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Críticas de VíctorVirgos
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Críticas 82
Críticas ordenadas por utilidad
4
27 de junio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienza esta olvidable película con una cabecera bastante espectral, donde vemos a dos bailarinas "nupciales" sobre un escenario en penumbras, danzando al ritmo de una balada nana a medio camino entre preciosa y fantasmagórica. Elizabeth Shue encarna a una madre cañón embarazada que tiene un temor patológico a los ratones. Vive en una casa ideal de colorines, y todo parece discurrir por el sano camino de la felicidad conyugal. Pronto somos testigos de cómo los nervios de Laura (Elizabeth Shue) la mantienen en un estado permanente de espanto.

La muerte de su pequeño y zascandil perrito blanco la llevan a un disgusto colosal y entonces parece que la película arrancará finalmente, que algo está a punto de acaecer. Esta madre embarazada está cada vez más angustiada, atribulada, incapaz de ser feliz. Entra en escena una especie de niñera con aspecto de "vampiresa" inmortal de las películas de la época de Peter Lorre. No hay más que verla para colegir que no es trigo limpio.

Al marido de Laura apenas se le ve el pelo. La película definitivamente es lenta, casposa, por mucho que Laura borde su interpretación de chiflada trastornada y que su maternidad sea más un calvario que una bendición. Tiene su gracia el momento en que Elizabeth Shue se nos muestra toda sexy, con su precioso conjunto de cama blanco enfundando un cuchillo de los que se usan para trinchar el cordero.

Acompaña todo el tiempo una musiquilla de lo más inquietante, y escenas como la de la muñeca fondona y calva que aparece todo el tiempo fuera de casa. En algún momento, la cinta de Isaac Webb parece querer dirigirnos hacia los páramos esotéricos de la magia negra, pero ahí queda todo, atorado. Ya no hay duda de que la madre obsesionada tiene algo averiado en la sesera y sus pesadillas y visiones son de órdago. Magnífica interpretación, eso sí, hasta el momentazo final con una siniestra revelación, que por otro lado, tampoco es especialmente sorprendente...
VÍCTOR VIRGÓS. ESCRITOR
WWW.EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM
VíctorVirgos
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3
3 de junio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mena Suvari, cubierta de pétalos de rosas en la inolvidable “American Beauty”, donde enamoriscaba a un maduro con tintes bobalicones encarnado por Kevin Spacey, se nos convierte en “Atrapada en el engaño” “(No surrender)” en una mujer sofisticada y atractiva que se ha granjeado un glorioso porvenir como escritora columnista a base de recetas milagrosas para vivir sin miedo y sin la onerosa sensación de la soledad como aliada con contrato perpetuo.

En uno de sus proclamados discursos ante las masas entregadas conocerá a una admiradora secreta, que siempre firma sus emotivas misivas, de pura tribulación y angustia, bajo el alias “avergonzada”.

Admiradora y escritora-terapeuta-conductista forjarán una sólida amistad casi de cuento de hadas, pero el ex-marido de Amelia Davis (Mena Suvari), nuestra contemporánea heroína y paladín del movimiento femenino para retomar el control de sus azarosas vidas, acaba de salir del talego en libertad condicional, arrastrando un pasado mancillado por la violencia de género y su predisposición a subsanarlo todo a base de zurras y mucha trapisonda.

El violento Darryl (Marizio Terrazzano) comienza a coaccionar a su flamante ex-mujer y trata de aparecer en los medios como poco menos que un angelito redimido. En esto, Amelia tiene tiempo para trabar amistad y algo más con un guapo arquitecto italiano, Carlo Rossi. Parece su príncipe azul, pero Amelia sufre una agresión en su domicilio y el príncipe no tarda en caer de su castillo de oro.

El hecho no tiene gran trascendencia en cuanto al interés de la película, que es prácticamente nulo.

Si la reputación del conquistador italiano ya estaba por las alcantarillas, poco ayuda que lo sorprenda Amelia en compañía de su ex, el perdonavidas Darryl. El arquitecto, además, “esconde bajo la manga” secretos que le vinculan con la extorsión y el fraude, amén de un cambio de identidad que lo convierte de Carlo Mancini a Carlo Rossi.

Lo más impactante de la película, y no es gran cosa, deviene con el desenmascaramiento de “avergonzada”, la amiga ideal que resulta acreedora de una naturaleza mucho más vil y lunática de lo que nos cuenta su carita de ninfa de los bosques, cándida y digna de confianza.

Darryl acaba con un tiro entre ceja y ceja, y “avergonzada” confesando que más que amistad y orgullo siente por Amelia Davis una animadversión deforme y pútrida.

Es poco sorpresiva la mitosis que convierte a la amiga de confidencias en sicópata fuera de control.

Los primeros fotogramas de “Atrapada en el engaño” muestran a una “avergonzada” bastante pacata y medrosa, pero al final de la cinta, como adivinarán la mayoría, aquello no era sino una careta de mentiras y fingimiento.

