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España España · almeria
Críticas de TOM REGAN
Críticas 5.259
Críticas ordenadas por utilidad
4
1 de julio de 2008
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
158/01(01/07/08) Esperaba mucho más del genial Murnau. Realizada un año antes de una de sus obras cumbres, "Nosferatu", pero no tiene el sello del director, no lo veo por nigún sitio, donde está el expresionismo alemán? Más bien recuerda a un episodio de "Se ha escrito un crimen". No le doy menos puntuación por el respeto a Murnau y por que los actores están bién, no caen en el histrionismo clásico en el cine mudo. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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4
24 de marzo de 2022
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
94/27(23/03/22) Envejecida, enmohecida, rancia y queriendo ser benévolo, son los adjetivos para calificar esta lastimosa comedia musical (musicalizada por Henry Mancini con letra de Leslie Bricusse) escrita y dirigida por Blake Edwards, echa a mayor gloria de su musa y esposa Julie Andrews, que por mor de un remake de la película alemana homónima de 1933. Edwards pretende hacer una sátira sobre los homosexuales y la percepción que la sociedad tiene de ellos, y de cómo los asocian al musical. Pero esto deriva en alargadísimo metraje para lo poco que cuentan, que se hacen pesados, donde hay un sinfín de números musicales insípidos, que quieren beber de la exitosa “Cabaret” (1972), y se quedan en una cosa ñoña que se inspira mayormente en los tópicos sevillanos. Donde el humor resulta tontuno, de sal gorda, sin gracia (valga de muestra el intento de vodevil con la puerta de la habitación de hotel; la iddeiotez del tramo en el restaurant con la cucaracha; la idiotez de los que quedan atrapados en el balcón; las peleas de machotes en el bar; o los gritos insoportables de una histriónica Leslie Ann Warren), tirando gags que van de lo ridículo a lo hiriente, y es que en sus puesta defensa de los gays los convierte en seres cuasi-asexuales, revestidos de un buenismo que los deshumaniza en caricatura. No se ahonda en la homofobia del protagonista King Marchand encarnado por James Garner, nunca se le pone contra la picota de hacerlo dudar de su sexualidad (que hubiera dado juego), ello seguramente para no incomodar al espectador. Como tampoco hay un ataque contra la homofobia, totalmente inexistente en esta sociedad de la década de los 30, mostrada de modo aséptico. Y ya el colmo es tener que comulgar con ruedas de molino en forma de tener que tragarnos que la gente se cree que la Andrews es un hombre porque se ha cortado el cabello, venga ya! Todo me resulta tan infantil, tan burdo, tan carente de emoción, me importa un bledo lo que les pase a estos acartonados personajes, además de estar actuados entre lo plano y lo sobreactuado.

Mezclan historia de gangsters que no lleva lado alguno, una tosca sub trama de celos, otra de un rudo guardaespaldas
Haciendo aflorar su verdadera identidad sexual. Una farsa caduca, dónde el único gag medio salvable es cuando un gay abre un armario (la alegoría) y la protagonista le suelta un puñetazo. Hay una supuesta exaltación del empoderamiento femenino cuando la protagonista loa los parabienes de que la vena como un hombre, ahora puede hacer cosas que antes no podía, y me pregunto cuáles? Fumar puros? Menuda idiotez!

Spoiler:

Genial (entiéndaseme la ironía) cuando en el rush final visita el camerino de ‘Victor’ un inspector de ‘los bajos’ y este sale habiendo visto al ‘varonil’, nos preguntamos cómo puede haberle visto algo ‘colgando’ a Victoria, la respuesta es que es su amigo gay (que nos ‘deleita’ con un número final de vergüenza ajea es lo más benevolente que se le puede aplicar), ósea, que nos tenemos que tragar que este ‘inspector’ confunde a Robert Preston con Julie Andrews? Un insulto a la inteligencia!

Por cierto, a pesar de lo dicho, la película fue nominada a siete Premios Oscar (entre ellos para Andrews y Preston) y ganó a la Mejor Música Original de Mancini.

