Aciertos:

-Como ya he dicho, la atmósfera en la que se desarrolla la película: la mansión victoriana es sensacional, el sótano es fantástico, el almacen en el que se ocultan las criaturas también y el jardín, con el estanque de carpas y el círculo de setas (del que no recibimos ninguna información desgraciadamente) son perfectos
-Bailee Madison en el papel de Sally, se nota que se ha esforzado y realmente llegas a empatizar con ella. Prometedora actriz.

Fallos:

-Las criaturas: la idea es buena, pero ¿por qué aparecen tanto en pantalla? así no dan ningún miedo, habría sido mucho mejor que permanecieran ocultas mucho más tiempo, simplemente susurrando en la oscuridad, viéndose solo su sombra en alguna ocasión, en vez de ir clavando cuchillos a diestro y siniestro (algo absurdo y tal vez principal defecto de la película).

-Además de ello, debería hablarse más de las criaturas por los adultos, qué son y de donde vienen y qué objetivo tienen (al menos hacer unas cuantas teorias) lo de la biblioteca es precipitado y a toda prisa, a mi no me vale.

-Los agujeros en la trama: después de clavarle cuchillos al viejo trabajador, nadie se pregunta por qué ni quien se los ha clavado y después, cuando Sally mata a uno de los bichos nadie ve el cadáver.

-El final: muy injusto y muy abrupto, la película (y Katie Holmes) no lo merecían, habría sido mucho mejor que muriera Guy Pearce, que por otra parte está bastante flojo en esta película (al contrario que las chicas).

Lo mejor:

-A partir de cuando se dan cuenta de que están encerrados en el bloque de pisos, de que las autoridades no les dejarán salir de un edificio posiblemente lleno de muertos vivientes es más que genial. El bloque de pisos de Rambla Cataluña (calle de Barcelona) se convierte en una casa del terror de lo más clásico pero a la vez de lo más nuevo.
-El terror psicológico: presente en varias escenas, a destacar cuando la niña acaba de huir hacia los pisos superiores y le dicen al policía que vaya a por ella. Ir subiendo hacia unos pisos de los que no se sabe que te puede salir produce un miedo a lo invisible comparable a las mejores películas del género
-El pequeño giro del final: cuando al final entran en el piso del "señor de Madrid" en el que yo no esperaba que hubiera nada, me sorprendió ver que allí "había algo raro" fotos y probetas de experimentos (¿Así que de aquí viene todo eh?) Pensé. Le da un efectismo para huir del convencionalismo de una clásica película de muertos vivientes e innovar algo en el género, pese a ello...

Lo peor:
-El final, los directores se equivocan totalmente. Todo bien hasta que veo los crucifijos y que todo esto es obra de...¡Tachán! ¡La Iglesia! Volvemos a lo de siempre: putas, drogas, barrios marginales, insultos y la Iglesia, el cine español de toda la vida, sin ninguna idea de futuro, cine provinciano y sin ninguna proyección internacional. Hasta ese momento no había salido casi nada de todo lo anterior hasta que tuvo que aparecer la Iglesia, que manía...pese a ello, en este filme por suerte todavía no está muy claro lo que ha ocurrido con la iglesia (algo que quedará más claro en Rec 2) por lo que tampoco arruina la película.

Detalle (posible spoiler): en la versión americana (Quarantine) quitan a la Iglesia de en medio. Pese a que la película es peor que Rec, en esto hay que reconocer que aciertan y mucho. Si es que todavía nos queda algo por aprender, pero como dice el título de la crítica, parece que vamos por el buen camino.

Señor Blanco

Lo mejor: El trabajo visual, el pueblo de los zapatos, el circo, la escena de la declaración de amor de Edward, las escenas de Corea, el inesperado y genial atraco al banco de Steve Buscemi, la genial banda sonora (tanto la de Elfmann como los temas incorporados)...
Pero sobretodo: El SOBERBIO final, eso es CINE EN MAYÚSCULAS, enhorabuena Tim.

Lo peor: Nada, y eso es lo mejor de todo.

Sr. Blanco

Entre 2 mundos:

-La idea es genial: un padre que en un ataque de locura tras la muerte de su mujer se lleva a sus hijas a una cabaña para asesinarlas, y allí muere bajo extrañas circunstancias. Las niñas sobreviven varios años, cuidadas en un estado salvaje por un ser imaginario al que llaman "Mamá".

Al ser rescatadas y reeducadas por sus tíos, estas parecen negarse a admitir que "Mamá" no existe. El problema es que, por ciertos hechos que ocurren (ruidos, sombras etc.) es posible que no mientan...

Hasta aquí, la película es fantástica. El problema empieza cuando muy al principio del filme, ya muestran a "Mamá" o a lo que representa. Ya dan a entender que "Mamá" existe y está muy cabreada. Personalmente, destruir el misterio tan pronto es lo que falla. ¿Y si en vez de eso nos hubieran dejado con la incógnita hasta muy avanzada la película, de si "Mamá" existe o no (y de si es mala y está "celosa" como dice una de las niñas)? creo que habría sido mucho mejor y lo más importante: mucho más aterrador. Los ruidos, las tensiones, los psiquiatras, las sombras...la imaginación del espectador es mucho más terrorífica que lo que un director pueda mostrar en pantalla, y más hoy en día, cuando ya casi no nos asustamos con nada.