VÍCTOR VIRGÓS. ESCRITOR. WWW.EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM
VíctorVirgos
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10
18 de mayo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como viene siendo ya habitual en Leonardo di Caprio, excelente interpretación de un actor que ha ido creciendo a pasos agigantados en su prolífica carrera. El muchacho de cara aniñada y adolescente esconde en su interior un genio interpretativo versátil e infatigable. En esta ocasión da vida al complejo y carismático millonario Gatsby, megalómano, irrefrenable dandy, conquistador nato, misterioso, atrayente e inalcanzable, cercano en el trato, esquivo en su identidad. Gatsby es un talismán, organiza unas fiestas de órdago, todo para conseguir un sueño, el único acaso que se le resiste, pues lo tiene todo, excepto el amor de una mujer...

Increíble Leonardo en su puesta en escena, cada plano es perfecto, la simetría de su belleza, su porte apolíneo, como la cámara se enamora de él, mientras Gatsby (Leonardo) se deja querer y observar. Prácticamente anubla a todos los demás, que se rinden sumisos al embrujo del maestro. La película está rodada con encanto, con gusto por el buen cine. Esos planos que evocan una época pasada, esa música añeja y esas fiestas multitudinarias donde corre el alcohol, las mujeres bellas y mucho, mucho desenfreno.

Es un clásico contemporáneo, un fiel remedo del Gatsby de Robert Redford, que no desmerece a aquel, sino que lo igual y lo desafía sin cohibiciones. La película nos emociona y nos entristece terriblemente cuando conocemos bien a este conquistador implacable domeñado únicamente por el infortunio de un amor inalcanzable...
VÍCTOR VIRGÓS.ESCRITOR. WWW.EL-HOTEL-DE-LAS-ALMAS-PERDIDAS.BLOGSPOT.COM
VíctorVirgos
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7
7 de septiembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La serie bifásica, escindida en dos partes bien dispares, arranca un tanto entumecida y haragana. La épica historia de amor irrebatible entre el pastor troyano Paris y la hija de Zeus Helena, que comienza a modo de espejismo profético reflejado en las cristalinas aguas de un "charco", resulta levemente átona e insulsa, como si le faltara fuelle nada más comenzar.

La hermosa beldad, interpretada por Sienna Guillory, (Helena), se nos muestra veleidosa con tanto tráfago de deseos antagonistas: tan pronto se quiere marchar como quedar. Su belleza no parece tan inenarrable como para que todos los hombres sucumban a sus encantos y pierdan la chaveta.

En la segunda parte, el exánime desarrollo de esta historia de animosidad entre Troya y Esparta inicia su brillante demarraje. Mucho más entretenida que la primera parte, Agamenon (Rufus Sewell) se erige como brillante estratega y manipulador, que mangonea a su hermano Menelao con total displicencia.

Están muy logrados los personajes del demagogo Odiseo y el formidable Aquiles, perfecto ejemplo del bocazas bravucón que acaba malogrado del modo más absurdo. El final de Paris pasa casi sin pena ni gloria, como si su personaje fuese un error categórico que hubiera que enmendar de modo subrepticio y sin demora. Un poco brusca la aparición inopinada del caballo de Troya, rasero de la ingenuidad de los troyanos, que caen en las ciénagas de la añagaza más burda e ingeniosa de la historia de la humanidad
VíctorVirgos
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6
22 de agosto de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La bellísima y formidable actriz Bryce Dallas Howard salva de las ascuas esta película de Shyalaman ambientada en un ambiente rural, donde unos pueblerinos viven sojuzgados por el terror atávico que reside en un bosque prohibido, habitado por unas indefinibles criaturas voraces que están diezmando la población. La trama es interesante y aterradora, pues nos enfrenta a un miedo primigenio y ecuménico: el pavor a lo desconocido y la adrenalina que dimana de la transgresión de lo prohibido. Sin embargo el resultado, aunque ambicioso y prometedor, resulta desmañado e infructuoso, demasiada floritura para un contenido tan vacuo. Dimana de la cristalina y denodada Bryce Dallas una ternura conmovedora. Pese a su aparente minusvalía óptica, resuelve maravillosamente, con arrojo y testarudez, adentrarse en ese bosque maldito, que supone la frontera entre la libertad y el confinamiento forzoso. Interesante y acertada aportación la del resolutivo Adrien Brody dando vida a un personaje asustadizo y tarado que aulla como un engendro de la naturaleza malogrado. Fantásticos paisjaes fotogénicos y una tensión aparente durante toda la proyección que desemboca, desafortunadamente, en una cosa adulterada y fraudulenta. Sensacional, por la candidez y ternura de la invidente Bryce, su encuentro fortuito con el agente de la ley más allá de esa frontera boscosa que es, presuntamente, el reino del escalofrío y el horror más espeluznante.
VíctorVirgos
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