Apolillado film. Gloria Ucrania!!!
TOM REGAN
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6
23 de abril de 2019
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
64/11(20/04/19) Envejecido panfleto católico, de esos de visión propia en Semana Santa, intenta a doctrinar desde la máxima del Dogma, donde la sutilidad está tan ausente como machacones sus subrayados. Dirigida por Henry Koster, bajo guión de Gina Kaus, Albert Maltz y Philip Dunne que adaptan la novela homónima de 1942 de Lloyd C. Douglas, relato sobre los primeros conversos cristianos, y que como bien he leído tiene ciertas similitudes con otro péplum como el de “Barrabás” (1961), y que nos acerca a la ficticia figura del centurión encargado de crucificar a Jesús, y de cómo este sufre una transformación espiritual por el peso de la culpa, historia de redención mística muy del gusto en la época, época en USA ultraconservadora, y donde la Caza de Brujas estaba latente (1950-1956). Epopeya bíblica de Hollywood, tiene la distinción de ser la primera película lanzada en el formato de pantalla ancha conocido como CinemaScope. Aunque How to Marry a Millionaire fue en realidad la primera película rodada en este formato, no llegó a los cines hasta noviembre de 1953, mientras The Robe se estrenó en septiembre de ese año. Un éxito en comercial descomunal, la película más taquillera del 53 en USA y la segunda en el mundo tras “Peter Pan” de la Disney. Con todo esto la cinta para mí me queda un ejercicio superficial e impostado donde el mensaje cristiano te lo meten a cucharadas soperas de modo atropellado, sin sentido orgánico, con diálogos infantiles, con algunas situaciones chirriantes que vistas hoy día llegan a lo rancio, unas actuaciones que discurren entre lo banal y lo histriónico (epítome un divertido Jay Robinson como Calígula), donde la escasa acción se nota metida con calzador, todo esto maximizado por un metraje desmedido para lo poco que cuenta, me queda una clase de catequesis para parvularios.

“Hay películas han pasado a la historia por su calidad artística, por sucesos circunstanciales o coyunturales irrepetibles, por su popularidad o forma de empatizar con el espectador, y otras, como “La túnica sagrada”, péplum que ha pasado a la posteridad por su novedad técnica, fue el primero en estrenarse en este nuevo formato, creado para dar al cine una mayor grandiosidad y desafiar a la televisión que estaba ganándole terreno. La Fox invirtió 4.500.000 $ en una historia basada en un “best-seller” de Lloyd C. Douglas que la RKO no quiso llevar a la pantalla, teniendo unos derechos que no quiso ejercer. Tras la negativa de Tyron Power, estrella entonces del Estudio, a interpretar el papel principal y gracias al cual, Richard Burton se encontró con el personaje que lo haría famoso, aunque el actor nunca mostró cariño por este trabajo, por el que fue nominado al Oscar.”

La película sufrió un cambio importante en 1997, pues los créditos originales tenían a Philip Dunne como único guionista, pero este año el Gremio de Escritores decidió otorgarle máximo crédito a la escritura a Albert Maltz, escritor de Lista Negra (Uno de los Hollywood Ten, por negarse a delatar a compañeros) anteriormente había realizado trabajos no acreditados en Broken Arrow y Casablanca. Quizás este drama personal de Maltz pudo inspirarle el juicio a que es sometido en el final el protagonista, donde es conminado a renegar de su fe ante un tirano como Calígula. Henry Koster era judío y germano (berlinés), huyó de una prometedora carrera de director en Alemania para instalarse en Hollywood en 1936, esto podría ser traducido en que el Calígula de Jay Robinson es un alter ego caricaturesco de Hitler.

