El cine europeo suele, a diferencia del norteamericano, ser más intimista; contar historias más de la calle. Eso le otorga un estatus especial que muchos adoran y otros muchos detestan. Los relatos europeaos suelen ser más duros, más cercanos a la dura realidad que supone vivir una vida de penurías; es decir, se acercan más al populacho. Tal vez por eso tenga tantos detractores: la gente va al cine para olvidarse de sus problemas cotidianos, no para sufrilos de nuevo.

Juliette, Florence y Marie son tres mujeres que sus distitnas vidas no les impide compartir una amistad. Marie es un médico que dado el continuo fracaso de su marido vendiendo los cuadros que pitna tiene que mantener ella sola su familia. Juliette sufre en sus carnes uan relación con su marido en la que predomina la ausencia de amor y los cuernos. Florence, en cambio, es uan mujer a la que todo le sale mal: detesta su trabajo, la dejan todos los hombres, y está en la ruina. Juntas se ayudarán mutuamente para superar sus problemas.

El principal problema que tiene la película es que trata problemas tan convencionales y de una manera tan convencional que termina resultando sosa. Las tres historias en si son interesantes, pero su unión hace que cada una de ellas pierda fuerza. En ese sentido, también es criticable que se le da más importancia a la historia de Florence sobre las demás. Por el resto, decir que es bastante cumplidora en todos sus aspectos y que incluso tiene alguna que otra escena muy buena.

Respecto a las interpretaciones, no poder hacer otra cosa que alabarlas. Sin duda es el punto fuerte de la película.

Las historias de vampiros han sido durante el último siglo un componente importante de nuestra cultura, tal y como podemos comprobar en todas aquellas historias basadas en Drácula o los vampiros de Anne Rice. Por eso, no es de extrañar que una de las novelas de más éxito en los últimos años tenga como protagonistas esos seres sedientos de sangre. Stephanie Meyer, con su saga vampírica, logra ser la heredera de Anne Rice con unos vampiros que, preservando lo más intríseco a ellos, se diferencia radicalmente del planteamiento de su antecesora.

La primera pelíucla de la saga de los vampiros adolescentes ve la luz con un desmesurado éxito entre los más exaltados hormonalmente de la casa y con desídia entre los que somos algo más mayores. Tal vez por ser un producto excesívamente orientado a adolescentes, tal vez por que la historia ofrece bastante menos que otras de vampiros, o tal vez porque se podría haber cuidado mejor.

Destaca sobremaneramente su elenco repleto de cuerpos y sonrisas bonitas revestidos de una enorme ausencia de experiencia delante de las cámaras. Tal vez la historia no de para mucho más, pero mejores actores hubieran podido mostrar los sentimientos que un guión demasiado plano no es capaz de mostrar.

Sin embargo, la película tiene el mérito de no aburrir, alegrarle la vista a las jovencillas y de presentarnos de forma simpática uno de los dilemas más comunes del cine romántico, los amores imposibles.

En cuanto a los personajes e intérpretes, criticar la nula química entre los protagonistas, y la nula expresividad de Robert Pattinson y Kristen Stewart (los más flojitos de todos los actores). Tampoco se entiende que los personajes más carismáticos sean los tres malos.

Alguien sabe en dónde quedaron las películas encantadoramente deliciosas de Walt Disney: la Bella y la Bestia, Aladin, El Rey Leon, Cenicienta, Blancanieves, Bambi... Eran películas entrañables que enseñaban valores a los pequeños. Desde la irrupción de Shrek todas las películas de animación siguen el mismo patrón: sucesión de gags más o menos ingeniosos con pequeñas lecciones de convivencia.

El Reino de los Chiflados no es más que una de tantas copias de Shreck pero en cutre. Es decir, chistes malos y absurdos, escenas colocadas sin ningún sentido, referencias a hechos históricos o a otras películas que no vienen a cuento...

