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Críticas de irian hallstatt
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Críticas 126
Críticas ordenadas por utilidad
9
19 de diciembre de 2007
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
* Esta “Historia de Abril” es uno de los trabajos más amables de Iwai, y de momento, mi favorito; y eso que tiene muchos y muy buenos films este hombre.

* Desde el principio Iwai nos introduce en una de esas atmósferas diáfanas, fría y apagada, pero acogedora, como de ensueño, que tan características son de sus películas, y donde se desarrollan historias, unas veces más reconfortantes, otras veces más oscuras, pero siempre sin romper ese tejido etéreo. Con “April Story” nos encontramos ante una de las primeras.

* Pero Iwai es un romántico, para bien o para mal, y no es extraño que en su preciosista y grácil mundo de casta ensoñación, en esa plácida sinfonía de dicha, haya alguna nota disonante; que esa tenue y angelical luz ilumine al inmune a tanto deleite. Y es que algo no encaja en nuestra protagonista. Se la ve una chica normal, agradable, abierta, con la típica circunspección oriental, no huraña ni cerrada; pero su comportamiento no encaja con lo que esperamos. Acaba de ingresar en la universidad. Como para tantísimos otros en su situación se abre ante ella todo un mundo de posibilidades, oportunidades, estímulos, y libertad; todo un mundo a explorar y personas por conocer, pero no vemos en ella ni confusión, ni excitación, ni siquiera la típica añoranza del hogar paterno; pues esa soledad en la que Uzuki (nuestra protagonista) se esfuerza por permanecer es un poco sospechosa (“soy alegre por naturaleza”, y nosotros te creemos, Uzuki). Parece fuera de lugar en su nuevo ambiente. Se mantiene ajena al jovial y emprendedor mundillo estudiantil, abstraída, como si nada fuese con ella. Dedica el tiempo, no a adaptarse a su nueva vida, sino a permanecer a la espera de algo que nosotros no llegamos a penetrar. Y de pronto, después de habernos contado lo que no hace, Uzuki nos desvela lo que hace, lo que pinta en su propia historia, y el porqué de su extraño comportamiento y su aislamiento. Y a partir de ahí Iwai nos perfila aún más la sonrisa que llevamos arrastrando desde el principio del film; la escena del paraguas es de las que se recuerdan.

