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Críticas de Piano y yo
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Críticas 87
Críticas ordenadas por utilidad
8
11 de octubre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Emotiva película que cuenta, en flash back, la vida desde sus inicios de un matrimonio entre un escritor de guiones de teatro (Victor Mature), al principio empobrecido y jugador de poker, y más tarde, una vez enamorado, cada vez más responsable y trabajador, y por tanto, cada vez con más dinero, y la siempre convincente morena (Jean Simmons), como esposa enamoradísima, que, tras las normales dudas iniciales por la actitud pródiga de su marido, acaba sacando el matrimonio adelante con paciencia cristiana, por lo que, con el paso del tiempo, ella acaba por quedarse embarazada. El problema es que pierde el niño y se descubre que no puede tener hijos, por lo que adoptan a un chavalillo vecino que se ha quedado huérfano. El caso es que, llegados a este punto, aparece la nueva estrella de la última obra teatral de Victor Mature, la atractiva rubia (Monica Lewis), que no se “conforma” con ser dirigida únicamente por el protagonista en el escenario, -se ve que la gusta ensayar los besos con su director más de lo debido, tanto en el escenario, como fuera de él-, y además, en un acto bastante vil por parte de ella, llama a una amiga periodista para que difunda en los ecos de sociedad que la pareja se va a divorciar, cuando en realidad todavía no es seguro que tal divorcio vaya a ocurrir.
En el spoiler cuento el final, que considero algo ambiguo.
Por lo demás decir que la película es muy fácil de seguir, que todos los conocidos de la pareja cuentan mediante flash backs como la pareja protagonista se ha querido siempre y lo que opinan sobre si se divorciarán o no.
Que no es un dramón, ni una comedia, sino que está en medio de ambos extremos.
Que el marido lo hace bastante bien como hombre un poco inmaduro pero de buen corazón, que quiere mucho a su esposa, aunque no sepa cuidarla muy bien y que es el último en enterarse del lío que le ha montado la arpía de su actriz fetiche, lo que contrasta con sus habituales papeles de matón en películas de cine negro.
Y que tiene alguna escena divertida, como cuando Victor ensaya como pedir perdón mientras viaja en tren hablando a solas al asiento contiguo, donde se supone que su mujer le perdonará al instante y además se creerá que nada realmente ocurrió, cosa ésta que nos suele suceder a los hombres, que queremos que nos perdonen inmediatamente.
Nota: 8 sobre 10.
Así que corten esta crítica, enciendan la televisión y música maestro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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10
25 de abril de 2010
11 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una delicia de película que se disfruta aún más si has visto las varias películas que rememora. Me remito en todo lo dicho en las críticas de Miguel de Palma de Mallorca y Tarima de Las Palmas -ver spoiler-. Adorable Shirley MacLaine en un papel hecho a su medida. No creo que Marilyn Monroe lo hubiese hecho mejor. Película tan divertida como por ejemplo Irma la dulce de Billy Wilder. Deberíamos haber aprendido del siglo XX que el dinero no lo puede todo, sobre todo en temas matrimoniales -búsqueda de la felicidad-.
La recomiendo sin reservas. Un 10.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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10
19 de mayo de 2010
7 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra de arte. Película completísima. Inolvidable. Con letras de oro.
Esta película es como la vida real; por fuera todo muy bonito y muy correcto, pero por dentro sólo se salva un aviador, -sensible y de buen corazón-, al que la gente y sus conocidos le consideran un héroe y por tanto libre de problemas, y que en realidad sufre mucho, ya que es el único que siente amor verdadero por la protagonista, la cual es una mujer que, al igual que Marlene Dietrich en El diablo es una mujer, va pasando de hombre a hombre pero no movida por una ambición monetaria como la Dietrich, sino simplemente por seguir la regla del juego. Por lo tanto retrata una sociedad mentirosa, en la que todo vale y todo es simplón, mediano, sin sentimientos profundos.
Mi opinión: Es una película visionaria; es increíble como de 1939 a 2010 lo poco que ha cambiado la sociedad.
Lo mejor de la película: Que gran parte de ella es una comedia y muy divertida.
Que todos los personajes están perfectamente retratados, tanto los de las clases altas como los de las bajas.
La muerte de los conejos en la cazería, que luego se convierte en todo un símbolo.
Un 10 de 10, sin duda.
