ABSOLUTAMENTE BOCHORNOSA
Cinematograficamente zafia, con actuaciones que dan mucha grima, el tono de exaltación patriótica llega a unos extremos de infantilismo difíciles de imaginar.
Entiendo que en Polonia haya sed por hacer conocer al mundo el trato vejatorio sufrido en tantas ocasiones y tal vez especialmente por la URSS, pero se podría haber hecho con una pizca de rigor y profesionalidad no con un alarde de manipulación sentimental y maniqueísmo impropios del siglo XXI.
Es curioso que en un mismo país convivan las obras maestras de Pawel Pawlikowski (Ida, Cold war) con estas pestilentes muestras del peor cine imaginable.
En serio, la tengo en el top 10 de las peores películas que he visto en mi vida.

A priori la idea, el tema y la época me atraían bastante, pero a medida que la cinta avanza, empieza a acumular, clichés y malos de opereta, el simplismo en los personajes y la trama llega a resultar irritante y la conclusión y la parte final de un dramatismo forzado, casi aparatoso. Sólo se salva la puesta en escena.

Es una lástima que la denuncia o la simple crónica de sucesos de la Alemania del este (un tema poco visto normalmente en cine) sea tratado de forma tan convencional y sin matices, lo que lleva a los personajes y la trama a una nula credibilidad.

Inútil y estéril invocar aquella obra maestra que fue "La vida de los otros" que tenía todos los méritos de los que carece esta telefilm de sobremesa que parece una mezcla de Amar en tiemnpos revueltos por su tono y Una versión descafeinada y hueca de "El club de los poetas muertos" por el pretendido rollito solidario entre los estudiantes.

Los personajes de el ministro de Educación o la perversa denunciante del "Consejo escolar" deberían figurar en cualquier selección de los personajes más planos y artificiosos de l a historia del cine.

Un desperdicio que puede contentar a los que se conformen con el tema y con ver reflejada una época sin fijarse en los trazos gruesos de la trama.

Para muchos productores el cine juvenil es esto: unir cuatro sustitos, dos persecuciones y unos cuantos efectos especiales con una dirección técnica eficaz y unos personajes tópicos pero que cumplan según ellos el espectro de los tipos de adolescentes: el malote, el pequeño empollón, el miédica, la chica intrépida y así sucesivamente.

La película pretende jugar en la liga de las series Divergente, EL corredor el laberinto y Los juegos del hambre, pero adolece de un cierto complejo (injustificado¿?) de inferioridad. Es cine francés que reniega de sí mismo y se obsesiona por no parecerlo, pero luego es plenamente consciente de que su mercado potencial es Francia y en todo caso algunos países europeos.
No es que sea peor que otras cintas de evasión norteamericanas, es que juega con mucha desventaja de marketing y su poca personlaidad y poco gancho no juegan precisamente a su favor.

Vi esta peli en el festival de Sevilla con más de 200 alumnos entre 13 y 18 años y la reacción general fue negativa, sobre todo por un final que pretende ser sorpresivo abrir puertas a segundas partes, pero se queda en chocante/desconcertante.

En definitiva, si ni siquiera convenció al público juvenil al que iba destinado, vamos mal.

El primer mérito de Bayona es eliminar de raiz todas las chorradas de la peli anterior: las irritantes chulerías baratas de Chris Pratt (aquí más comedido), el pijismo despreciable del personaje de Dallas Howard, (que aquí se limita más o menos a correr y huir) y sobre todo no meter los dos sobrinitos de la anterior que elevaban el niñaterío cutre-yanki a niveles I N S O P O R T A B L E S

Bayona retoma el pulso de Spielberg de la primera entrega con escenas de suspense, el uso de sombras, siluetas y luces blancas (a veces calcando escenas). Añade espectacularidad y ciertos dilemas morales y un par de diálogos (a cargo sobretodo de Jeff Goldblum) de cierto interés para lo que es un blockbuster hollywoodiense standard. En definitiva sale muy bien parado, te clava a la butaca y hace que las dos horas pasen volando.