* Me encantan los plácidos y fríos ambientes que recrea este director, y como usa la música para amplificar las gratas sensaciones que produce, añadiendo lo hermosa que suele ser la música a la que recurre. En este film me parece increíble como transmite ese retraimiento anhelante de la protagonista, esa soledad cargada de expectativa y sobre todo, incertidumbre. Visualmente muy bella, poética y musical. De una gracia sutil y encantadora. “April Story” es una especie de etérea y mansa canción folk. De seductor estribillo. Se le ilumina a uno la cara con el desenlace de esta “Historia de Abril”.
irian hallstatt
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9
12 de septiembre de 2007
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
No solo es mi película favorita de las basadas en la novela de Stoker, sino también de las que tratan el mito del vampiro. Con una oscura, abatida y condensada carga romántica, despojada de la moralina que reviste toda la novela, de la cual recoge personajes y trama.
Deudora del espíritu gótico y del simbolismo de literatos de décadas pasadas; más que del propio Stoker, de autores como Hoffamnn o Storm, y de algún que otro francés. Todas las secuencias desde los preparativos de Harker y el Conde para abandonar el castillo camino de Bremen son realmente impactantes y de una tensión dolorosa; cada imagen es un golpe. Encuentro sublimes las analogías que se establecen entre Nosferatu y su entorno con la enfermedad y la pandemia; la comparación de esa tierra de fantasmas y espíritus que evitan los lugareños con una tierra infecta y maldita, foco de contagio, donde el misterio y el horror van de la mano de la enfermedad y la muerte.
La vana carrera de Harker por llegar a Bremen antes que la epidemia, el navío fantasma que trae la muerte a la ciudad, los desfiles de ataúdes por una ciudad antes bulliciosa y ahora desierta y paralizada por el miedo, desesperada, sin saber que una criatura enferma es la causa de todo ello, el pánico y la desmoralización generadas por la impotencia… todo se expone en una concatenación de sutiles, fugaces, fascinantes y certeras miradas a la catástrofe, que sin necesidad de efectismo ni petulancia nos retratan la desolación.
De las pocas películas que mínimamente conjugan la fantasía simbólica con alusiones al posible origen del mito, de manera compensada, manteniéndonos en un brumoso suspense de pesadilla, de un magnetismo sobrecogedor. Increíble como se puede concentrar tanta tensión y zozobra en simples imágenes como el oleaje rompiendo contra el casco del buque, o este llegando solitario a puerto. Con los elementos que me atraen en el cine de horror: drama, misterio, romanticismo turbador, desazón, sugestión…
Narrativamente tejida casi al modo de la leyenda popular, o del cuento posterior de exponentes como los Grimm.
Del cine poderoso sin alardes que tan bien se les da a los centroeuropeos, cuna del goticismo y corrientes post-románticas.
irian hallstatt
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9
22 de junio de 2007
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me esperaba un sobrio y contenido drama bélico, denso e incluso quizá árido. Nada de eso. La película es ligerísima, en el sentido de que se ve del tirón. Muy divertida, a la vez emotiva, y con cantidad de escenas de las que se recuerdan. Tampoco hay exaltación de la guerra, del papel ruso, o de régimen alguno, como pudiera uno esperar en principio. No es que la película tenga un mensaje antibelicista explícito, pero si que nos muestra de forma “afable” algunos de los estragos de la guerra, más que en el campo de batalla, entre la población.
El periplo del protagonista le lleva a encontrarse con diferentes personas, cada una de las cuales se ha visto en algún modo afectada por la contienda. Por un lado se nos retrata el desamparo en que caen muchos, y por otro lado, y creo que lo crucial, nos muestra como en situaciones extremas, críticas, o muy difíciles y comprometidas, como una guerra, la gente cambia, enseñándonos su verdadero rostro, sacando lo mejor y peor de cada uno, y demostrando nuestra verdadera valía. Hace aflorar nuestros instintos, como nuestros verdaderos valores y sentimientos.
Los soldados no temen a los obuses ni a los alemanes, pero sienten una angustia atroz ante lo que pueda estar pasando en casa, a lo que pueda ocurrirles a sus seres queridos, y todas sus preocupaciones se centran en ellos.
Pese al tono generalmente amable del film, que no apunta a las claras una crítica contra la guerra, si que presenta esta como algo que tan solo consigue desestabilizar y separar a las personas, algo totalmente inútil y vano. Acabamos con la sensación de que todas esas personas que se cruzan de forma furtiva con Alyosha, cualquiera de las que atestan las estaciones en que se detiene, o que se cruzan con él por los caminos que transita intentando llegar a casa, todas, están tocadas por la guerra. Todos tienen algo que temer o por lo que sentir angustia, y el dolor y la congoja de todos acaba siendo uno y común entre los millones de víctimas de la contienda. Algunos como Alyosha sacan lo mejor de si e intentan paliar la suerte de los demás en la medida de lo posible, otros sufren en silencio y en el anonimato, y otros se esfuerzan por sacar tajada de forma rastrera o se regodean en su vileza, justificándose en las circunstancias.
Escenas como la de la oficina de telégrafos, o aquella en que Alyosha desde el tren rememora los momentos vividos con Shura, imaginando lo que esta sentirá y pensará, y lo que él debiera haber dicho o hecho, son espléndidas.
En resumen, recomiendo aparcar prejuicios y ver esta maravilla.
irian hallstatt
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8
28 de abril de 2007
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
* “Vendredi Soir” es mágica, y aún no me explico ni me queda claro si lo que vemos es una ensoñación o sueño de la protagonista, lo cual explicaría muchas cosas, excepto como Claire Denis ha logrado plasmar tan finamente ese mundo onírico de sensaciones.
Gran parte del efecto será causado por los omnipresentes pasajes musicales, de una música etérea y emocional que nos atrapa en un hipnótico bucle, pero no solo a nosotros, pues la simbiosis entre imagen y música es casi total.
También es cierto que Denis parece tener una concepción cadenciosa y musical del movimiento y la fisicidad, que genera suertes de corrientes y sensaciones como aquellas que experimentamos soñando.


