Comedia loca muy mariquita en la que los chicos van vestidos de azul y las chicas van de color rosa. Con expresiones y movimientos muy locos que provocan enseguida la sonrisa del espectador, y hasta su complicidad. Ya desde el principio parece que el director no pretende moralizar ni establecer tesis, solo divertir de la manera más alocada. Y en buena medida lo consigue. El guión está muy bien trabajado, buscando las actitudes y expresiones que caracterizan y son tópicos del mundo homosexual, y aquí son utilizados para demostrar que es falsa la teoría de que una terapia adecuada puede conseguir que un homosexual llegue a ser heterosexual. Más bien puede ocurrir lo contrario. Las imágenes son muy claras en su significado y en su composición fotográfica, recurriendo al hiperrealismo si es necesario con tal de llevar la idea al espectador. Las interpretaciones son absolutamente buenas, especialmente las de los muchachos homosexuales que parecen sacados de un desfile del orgullo gay. Y es especialmente buena la interpretación de la pareja protagonista femenina, cada una en el papel que se contrapone al otro y también cuando cambian los papeles entre si. En fin una película para reírse pero no para burlarse del mundo homosexual. Aunque no se como reaccionarán las gentes homofóbicas.

El porno gay es un negocio como otro cualquiera en la que el producto está creado según las necesidades del consumidor. Lo que ocurre en este negocio es que los elementos del producto son personas, muchachos jóvenes que se exhiben y que realizan actos sexuales ante las cámaras por la necesidad de ganar un dinero que de otra manera no podrían. Aparentemente es un dinero fácil, pero como todo en la vida, depende del grado de madurez con el que el actor porno gay se mete en la producción de películas. En este documental vemos, someramente, algo de lo que podría ser la vida de los que en este negocio trabajan. El que realmente gana el dinero, busca la felicidad en el amor, y los que tienen que demostrar amor en la pantalla solo buscan el dinero. Nos presenta el caso de un actor porno que desperdicia las oportunidades que se le han dado y lo vemos perdido desde el principio. Pero también esta aquel actor que vive tranquilamente con su madre y manifiesta una madurez ante su trabajo y en su vida. Están también los actores que sin ser gays sacan buen provecho de representar relaciones homosexuales para espectadores gays. La película está realizada en unos tiempos en que la industria del porno, como tantas otras industrias, la música por ejemplo, están en decadencia por ala aparición de Internet y con ello la facilidad de llegar a esas imágenes que el espectador específico va buscando y sin que le cueste tanto dinero ni tanta dificultad.

Lo que al principio es una sucesión de entrevistas a homosexuales, ya mayores, que sufrieron algún tipo de represión, o que tuvieron que luchar y sufrir para ser aceptados tal como eran, en una Italia donde la sociedad y especialmente la familia, muy católicos en general, consideraban una desviación y un gran pecado la homosexualidad; dichas entrevistas, solo acompañadas por algunas fotos, se van convirtiendo en auténticas introspecciones en las personas entrevistadas y una presentación de manifestaciones públicas mediante fragmentos de películas, de programas televisivos, o de recuerdos guardados como parte de una vida. No hay moralina en las entrevistas, ni una descarga de odio por lo que tuvieron que sufrir. Simplemente se trata de contar algo interesante de sus experiencias vitales siendo como eran homosexuales. El mundo del espectáculo domina en estas entrevistas y hay un largo y bien estructurado apartado sobre Pier Paolo Pasolini, convertido por su asesinato en un icono de la libertad homosexual en Italia. Las canciones que como fondo unas veces, y otras en programas de televisión, son canciones que suenan a muy italianas de los años 60. En conjunto se hacen interesantes las reflexiones como muestra de un periodo de la vida italiana y muy interesante la entrevista final a un joven homosexual.

BUGCRUSH. Es una historia que consigue en un corto periodo de tiempo el interés, la intriga, el miedo y el terror, y todo ello acompañado de un sutil erotismo. La ambientación y los intérpretes están bien elegidos por quien sabe dirigir una película, Carter Smith.
DAVY AND STU. Soman Chainani se ha buscado una historia algo compleja para hacernos ver que a veces los monstruos están en las personas que aparentemente son inocentes pero que son capaces de conseguir lo que quieran de sus víctimas. Lo que ocurre es que el guión queda corto para tanta profundidad y los intérpretes no son demasiado buenos.
DOORMAN. En pocos minutos y con imágenes de alta tensión se nos presenta una primera experiencia que pasa de cero al punto más álgido. Lo que en principio es miedo, después se convierte en interés, para terminar en deseo. Y en todo ello el placer va aumentando.
HEARTLAND. Posiblemente la más floja de las cuatro, pero tiene unas imágenes de la América rural que atraen y te hacen compartir las dudas entre el campo o la ciudad. Secuencias cortas y continuas, no impiden reconocer el tiempo y el lugar

Magnífica película independiente del sistema hollywoodiano que basada en un guión original hasta cierto punto nos va contando con las imágenes justas, necesarias y adecuadas las historia de amores cruzados, con desamores y amores imposibles, donde el sexo forma parte intrínsecamente de las relaciones, sin dejar lugar a la duda de la diferencia entre pasarlo bien y amar. Parece mentira como con tanta escasez de medios se puede contar una historia con imágenes que rondan el arte mucho más que las imágenes de las grandes superproducciones. Parece mentira como unos jóvenes actores son capaces de hacernos creíbles las relaciones entre los personajes sin jugar al divismo y buscando siempre el lado humano de dichas relaciones. Es comedia, es drama y es tragedia, pero combinadas de tal manera que representadas en un teatro griego no dudaríamos en incluirla en las obras clásicas. El protagonista es poeta que trabaja en un tienda de discos y sus reflexiones, o sus fragmentos de poesía, son de un alto nivel literario. Todos los demás protagonistas, algunos dando vida a fotógrafas, pintores, escritores o músicos tienen reflexiones que indican la calidad humana y artística de sus personajes según expresa de manera extraordinaria el guión. Y la dirección no resulta cutre al estilo de tantas películas independientes porque el director sabe que está contando una historia con imágenes y conoce el lenguaje cinematográfico que utiliza de forma, no solo adecuada, sino con gran sentido del arte. Solo una duda: ¿la camiseta de Adidas forma parte del cine independiente?