Cierto es también que a veces la espectacularidad es más aparatosa y acumulativa que otra cosa y hay situaciones tan tan y tan requeteforzadas que solo un público entregado que exige un nivel de credibilidad no ya de cero, sino de menos mil millones puede tolerar. Pero cuenta a favor con un público incondicional y agradecido que con tal de pasar un buen rato comulga con ruedas de molino jurásico si hace falta.

La deriva del film desde la pura aventura (muy bien el inicio con la erupción del volcán) hacia la peli de terror está bien calculada y funciona sobre todo gracias al personaje de la hija del millonario que tiene cierto interés (para los standares de Hollywood, claro).

Quizá la sorpresa más agradable ha sido la inclusión de dos muertes (que no revelaré para no hacer spoilers aquí) que se separan levemente de la "blandura" de la serie, y que apuntan un puntito de sordidez que no vienen nunca mal en pelis a la postre tan predecibles como esta.
La subasta de dinosaurios y la crítica al capitalismo sin escrúpulos y a la irresponsabilidad de jugar con la genética se quedan en la superficie e incluye malos de opereta que pueden resultar levemente simpáticos.

Para concluir un pequeño reproche, la película da más o menos lo que promete, acción, ritmo sin freno y sustitos muy simpáticos, pero uno ve el traíler y ve la peli y nota que faltan cosas, que el trailer amaga situaciones y escenas que luego la película no desarrolla (por ejemplo el bichejo bajo la ola de surfistas) uno queda un poco con la sensación de camelo o de que han querido vender la continuación antes de terminar la peli.

En fin, que Bayona ha sido un niño bueno y ha hecho un producto muy potable, ha pasado por los aros de Hollywood y lo ha hecho dignamente mejorando otros productos semejantes, pero a ver si para la próxima se atreve a hacer algo un poquito más original lejos de franquicias y fórmulas trilladas.

Uno podría pensar que Spielberg, se ha vuelto bipolar al haber estrenado en dos meses una película tan tan sobria (e interesante) como "Los papeles del pentágono" y una entretenimiento palomitero tan ortodoxo en su concepto de acción sin cerebro ni una mínima profundidad en los personajes como es Ready Player one.

Empieza relativamente bien, con una voz en off, tal vez demasiado explicativa, y unas escenas de acción en un mundo virtual que funcionan bien, (más por acumulación y ruido que por otra cosa, pero funcionan).

El problema empieza pronto con los personajes, que en todo momento se presentan mojigatos y simplones, como recién sacados de una serie cursi del canal Disney y con la descripción (o más bien falta de ella) de un mundo distópico que resulta muy flojo en comparación con otras sagas juveniles recientes.

Las referencias a pelis ochenteras, a todas luces excesivas y algunas difíciles de identificar para un público joven o poco experto, pueden servir de guiño al espectador talludito, pero son tantas y tan amontonadas, que el espectador/a enseguida se desentiende de ellas, las canciones pop están muy bien, pero no tienen una función realmente sólida en la película. La vertiente potencial contestataria se desinfla enseguida y las críticas a las corporaciones todopoderosas se queda en la pura superficie.

Pero lo peor es que aburre en ciertos momentos, se hace larga (a punto estuve de echarme una cabezadita, menos mal que los estruendos y la música ochentera me mantuvieron alerta) y la parte final es lo peor, con persecuciones en el mundo real que no tienen sentido y el protagonismo creciente de los amigos del prota que tienen nula entidad y carisma.

Termina y uno no puede evitar sentir una enorme decepción, sobre todo si se recuerda Minority report o La guerra de los mundos (ya sé que a muchos no les gustó), y concluyo que a Spielberg ya se le ha pasado el arroz del entrenimiento hollywodiense y que se limita a coordinar desde sus oficinas algunos aspectos técnicos , mientras se centra en sus proyectos adultos.