Una película llena de lugares comunes, floja, muy floja, aburrida, pero, eso sí, con unos grandes diálogos -oh, los diálogos- qué grandeza: de cada seis palabras articuladas, dos son SHIT & FUCK. Al principio, pensé que tendría algo de originalidad... pero desencanta. Es un puñetazo, y a mano descubierta.

Las imágenes con que abre la película son bellas, y uno se entusiasma. Porque después de ver mucho cine indio que no es de Bollywood uno decide darle el beneficio de la duda a Bollywood.

Y no ha terminado el desfile de los créditos iniciales de la película cuando ya uno sabe que no llegará al final.

Nos reunimos con curry tikka masala, naan, cordero al korma, arroz basmati y cerveza Cobra e intentamos ver la película así fuera para reírnos.

Pero no. Es definitivamente Bollywood con un empaque para vender. Para llorar.

Pero Bollywood es Bollywood es Bollywood irredomablemente Bollywood. Irredento Bollywood.

La misma ñoñería, iguales estereotipos, la banalidad archiconocida. La bazofia más simple para espectadores tonturrones. Culebrón del subcontinente con cara de mono, avatar de Hanuman, pero en plan malo.

Pero eso es Bollywwod... Y nada es más Bollywwod que esta película mala de Bollywood.

Entretenida. Aunque no es mi género favorito me mantuvo en vilo de principio a fin. Un thriller de aceptable factura aunque, criticando por criticar, a veces se me quedaba algo flojo en el manejo de situaciones (¿demasiado simples?) y estereotipos (¿harto conocidos?). Pero en general, buena y bien lograda. El tiempo transcurre y no lo notas. Una historia bien contada. ¿Qué más se puede pedir? No abundan las películas progresivas y bien contadas.

"Waiting For Happiness", como se titula la película en inglés, es más que nada una espera por el final del filme. Dándole todos los beneficios posible de la duda lo más que llegué fue a los 40 minutos. y dije: "Basta". Y no suelo dejar películas a la mitad.

Es una lástima que una sucesión de fotogramas y una historia promisoria, en un puerto esperando la felicidad, queden en la nada. La única chispa de interés es la del niño y su padre electricista... y hasta donde alcancé a ver el bombillo nunca llega a encenderse.

Es una historia, si acaso, fría y estática... y ni eso: no hay historia. No siempre es necesario que la haya. Basta con imágenes, a veces, pero da la impresión de que en este caso se trata de fotografía inconexas. Muertas. Una lástima: insisto. Pudo haber sido una película interesante... a no ser porque languidece y perece en el intento.

Quizás lo repetitivo y lo agobiante haya sido el recurso para reflejar el mundo descorazonador de la bucrocracia rumana y el funcionamiento del sistema de salud. O quizás no. A lo mejor no era mi día para ver esa película, porque las películas van en juego con el estado de ánimo del espectador. O tal vez no.

El caso es que "La muerte..." me pareció pésima. Quién ha dicho que el cine tenga que ser aburrido para ser bueno. Si se le da el beneficio de la duda a la cinta es por lo que dijo alguien en este foro: la procedencia.