El relato tiene su eje principal en como el protagonista Marcello Gallio sufre una epifanía espiritual al tocar la Túnica Sagrada, metido a empujones, sin medida, con redundancias propias de gente cortita, esto tiene su apogeo en la visita que este hace a un pueblo donde estuvo Jesús e hizo varios milagros que removieron las conciencias junto a sus enseñanzas morales que predicó, el romano se resiste de modo histriónico-grimante a aceptar las historias de las personas con las que se encuentra, y es que estas resultan a oídos de cualquiera bastante ingenuas, si Marcello regala un burro a un niño y este a su vez lo regala a un amigo debe conmoverlo? Jesús sanó a un niño cojo, y por esto debe sentirse Marcello un cristiano? Una muchacha, Miriam (Betta St. John), es una lisiada que no puede andar, pero es feliz porque Jesús no la curó y la dejó como prueba de que no hacen falta milagros para creer en su mensaje, o sea que es feliz por ver que cura a enfermos a su alrededor y a ella la deja minusválida? Pero nos toman por idiotas? Y claro, Marcello ante tanto argumento espiritual (¿?) no puede por más que caer bajo el influjo del cristianismo (puaj!); En realidad hay dos conversiones más en la cinta, estas más de soslayo, y a la vez tratadas de un modo tan trivial que da dentera, una es la del esclavo heleno Demetrius (Victor Mature), que cae bajo el hechizo de Jesús nada más mirarle en el Domingo de Ramos , si Jesús hubiera tenido ese poder nunca hubiera sido crucificado y ahora todo el planeta sería seguidor suyo, menuda estulticia; Las otra es la de Diana (Jean Simmons), enamorada de Marcello, esta conversión resulta ridícula, nada se sabe de lo que predicaba Jesús, si Marcello hubiera sido budista ella se hubiera hecho, de hecho que su mayor motivación no sea otra que huir del pérfido Calígula (Jay Robinson), todo se da por imperativo del guión, sin nada de orgánico o mínima fluidez narrativa.

Hay elementos reseñables, como el tratamiento visual de Jesús, visto fuera de plano, o solo su túnica, nunca vemos su rostro, esto para dar más misticismo a su figura, recurso reverente y solemne hacia su mesiánica personalidad; La escena emociónante cuando Demetrio sale en busca de Jesús para advertirle que le buscan para detenerle, se cruza con un tipo que le dice que ya le han apresado, que alguien le ha traicionado, escena con epílogo cortante y turbador, remarcado por atronadora música de Alfred Newman; (sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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5
16 de septiembre de 2018
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
192/06/11/09/18) Insatisfactorio cuarto episodio de la cuarta temporada de esta serie de culto de la BBC two, una maravillosa joya de la televisión que desgraciadamente aún no ha llegado a España. Una creación de los escritores y actores ingleses Steve Pemberton y Reece Shearsmith, serie antológica de cada temporada seis episodios auto-conclusivos, suceden en un único lugar que tiene que ver con el número 9, con historias totalmente distintas, y personajes diferentes, aunque la pareja de creadores siempre se reservan un papel. Siendo los relatos de apenas media hora en la que suelen suceder historias de mucho humor negro. No cuenta nada original, siendo el centro un matrimonio de mediana edad que se encuentra empantanado en la rutina, siendo el golpe paradójico que el esposo (Pemberton) trabaja como fotógrafo de bodas, la interrelación entre la pareja es muy tensa, con picos de intensidad crujientes, con adulterios, imposibilidad de tener hijos, impotencia sexual, todo ello hunde al matrimonio en la monotonía e infelicidad que intentan sobrellevar como pueden, y como no podría ser de otro modo por la serie en la que estamos, hay un giro tremendo en su último tercio, pero esto se antoja artificioso, metido con calzador para dar algo de sustancia, y no puede motivarme para valorar este como un episodio ce los más planos y superficiales de la serie. Eso sí, (para el que vea el capítulo) a partir de ahora Pot Noodle nunca será lo mismo.

El matrimonio Adrian ( Steve Pemberton ) y Harriet ( Nicola Walker) están a punto de renovar sus votos matrimoniales después de 20 años juntos, pero en este punto, su matrimonio está estancado, con él prefiriendo los rompecabezas a su vida, y dado que es fotógrafo de bodas, se muestra más preocupado por los matrimonios de los demás que los suyos.

