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España España · Alicante
Críticas de Ovi One
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Críticas 75
Críticas ordenadas por utilidad
7
25 de septiembre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Últimamente parece que estoy acertando (también gracias a recomendaciones) a la hora de ver películas españolas, porque de un tiempo a esta parte me están gustando más de lo que podría imaginar, y pensar que hace tiempo no soportaba ni que me las mencionaran. Las dos partes de REC, Agora, Spanish Movie, Pagafantas, Fuera de Carta, el Orfanato, Camino, los Cronocrímenes... Todas, en mayor o menor medida, cumplen con su propuesta y forman un grupo muy agradable de filmes provenientes de este país del que estar bastante orgulloso. Cierto es que hay pocos sobresalientes o notables altos, pero casi podría decirse que, de vez en cuando, nos llevamos alguna sorpresa como la aquí expuesta.

Y es que la Celda 211 es un filme que navega entre el thriller y el drama carcelario, muy bien desarrollado e interpretado. Gran énfasis en lo segundo, ya que no sólo tiene un ritmo bastante ágil que mantiene el interés en todo momento, sino que los actores se preocupan por mantener al espectador bien interesado por todo lo que ocurre, ya que resultan creíbles en cada una de las situaciones por las que pasan. No sólo eso, sino que también es importante la manera en que se relacionan entre ellos, las personalidades, los intereses... todo varía a lo largo de una trama a contrarreloj en donde la supervivencia se convierte en la máxima prioridad. Y es que Juan, el protagonista que se ve metido de lleno en medio de un motín carcelario bastante peliagudo, no finaliza el filme como lo empieza, por lo que me gustaría destacar no sólo la muy admirada interpretación de Luis Tosar como Malamadre (que se merece esos elogios y más) sino también la de Alberto Ammann como el mencionado Juan, que tiene uno de los papeles más difíciles y, aunque al principio parece que no va a destacar, acaba realizando una interpretación muy destacable.

Por otro lado, el interés radica en el conocido síndrome de Estocolmo, en cómo uno puede llegar a identificarse con gente tan violenta y peligrosa si sufre una experiencia que no permite la vuelta atrás. Es cierto que a veces la trama puede ser un poco maniquea (el personaje de Resines es probablemente el peor en este aspecto, malo hasta la médula), pero lo cierto es que mantiene una ambigüedad bastante aceptable que se ve presidida sobre todo por un Malamadre con el que puedes llegar a identificarte, de la misma forma que lo hace Juan.

En resumen, no es la octava maravilla, pero por su puesta en escena, su propuesta, la efectividad de sus intérpretes y el guión, bien merece un visionado o dos. Ojalá el cine español fuera siempre así de convincente.
Ovi One
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4
22 de agosto de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué puede salir de una película donde aparecen Stallone, Statham, Rourke, Jet Li, Lundgren y demás bestias del cine de acción noventero y del nuevo siglo? Pues lo que ofrece Los mercenarios: Tiros y más tiros, placajes, montones de hostias por doquier, explosiones a tutiplén, cuchillos, metralletas, músculos con las venas bien marcadas, persecuciones, coches volando, edificios cayendo... Lo tiene todo, por tener tiene incluso los tópicos más vistos del cine de acción de hace dos décadas: Damiselas en apuros, malos que maltratan a las mujeres sin ningún pudor, la típica dictadura bananera malvada (aunque con un buen giro de tuerca), el ex-agente de la CIA sin escrúpulos, armas con nombres de mujeres, el consabido mensaje del alma atormentada... y un largo etc. Stallone se lo ha tomado muy en serio a la hora de hacer un festival que homenajea por completo el cine que lo hizo famoso, hasta el punto en que sus personajes llegan a ser parodias de otros que los actores interpretaron (buenísimo en ese aspecto el momento en que se juntan esas tres leyendas en la Iglesia, especialmente cuando hablan de lo mucho que le gusta al personaje de Stallone meterse en la selva) realizando montones de chistes autoreferenciales que indudablemente dejan escapar una sonrisilla de complaciencia cuando son comprendidos.