Veánla y saquen consecuencias. La película se lo merece.
Piano y yo
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10
18 de enero de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si sueñas con fresas con nata... es que estás loco; si sueñas con fresas con naranja o con jerez ya es diferente. (Este es el dictamen que utiliza el psicoanalista ante la visita de los distintos protagonistas de la película, primero, la sosa, inocente y enamorada esposa que no sabe cómo evitar que su marido se vea con otras mujeres, segundo el abuelo -en un papel divertido, pues es a la vez consejero de su nieta y del marido de ésta y, ni por asomo se puede imaginar que su difunta esposa ha revivido-, tercero, -el del abogado que es uno de los amigos del marido con los que tontea amorosamente la abuela, en su nuevo papel de nieta y de por tanto esposa herida por los devaneos amorosos de su marido, abogado éste que cae también en las redes de la tan activa y vital abuelita-, cuarto -el del marido, que abrumado y confuso ante el cambio de actitud de su sosa esposa, ahora reina del baile y de la modernidad, llega a la conclusión de que simplemente esa nueva mujer que le planta cara es imposible que sea su esposa, y por ello le pide al psicoanalista que vaya a su casa y conozca la situación, a lo que el pillo del psicoanalista accede-, y quinto -el del policía que decide arrestar a la divertida abuelita que se dedica a firmar cheques siendo ella joven con la firma de su ya difunta abuelita, porque sabe que los va a pagar el ligón de su joven marido-.
En fin gran película de enredos, fácil de seguir, tan dulce como las fresas con nata, con una parte central de unos 20 minutos, -cuando comienza la transformación de ella-, en la que la película se convierte en un musical con escenas que te muestran la transformación de la sosa esposa en la avispada chica moderna que ahora fuma, bebe, compra coches caros, se salta semáforos y tontea con el guardia de tráfico para evitar la multa, se corta el pelo-, parte ésta que me recordó a Cantando bajo la lluvia.
Es realmente divertida, tiene un comienzo que me ha recordado un poco a El guateque de Peter Sellers, pues los sirvientes de la casa juegan un papel esencial en la comicidad de la película, al igual que el camarero borracho de la citada El Guateque.
Y, por último, con una frase que cuento en el spoiler, y, que es una pena, pero suele ser una gran verdad.
Así que ya no lean más críticas -que por cierto no hay ninguna de esta película, qué pena que al cine español antiguo ningún usuario le haga caso en Filmaffinity-, enciendan la televisión y vean la película. Y música maestro.
La emiten en el Canal Somos.
Madrid, a 18 de Enero de 2.013.
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Piano y yo
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5
7 de junio de 2011
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Típica comedia amorosa, en la que la Hepburn, cumplidora oficinista de la sección de investigación de una cadena de televisión, -oficina a la que la gente llama preguntando cualquier clase de tontería, por ejemplo, ¿por qué los esquimales se besan frotándose las narices?- se debate entre dar su amor a un compañero de trabajo –Gig Young- con el que lleva saliendo 7 años, pero que no parece estar muy enamorado de ella, pues le da plantones cada dos por tres y además la utiliza para que le revise el trabajo, y el recién aparecido Tracy, el cual ha llegado allí para instalar un ordenador muy potente que podrá suplantar el trabajo de todas las chicas de dicha oficina.
Aunque hay escenas que no están del todo mal, como el interrogatorio inicial de Tracy a Hepburn sobre otras 2 millones de tonterías, mientras “disfrutan” de un picnic en la azotea del Empire State Building, -pues allí están las oficinas-, y al mismo tiempo se hielan de frío, o cuando Tracy se queda en casa de Hepburn para resguardarse de la lluvia y en medio de la cena entre ambos aparece el novio eterna de ella, la verdad es que, para ser comedia, le falta algo de chispa o de misterio a la película, -ver spoiler-.
Además son demasiado reiterativas las escenas de las llamadas telefónicas de la gente para preguntar chorradas y la de las chicas entre ellas para cotillear sus escarceos amorosos.
Ver un ordenador que sabe responder preguntas, aunque sea en una película de los años 50, no me parece algo especialmente gracioso.
Lo mejor: las escenas en la que el trío protagonista está en pantalla al mismo tiempo.
Así pues, esta vez no es necesario que corten esta crítica, y enciendan el televisor, por lo que no otorgo a esta película mi lema cariñoso de ¡Música maestro!.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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