Hasta el giro sorpresa (marca de la casa) el episodio es un drama marital en el que se exploran el cansancio de un ajado matrimonio, con discusiones y diálogos con picos de inteligencia, con unas actuaciones potentes, con un turbador intento de elevar la lujuria entre ellos con un juego de rol (ella enfermera picarona) que produce incomodidad

Steve Pemberton da un notable rendimiento como esposo anodino con problemas sexuales (que al final se tornan patológicos), su rostro denota hastío vital, teniendo una chispeante química con Nicola Walker, recordándome (salvando las distancias) a la de Elizabeth Taylor y Richard Burton en “Quien teme a Virginia Woolf?”; Nicola Walker está excelente como la ajada esposa que intenta hacer renacer la apagada llama con su esposo, demuestra una gran vena cínica, como digo es vibrante la compenetración con Pemberton; Reece Shearsmith es un secundario sin fuste en este episodio, como uno de los visitantes, Max, recién casado con Hannah (bonita Miranda Hennessy) que había contratado a Adrian para su boda, que tienen una escena cortante cuando a aparecen en medio del juego de rol de enfermera, con Nicola soltando dardos ebria.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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5
10 de febrero de 2010
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
051/13(09/02/10) Empezaré diciendo que soy un megaficionado al futbol, como dijo Valdano <De las cosas que no son importantes lo más importante es el futbol>, o algo más radical lo dijo un entrenador inglés <El futbol no es cosa de vida o muerte, es mucho más>, para mí es mi religión, la otra de mis pasiones es el cine y espero ver alguna vez que los dos artes se fusionen en la gran pantalla, no hay una gran cinta que recoja la gran magia, los sentimientos, la pasión, como decía Sandoval a Benjamín en la maravillosa ‘El secreto de sus ojos’, <Un hombre puede cambiar de todo, de cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios, pero hay una cosa que no puede cambiar, su pasión por el futbol.>, y por las críticas que había leído esperaba que esta se acercara, mi gozo en un pozo. El film apenas habla de futbol, no se habla de la pasión del aficionado, no se habla de tácticas, no se ven escasas escenas de futbol, intrascendentes todas ellas, la historia es el relato real de la rivalidad entre un joven entrenador, Brian Clough (histriónico Michael Sheen) y otro veterano, Don Revi (gran Colm Meaney), como Brian siente una atroz sed de superar a Don, como alcanza que le den el puesto de entrenador del Leeds Ud., entrenado por Revi durante trece temporadas exitosas, seis semanas estuvo dirigiéndolo, durante este periodo chocó con las costumbres del antiguo manager. El film está contado a base de flash-backs y flash-forwards, para contarnos las andanzas de Brian con el Derby County con el que triunfó, mientras vamos viendo su peculiar carácter, un tipo insoportable que se creía el ombligo del mundo, un megalómano, prepotente cargado de odio y rencor a un tío que envidiaba de forma enfermiza. Para la película el futbol es una excusa que incluso le molesta, es un estorbo, no sale un solo futbolista con personalidad, me ha decepcionado, me dejado frío, algunos detalles insultan a la inteligencia, como que el entrenador fichara a los jugadores sin conocimiento del presidente, bastante pueril, quizás con más presupuesto y habiendo contado su etapa en el Nothingan Forrest, donde lo subió de categoría y lo hizo dos años consecutivos campeón de Europa hubiera emocionado, los americanos tienen, montones de films sobre sus deportes, films que emocionan, como ‘Campo de sueños’, ‘Un domingo cualquiera’, ‘Hoosiers’, ‘Friday night lights’, ‘El mejor’, ‘Toro Salvaje’, ‘Más dura será la caída’, ‘Million Dollar Baby’, ‘Rocky’, etcétera, etcétera, y nosotros con nuestro deporte rey en Europa lo que más se le acerca es ‘Evasión o victoria’ y ‘Quiero ser como Beckham’, patético. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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