Es decir, la película es justo lo que cabría de esperar de ella. Ofrece lo que dice que va a ofrecer y es honesta en ese aspecto, no se le puede pedir más. Y sin embargo, sabiendo todo esto, deja un sentimiento agridulce, sobre todo para haber asistido a una reunión de actores míticos del género. Creo que se debe a la falta de pretensiones, a un guión aburrido y manido con situaciones que hemos visto tantísimas veces que ya nada de lo mostrado nos sorprende. De hecho, por el final peca de querer ir más allá que otras películas en cuanto a víctimas, explosiones, tiros, peleas, cuchillos... y todo lo que se te ocurra, hasta el punto en que uno acaba saturado y bastante quemado. Pero ese es el principal problema, más allá de los actores y los chistes referenciales (que son magníficos, si no lo mejor del filme) no hay nada: ni originalidad en alguna situación, ni giros argumentales que nos revelen alguna sorpresilla, ni drama, ni alguna cosa memorable más allá de una "mascletá" digna de las mejores fiestas valencianas.

En definitiva, ofrece lo que cabría esperar de la película, pero tampoco es la panacea del cine de acción de antaño, aunque esté muy encima de lo que se venía ofreciendo últimamente. Está bastante bien si quieres disfrutar de acción a tutiplén sin complicaciones, pero no busques más.
Ovi One
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6
2 de mayo de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay casos en los que la objetividad es imposible de mantener en la opinión de un filme. Hay momentos en que, por mucho que sea uno consciente de los defectos y carencias de una determinada obra, puedes perdonarlos e incluso ignorarlos, no por querer tener la razón, sino porque el disfrute de la misma vale más que cualquier juicio meticuloso y analítico que se pueda obtener. Iron Man, el primer filme de Favreau, es uno de esos casos, recibió numerosas críticas positivas, especialmente de un público encantado con las actuaciones de sus actores, especialmente por Robert Downey Jr., completamente en su salsa como Tony Stark. Por ello, se esperaba mucho de esta secuela, especialmente porque el reparto se podría considerar casi perfecto y las expectativas estaban altas desde los primeros trailers e imágenes.

Y la verdad, una vez vista, la película dista mucho de ser perfecta o de aprovechar todas sus posibilidades. Nuevamente, el villano principal está algo desaprovechado, algunos personajes podrían haber dado más de sí, la batalla final decepciona un poco y el ritmo decae por en medio. Sin embargo, como decía anteriormente, esos defectos acaban sepultados ante el cómputo global del filme, que roza el sobresaliente gracias a una fantástica mezcla de elementos y personalidad que hace que se convierta en una de las películas más divertidas, memorables y entretenidas que se puedan ver en la cartelera. Nuevamente, todo gracias a la fantástica combinación de ingredientes que ya brillaban con luz propia en la primera entrega. Los actores cumplen con creces su cometido: Robert Downey Jr. ES Tony Stark, Cheadle está mucho más creíble y carismático como Rohdes que Terrence en la precuela, Rourke y Rockwell cogen el listón de Bridges como los villanos de esta nueva entrega supliendo con creces su ausencia y Paltrow es la más sale perdiendo, no porque tenga que competir con una Johanson perfecta como Natasha, sino porque su personaje se vuelve un poco más histérico y hay momentos en los que parece más un recurso cómico que un elemento de gran importancia.

(Continúa en el spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ovi One
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6
21 de abril de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al final tendré que caer rendido ante las habilidades de un director tan capaz como John McTiernan que, de haber seguido dando muestras de su capacidad, estaría entre los mejores directores de acción de todos los tiempos, si es que no entra ya en dicho calificativo con la realización de filmes como Depredador o La Jungla del Cristal. Con esta película, pensaba que me iba a deleitar de otra de sus grandes obras. Pero aunque sea injusto pedirle el mismo nivel que en las anteriormente mencionadas, creo que incluso se queda por debajo del notable.

Pero no nos equivoquemos, esta es una película que trata la civilización nórdica antigua con gran acierto, sin ablandarla, pese a que pierde en ferocidad y mala leche debido al contraste que podrá verse más adelante con las "bestias" a las que deben aplacar. Y es ahí donde vemos al mejor McTiernan, aquel que recoge lo mejor que hizo en Depredador: un ritmo vertiginoso y sólido que hace que el filme te pase en un suspiro, utilizando a uno de los personajes como hilo conductor (en este caso Antonio Banderas interpretando a un árabe que sobrevive como puede en una sociedad que desconoce y trata de comprender) y alargando el misterio del enemigo visceral sin que se diluya y sin artificios de ningún tipo. Aparte, la escena en donde los personajes se infiltran en el nido del enemigo resulta fascinante, por la puesta en escena y la tensión. En esos aspectos, el filme cumple con creces.

