Vayamos a lo que toca. La película es mala, y el hecho de que produzca Tarantino, y de estar basada en supuestos hechos reales, no es más que una artimaña publicitaria que probablemente les vaya a ser bastante rentable.
El problema es que han querido convertir un cine minimalista por su temática (desde luego la violencia morbosa no es plato de gusto para la mayoría de gente) en un producto tipo mass media.
El como llegan a Eslovaquia estos pichones, no tiene ningún tipo de interés y mucho menos los personajes en sí. Eso sí la parejita de chicas que se encuentran en ese oscuro y desconocido país del este están de puro vicio (valga el comentario machista).
En cuanto a las escenas de violencia pura y dura, son menos de lo que esperábamos. Buena, oscura y asquerosa ambientación, y psicópatas entrañables (atención a la curiosa conversación de Jay Hernández, casi hacia el final de la peli, con uno de los que pagan).
Mala, con esta historia Miike nos podría haber deleitado con algo mucho más brutal y desconcertante.

Hice mal, pero por casualidad. Antes de ver esta cinta, cosas del destino, estuve viendo The General de John Boorman.
Y cual fue mi sorpresa, que es la misma historia, bueno...casi. En esta versión nuestro irlandés mágico se saca de la manga una sucesión de eventos, que la verdad, dudo que si no has visto The General, les veas la coherencia, y es que el hombre va al trapo, explicaciones o desarrollo "pa que"...
Como comedia tiene algún puntillo, como drama no vale un duro, y de intriga tiene la justita, ya que nunca se acaban de enlazar los hechos...y el final pastelero es increible, ni en las de Van Damme se ven resoluciones tan patéticas.
El Spacey debiera elegir con un poquito más de cuidado sus papeles, y aunque las comparaciones son odiosas, Brendan Glesson en la de Boorman, está infinitamente mejor.

Interesante película, con un interesante guión y un final bestial. Realmente el film se va dejando ver sin demasiados problemas como una comedieta amorosa para adolescentes hasta que finaliza. Y es obvio que cuando finaliza, empiezas a cuadrar ciertas cosas, por que aunque todo parece bastante rutinario se huele algo extraño en la sucesión de los hechos, se entrevé algo que no encaja con la personalidad que se intenta definir de alguno de los protagonistas. Al fin encaja todo sin problemas, y uno se da cuenta que la trama está montada con bastante mala leche.
En el otro lado están las reflexiones que plantea. En mi opinión la premisa final es demasiado frívola (a pesar de que refleja un hecho cotidiano),y teniendo en cuenta que ánalogamente el arte lo puede ser del mismo modo, buscar ese resultado, lo convierte en una doble frivolidad. A veces sólo queda la duda de si realmente para demostrar algo, vale cualquier cosa...

Este tío debe ser programador de juegos frustrado o algo por estilo, aunque por otro lado no me extraña, es inhumano de malo, todo lo que toca lo rompe.
Esta película es basura nauseabunda y putrefacta. No merece más críticas. Y nos está preparando cinco adaptaciones de videojuegos más, cinco!!!!!!
Por otro lado y a modo de reflexión, sería conveniente decir que con su primera película, igual de mala que esta, hicieron una caja de 11.000.000$, con un presupuesto de 7.000.000$. Algo está pasando...

Como todas las pelis de esta pareja es mala, pero te ríes un montón. Las veo una y otra vez y siempre me rio con los casposos gags de Mariano Ozores.
Esta particularmente, es para no parar de reirte. Pajares y Esteso a lo suyo, pero yo creo que la estrella real de todo ésto es Antonio Ozores, el cura que siempre gana en el bingo. Casi siempre hace de segundón, pero le pone la salsa al tema. Desternillante. Los diálogos son estúpidos a más poder y quizá ahí resida la gracia.
Para un rato divertido sin más es única.