Sin embargo, eso no es lo peor de esta película. Lo peor son los comentarios y situaciones en los que se critican de forma ácida temas que un niño no tiene capacidad para entender y las escanas y comentarios de índole erótico que no tendrían que tener cabida en este tipo de películas.

Yo entiendo que haya gente que le guste el humor fácil, a mi en determinados aspectos también me gusta. Lo que no entiendo como la gente le puede gustar un humor basado en asquerosidades o en reirse de gente que no tiene la culpa de sus desgracias personales. A mitad de la película me dio tanto asco que tuve que dejar de verla porque me ponía enfermo. Si quieres ver humor fácil, la cartelera está llena de películas de ese tipo. No hace falta ponerse a ver una bomba capaz de cortarte la digestión.

Jim Carrey es un extraordinario actor al igual que Jeff Daniels y me resulta muy triste verles metidos en semejante patochada. Los hermanos Farrelly tienen tendencias un poco raritas pero no llevadas tan al extremo como en esta desagradable película. Digo desagradable, porque la película no es que sea mala (que sí lo es), es que sobre todo es desagradable.

Aquellos años noventa sirvieron para que se consagraran los dos actores protagonistas de esta comedia romántica: Tom Hanks y Meg Ryan. El primero gracias a papeles dramáticos con excelentes críticas como "Forrest Gump" o "Philadelphia" y la segunda con papeles resultones en los que hacía una y otra vez lo mismo: una histérica enamorada. Mientras que Tom ya había obtenido excelentes resultados con la comedia ("Big", "1,2,3, Splash"), siguió interpretando papeles dramáticos de calidad ("Camino a la Perdición", "La Terminal"), y pudo aventurarse en el género de acción ("El Código Da Vinci", "Angeles y Demonios"); Meg fue incapaz de hacer un papel distinto al ya conocido como papel de Meg Ryan. Por eso, me resulta curioso que Tom y Meg hayan llegado a protagonizar juntos tres películas: "Joe Contra el Volcan", "Algo para Recordar", y "Tienes un E-mail". La verdad es que me resulta extraño que dos tipos tan diferentes en cuanto a registros interpretativos y sin tener una química especial entre ellos hayan protagonizado tres películas juntos.

En esta, Tom interpreta a un viudo que hecha mucho de menos a su mujer y Meg a una romanticona perdida a punto de casarse con el tio más soso y aburrido de la faz de la tierra. El hijo del personaje interpretado por Tom llama una noche a la radio pidiendo a la audiencia una mujer para su padre, el personaje que interpreta Meg se interesa por el anuncio, y como esto es una comedia romántica... imaginen el final. La verdad es que química entre los protagonistas no puede haber porque comparten plano durante menos de 5 minutos en toda la película.

La trama es demasiado rocambolesca como para ser tenida en serio. ¿Que niño de 7 años está despierto a las tantas de la noche escuchando el típico programa radiofónico terapéutico para gente que tiene problemas? ¿Qué niño de 7 años llamaría a ese programa para pedir una mujer a su padre? ¿Qué programa radiofónico de ese estilo dejaría entrar en antena a un niño de 7 años? ¿Qué mujer apunto de casarse lo dejaría todo para irse con un tio que no conoce de nada? ¿Qué tio es tan raro y aburrido como el que interpreta Bill Pullman? Sin embargo, se mueve bastante bien en ese mundo hipotético y no llega a cansar. La pena es que contiene partes que no dicen nada nuevo y que llegan a aburrir, Tom Hanks no hace ni mucho menos la mejor interpretación de su carrera, y al guión le falta chispa. Por otro lado se agradece una Meg Ryan bastante menos sobreactuada de lo que acostumbra, la presencia de una Gaby Hoffman que en su momento era una de las jóvenes actrices más prometedoras (al final se decidió por el teatro y casi no hace películas), y ver a un Victor Garber haciendo un papel distinto al del padre de Sydney Bristow.