Por desgracia, el guión pierde muchísimo por el final, ignoro si se debe a que la novela no tiene mucha enjundia o porque es una adaptación pobre de la susodicha. Pero lo cierto es que decepciona ver que algunos personajes se pierden en la trama, personajes como el jefe de la aldea, su propio hijo (que parecía que iba a hacer alguna pesquisa, pero desaparece sin más) o la chica que se enamora del protagonista, a la cual consideraba imprescindible al final del filme. Y además, las batallas en la aldea dejan mucho que desear en cuanto a épica y emoción. Los invasores llegan, vemos cómo despedazan a unos cuantos y se van las dos veces que lo intentan. Resulta realmente decepcionante que, en la escaramuza final, todo se resuelva en un anticlímax que resulta descorazonador y que baja muchos enteros a un filme que merecía mucho más.

Por otro lado, la suspensión de incredulidad alcanza grados demasiado risibles en cuanto al aprendizaje de cierto idioma y otros momentos en donde el invasor, de repente, parece muy fácil de aplacar. En definitiva, no es mal filme, pero pudo ser mucho mejor.
Ovi One
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3
15 de marzo de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay veces que hay que hacerlo: hacer uso de la suspensión de incredulidad, para disfrutar de una forma óptima de un filme donde no pretenden ser realistas, sino tan sólo realizar un trabajo de divertimiento sano. La lástima es que muchas veces confunden burradas con diversión, salvajada con ingenio o espectacularidad con recreación. El hecho de que estén todos los elementos ahí, el hecho de que sepas lo que quieres ofrecer desde el primer momento en que esbozas la idea, no te garantiza realizar un producto divertido o genial. Esta película es un buen ejemplo de ello.

Con el argumento más enrevesado que ha parido madre, Clive Owen se marca un juego de persecución a lo conejo y el cazador, a lo Bugs Bunny y Elmer (sin esconderlo siquiera, nunca le he cogido tanta manía a una zanahoria) con Paul Giamatti (que, eso sí, se lo pasa como un bellaco durante todo el rodaje y se nota) que sólo cobra interés cuando la Bellucci asoma por ahí y no por las razones a las que podría aspirar el filme... o sí, porque la pobre no está para otra cosa que no sea enseñar cacho y protagonizar la escena de acción más chanante que he podido ver. La lástima es que no hay mesura en todo el filme, ¿para qué si se pueden hacer burradas a diestro y siniestro sin parar y sin un atisbo de coherencia interna? Hay tantas chorradas por segundo en todas las escenas de acción que al final no puedes obviar un bostezo, y eso es criminal en una película que se supone dinámica y no ofrece ningún respiro.

Aparte, no hay nada más aburrido (como ha demostrado en alguna ocasión Vin Diesel) que un protagonista que lo hace todo fenomenal, perfecto y fantástico se ponga como se ponga la situación. Ya lo dice el personaje de Giamatti: -"No sé si es que nosotros somos muy malos o él demasiado bueno". Hijo, teniendo en cuenta la enorme cantidad de veces en las que lo habéis tenido a punta de pistola, la cantidad de imbecilidades que hacen los malos por minuto, la burrada de ir siempre al alimón y de frente, de disparar todo el tiempo sin acertar ni tan siquiera en un maldito pasillo cuando el puñetero protagonista corre hacia delante contra vosotros... creo que la respuesta está demasiado clara: Nunca han habido unos malos más incompetentes y estúpidos que estos. Si a todo esto le sumamos unas perlas de investigación entre los personajes que harían que Sherlock Holmes se muriera de envidia después de intentar averiguar de dónde coño salen esos poderes clarividentes que ni el puto CSI en sus mejores momentos... pues tenemos una película completa, pero no positivamente.

En fin, hacía tiempo que no me podía permitir una reseña así de destroyer. Así que... gracias, Michael Davis.
Ovi One
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