Buen homenaje a las películas de Guy Ritchie en versión española, con la grata sorpresa de la gran actuación de un Julián Villagrán que poco a poco se abre hueco en la interpretación. Bien acompañado de un gran número de secundarios en donde sobresalen Manolo Solo y Selu Nieto. Quizá lo peor sea la interpretación de Nacho Vidal, muy exagerada, pero siendo uno de los productores no podía faltar en la cinta. Las chicas son testimoniales, aunque importantes en el desarrollo de la trama y de los personajes. También las apariciones de caras conocidas hacen esbozar alguna sonrisa en el transcurso de la película.

Algunas escenas se resuelven de manera absurda, pero ¿qué más da? Es una demostración de que en España también podemos hacer un tipo de cine supuestamente restringido a los americanos y a los británicos, un cine gamberro y con mucho humor que solamente le presta atención a su misión principal: ofrecer un producto entretenido y ligero.

La historia es flojita, muy flojita y, a pesar de ser un cortometraje, nos da la sensación de alargarse demasiado. Tal vez se hubiese podido rematar en menos tiempo. No voy a entrar en el tema de los premios, porque siempre desconfié del valor de las películas añadido por los galardones. Así que si me sabe a poco es por lo que he visto, no porque me esperase más al saber que tiene el récord o cosas así.
Lo mejor: la música.
Lo peor: el cartel y todo lo que viene después. ¿Cannavaro y Carboni? Sólo un gancho para que lo veas.

Película que quiere y no puede, a pesar de la gran inversión producida en su época y del empeño de los actores (creo que es de lo mejor de Matthew Broderick sin ser un peliculón) en sacar adelante un guión que, como poco, es no creíble. Se ha quedado atrasada, anticuada, y tal vez por eso tenga la nota que tiene, dado que muchas veces nos dejamos llevar por la nostalgia para valorar desde el recuerdo.
Sin más, decir que es una peli de corte familiar y de sobremesa, así que no hagan caso a eso de encuadrarla dentro del "thriller" porque no llega a tanto, ni mucho menos.

No, me niego a aceptar que esta bazofia sea una caricatura de "Men in black". Jamás llegará a tanto. Esto es un despropósito en donde se han mezclado partes de la propia saga de Will Smith y Tommy Lee Jones con partes de "Los Cazafantasmas" o "Ghost", pero muy mal mezcladas. Ryan Reynolds, hijo de Estela Reynolds, no pega ni con cola con un Jeff Bridges al que le debieron pagar mucho para subirse en este carro. Su personaje tiene guasa, empieza como el cascarrabias veterano que no quiere compañeros para breves minutos después cederle este papel al personaje de Reynolds, el hijo de Estela. Vamos, ni pies ni cabeza. Los muertos rebeldes se llaman los "guiñados", y ahí ya te dejan claro de qué va este circo. Por ahí también pasa Robert Knepper, que vio lo que se cocía y salió por patas, Mary-Louise Parker, muy guapa ella pero que da la sensación de estar pensando en otra cosa, y Kevin Bacon, otro célebre actor que se queda estancado en semejante mierda.

Humor chabacano, mascado y usado en otras películas, acción copiada y pegada de otras películas, guion ya visto en otras películas... No, no es ni una mala caricatura de "Men in black". ¿Qué más quisieran ellos?

Podría pasar como película de aventuras entretenida, pero es que a la larga son tantos los tropiezos que a uno de la que pensar. De entrada nos obsequian con un inicio atropellado y mal narrado. Un noble árabe, Ahmed, al que lo expulsan de su tierra a causa de una mujer, acaba en las tierras del norte (sin especificarnos bien dónde, a pesar de contar con un mapa) y de ahí a convertirse en vikingo pasan solo 15 minutos. Un vikingo en toda regla, porque aprende hasta su lengua. A partir de ahí, el desarrollo de la película no está mal, y los decorados y peleas están muy bien conseguidos. Y llegamos al final, donde encontramos otro atropello y otra mala narración que acaba por cerrar la historia de una manera inexplicable.

Antonio Banderas es Ahmed. Todavía nos preguntamos cuándo va a hacer un papel de español este señor árabe-mexicano. Omar Sharif es pura fachada, un cameo sin trascendencia en donde ejerce de traductor y desaparece sin más pena ni gloria. El resto del reparto actoral cumple con su cometido.

Pero se me queda un cierto regusto a telefilm al acabar de verla. Será que ha envejecido mal o que yo ya no la veo con los mismos ojos, no sé. Pero lo cierto es que a este guerrero no me lo he creído. Aunque sea el número 13.