholas Winding Refn. Con el desapego y autoridad de los personajes de Bukowski, lo que parece un camino de abyección, se revela al final, en vidas sin muchas perspectivas. Y ese es el tipo de perfección de esta clase de héroes que nos remite a "Barfly", de Barbet Schroeder.

En "Gomorra" lo tétrico de ese camino sin retorno que muchos humanos llevan a sus espaldas, es producto de la falta de oportunidad y sedentarismo. Realmente el filme es oportuno al señalar lo insoportablemente violenta que es este mundo globalizado. Además una violencia sin solución. Dentro de los más estrictos parajes urbanos del thriller, el director Matteo Garrone, dramatiza que la honestidad no existe en ese mundo de las mafias. Además nos recuerda a aquellos personajes perdedores quienes asumen su desgracia con resignación, de quienes saben que las cosas no van a cambiar. "Un camino sin retorno", parafraseando un filme de Oliver Stone, que nos remite una vez más a esos héroes en callejones sin salida.
Gonzalo Restrepo Sánchez crítico de cine "El Heraldo", Barranquilla, Colombia.

Al analizar “Revolutionary road”, la reciente película en nuestro medio de Sam Mendes (“Belleza americana”). He querido titular mi crítica con aquel filme de Robert Benton, “Places in the heart” (1984), no porque sean el mismo tema, sino por el estudio intimista de los personajes. En este contexto, Mendes logra que Di Caprio haga de Wheeler y Kate Winslet (ganadora del “Globo de Oro” este año) de April, uno seres con virtudes y defectos sin llegar al exceso de la mitificación y que no nos resulten antipáticos.

La primera pregunta que surge más allá de cualquier consideración sobre la transformación y mecanismos sobre la vida emocional de los personajes en matrimonio, es ¿por qué en la vida le va mejor a unos que a otros? Al buscar la respuesta, la película resuelve al final, al menos un diagnóstico acerca de las emociones, sin esa insoportable “levedad del ser”, de la que Kundera nos habla en su libro y que trascendía en eco en el filme de Philip Kaufman.

Más bien esta historia (basada en la novela de Richard Yates), nos deja la enseñanza de mejorar nuestra vida. De buscar proyectos de vida común a nivel pareja para que la unión, más allá de la atracción, sea el tránsito menos forzado a lograr los sueños. A partir de esta idea, San Mendes mueve temas, situaciones y escenas que permiten señalar que estamos ante una excelente película que nos habla con sinceridad sobre el matrimonio y llega a nuestro Pathos.

Con un ritmo y textura propios de los años cincuentas, casi concluyendo puedo sentenciar: Nada de parejas en cotidianidad frustrante, interiores sombríos y melancolías como en algún filme de Woody Allen. Y si tomamos el ejemplo de narrar el itinerario moral de Frank Wheeler y su esposa April (no la de su fatal decisión), para ilustrarnos acerca del matromonio, debemos de remitirnos a “Viaggio in Italia”, de Roberto Rossellini, donde el maestro italiano nos enseña sin excesos y en metáfora.
Gonzalo Restrepo Sánchez (Film critic,"El Heraldo", de Barranquilla, Colombia.

Haciendo creíble el nacimiento de la identidad gay de su protagonista (puede ser el "Oscar" este año para Penn),y, sin la advocación de Baudelaire de "Las flores del mal", "Mi nombre es Milk", nos muestra prototipos de quienes, sin la amargura cínica y descreimiento constante: vemos escenas más allá de la ambigua dialéctica", para reconocer la labor de Milk como lo que fue, en una excelente película. (Gonzalo Restrepo Sánchez. Film critic de "El Heraldo", de Barranquilla, Colombia)