-La muerte del psicólogo en la cabaña: sin ningún misterio, es el máximo exponente de lo que he citado antes. No es un personaje prescindible, pero si lo era su muerte y la forma en la que ésta se produce. ¿Y si en vez de ello el propio psicólogo hubiera acabado loco o aterrorizado por "Mamá"?

-El final: es un final de cuento de folklore tradicional. No me parece malo en abstracto, pero si es malo cuando se pone en consonancia con lo antes descrito. Es decir, no puedes mostrar a un ser terrorífico y despiadado con tentáculos (los que salen de la pared) y luego hacer una especie de final de cuento de fantasmas tradicional. Por el contrario, si se hubiera hecho algo como lo que humildemente he sugerido, tal vez cuadraría más con la relativa belleza visual del momento ("Mamá" volando por el acantilado a la luz de la luna).

Delitos y faltas trata de dos historias que acontecen paralelamente y que se hallan íntimamente relacionadas. El doctor Judah Rosenthal (Martin Landau) es un acaudalado y prestigioso oftalmólogo, que en un momento dado se siente atraído por una mujer inmadura e inestable, la azafata Dolores (Anjelica Houston) y fruto de la pasión del momento le promete que abandonará a su mujer y se mudará con ella. Pero Judah se da cuenta de que sigue enamorado de su mujer, Miriam, siendo su romance con Dolores una mera calentura/aventura, fruto del hastío que a veces supone el matrimonio. Dolores, sin nada que perder, amenaza entonces con contárselo todo a Miriam y con sacar a la luz los trapos sucios de Judah con el dinero de las fundaciones, lo que destruiría su plácida vida burguesa. Judah planea entonces asesinarla, ocultar las pruebas y seguir adelante como si nada hubiera ocurrido, todo para salvar su cómoda vida. La duda que le surge a Judah es ¿Es asesinar a otro moralmente aceptable? ¿Será capaz de vivir con el remordimiento? Y la conclusión que le surge es la siguiente: por supuesto.

En un flashback en su niñez, recuerda a su tía, atea y anarquista, diciendo que la justicia sólo surge cuando quien la ha violentado es atrapado. Por el contrario, si el malhechor es capaz de salirse con la suya, jamás recibirá castigo, y pone el ejemplo de los nazis: asesinaron a millones de personas y muchos de ellos salieron impunes. No fue hasta que los aliados se unieron que fueron derrotados, y su derrota se debió posiblemente a erráticas tácticas militares y a una menor capacidad industrial que a una suerte de justicia universal; por otra parte, si los nazis hubieran ganado la guerra, no serían considerados asesinos inhumanos, sino héroes, dado que ellos habría escrito la historia. Si no hay un Dios ni una justicia sobrenatural, nadie tiene por qué recibir castigo si no le atrapan, ni siquiera removerse la conciencia, pues si no hay una autoridad moral superior capaz de enjuiciarle ¿qué valor tiene el juicio de otro ser humano semejante?. Judah es capaz de asesinar a Dolores, y a pesar de algunos días de tormento, pronto lo olvida y se libra de toda responsabilidad, y sigue adelante en su vida llena de riquezas, como si nada hubiera ocurrido, confirmando sus más terribles augurios, tal como confiesa al final del filme.

Esto nos lleva directamente a la siguiente historia. Cliff (Woody Allen) es un cineasta fracasado que trata de estrenar un documental acerca de un filósofo local. Falto de dinero, acepta a regañadientes trabajar para su cuñado Lester (Alan Alda) un productor cinematográfico rico y exitoso. Durante un rodaje conoce a Halley (Mia Farrow) e inmediatamente surge una chispa entre ambos: alternativos, intelectuales, amantes del cine…Cliff trata desesperadamente de llamar su atención, y aunque ella parece acercarse a él, finalmente es Lester quien se la acaba llevando, a pesar de ser una persona profundamente egocéntrica y un mujeriego carente de personalidad. Allen comentó que cuando una persona es rica y exitosa hay personas que tienden a perdonar sus vicios y defectos, y que las buenas intenciones en la vida, como es el modesto documental que Cliff trataba de hacer y su amor veraz y honesto por Halley pueden perfectamente quedar en la nada, es decir, que el buen comportamiento, representado en este caso por Cliff, no tiene por qué premiarse, y los comportamientos supuestamente condenables, como son la desfachatez y la soberbia de Lester, pueden perfectamente ser recompensados, dado que no existe una estructura moral superior que ponga orden en estas cuestiones.

Sin embargo, hay quien como el rabino ciego, prefiere creer que las cosas tienen una estructura moral, aunque los hechos parezcan indicar lo contrario, como modo de superar las adversidades, y es posible que ese sea el mejor método para sobrellevar las dificultades que uno puede atravesar en su existencia. ¿Seremos capaces como hombres de hacer lo que el rabino?