Y ya estamos de vueltas con lo del sueño. La película tiene algún elemento grueso que remarca la irrealidad de lo que vemos, pero su ritmo y el tratamiento de los personajes hace que dichos elementos sean superfluos para generar ese ambiente de, digamos, suspensión; a no ser que se pretenda explicitar que lo mostrado es un sueño, porque realmente la protagonista se lanza a su aventura como si de un sueño se tratase, y su compañero, una huera criatura de sueño parece.
Pero es que la situación de inicio que dispararía la ensoñación o los fantaseos de ella, bien podría generar el clima y el estado mental propicio, no solo para la ensoñación, sino para desconectar la vigilancia y realmente lanzar a una Laure (nuestra protagonista) consciente a su aventura.
Desde el principio ya vemos que parte de su realidad se esfuma reducida a un montón de cajas con etiquetas: está de mudanza. Se traslada a casa de su pareja, de la cual no sabemos nada, ¿y ella, sabe algo? Echa un último vistazo a la fachada de su ex casa y cuando le vuelve la espalda se encuentra un mundo nuevo, porque el viejo se consume tras ella. Ya de entrada parece haber un largo camino hasta su nuevo hogar, pero la huelga de transportes parece dilatarlo hasta el infinito. El caos del tráfico solo aumenta su extrañamiento y confusión, sumiéndola en un estado de sopor del que saldrá, pero sin saber a donde, aunque somos nosotros los que acabamos descolocados. Solo sabemos que sortea espacios familiares (la cena con unos amigos) y que se lanza a un “affair” con un desconocido.
La intimidad cómplice y totalmente libre y desprendida que se consigue transmitir entre los dos protagonistas es del todo inexplicable, pero se logra.
Quizá la protagonista se haya permitido un momento de total libertad antes de volver a su “realidad”, y esa desinhibición la suma en un estado extático.


* El film puede verse como una oda a la libertad, al éxtasis del momento, o a la embriaguez de un amor efímero que solo alcanzamos dejando en vilo nuestras concepciones y atribuciones. Un dejarse llevar por los sentidos, por esa música que suena en lo recóndito del pecho y en los más ocultos recovecos de nuestra mente. En ningún momento elucubración alguna sobre aquellos que me rodean; dejarse llevar, dejarse ir.
irian hallstatt
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8
6 de julio de 2007
13 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
* “Blue Gate Crossing” es un drama adolescente, con algún desenfadado apunte de humor, y que pese a su tono afable toca temas de cierta gravedad.

* ¿Triángulo amoroso? Pudiera ser, pero todo se desenvuelve de forma circular. Los sentimientos de los tres protagonistas se lanzan en vano en pos del ser amado porque los afectos de este se dirigen a la persona que los vuelca sobre nosotros. Tan solo uno de ellos intenta salirse de la dinámica que él mismo ha provocado, aunque su movimiento suponga una dolorosa sacudida en el sentir de los otros dos.

* A primera vista, uno de los temas tratados en la película sería el de la homosexualidad, inclinación que una de las protagonistas parece aceptar, complaciéndose en ella, mientras goza de la cercanía del ser amado y de la burlona incertidumbre de si su amor será correspondido, pese a los pocos indicios que para ello tiene. Aniquiladas las esperanzas, su mundo y sus estimas se tambalean. Comienza a plantearse su naturaleza, y a verla por primera vez como un problema. Es interesante como el personaje de Meng Kerou acepta sin complicaciones la atracción que siente hacia su compañera y amiga mientras hay amor y esperanza, para acto seguido plantearse la anomalía de sus inclinaciones.



* Podemos reflexionar acerca de otros asuntos respecto a las relaciones. Sumidos ya en la situación generada se muestra tanto el egoísmo de la falta como de la plenitud de sentimientos. “¿Qué estás haciendo?” pregunta Meng Kerou, “Persiguiéndote” contesta Zhang Shihao. Así transcurre buena parte de esta historia, con los sentimientos de los protagonistas desbocados hacia de la persona que aman mientras esta les da la espalda; de forma inconsciente o deliberada, el daño que se infringe no es menos doloroso. Pero el amor es ciego: pisotea y no mires a quien. Es increíble los sufrimientos que se pueden provocar por puntuales, y en apariencia nimios accesos de vergüenza, rencor, o aturdimiento, por desánimo, o irritación. Los protagonistas se lanzan unos tras otros sin mirar alrededor, sin considerar nada ni a nadie, aunque también es cierto que, ebrios de amor o abatimiento, las consecuencias de nuestros actos son objeto de poca atención por nuestras mentes, a donde se nos sube el corazón. Y al final tenemos un plácido mundo juvenil que se tambalea, relaciones ideales que se derrumban, y una buena dosis de realidad para sacarnos a base de palos de la adolescencia.

* La película tiene un ritmo algo pausado, pero contrarrestado por unas interpretaciones cargadas de frescura y desparpajo. Naturalidad que me acerca los personajes, que me hace simpatizar con ellos, y no dar marcha atrás a la hora de aplaudir su trabajo.

* La historia deja cosas en el tintero, pero igual que estas chicas juegan a imaginar como serán sus vidas con el transcurso del tiempo, nosotros podemos hacer otro tanto.
irian hallstatt
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