Duro retrato de una familia de maoríes que vive en la periferia de una gran ciudad v que intentan salir adelante y hacer frente a problemas como la delinquencia y el alcoholismo. Beth Heke (Rena Owen), madre luchadora y ama de casa no soporta que su marido Jake (Temuera Morrison, que interpretó a Jango Fett en "Star Wars II; el Ataque de los Clones") se emborrache y monte fiestas nocturnas en casa con sus amigos y delante de sus hijos. El consuelo de su adolescente hija Grace (Mamaengaroa Kerr-Bell) ayudará a Beth a sentirse orgullosa por el hogar que ha creado, sin una gota de arrepentimiento de lo que en un día de su vida fue decidirse por dejar a la comunidad de su pueblo para irse a vivir a la ciudad con el que sería su cruel y despiadado marido. Mientras tanto el hijo mayor Nig (Julian Arahanga), para aliarse a una banda callejera de tatuados, sigue su rito de iniciación basado en la pelea y la lucha cuerpo a cuerpo convencido que lleva la sangre de sus antepasados. Otro hijo, Boogie (Tauingaroa Emile) se halla en el reformatorio después de intentar robar. La cólera de Jake se acelera sin parar de beber hasta que un día le propina una fuerte paliza a su mujer Beth.

Después de esta película, Lee Tamahori saltó del trampolín de Hollywood con una filmografía irregular que va desde "Mulholland Falls; la Brigada del Sombrero" (1996),"La Hora de la Araña" (2001) o la jamesbondiana "Muere Otro Día" (2002). Pero su ópera prima "Guerreros de Antaño" (1994) es insuperable en cuanto a drama social para denunciar la situación de muchos aborígenes maoríes destinados a su suerte en el infierno urbano; presas del asfalto, las drogas, el alcoholismo y la violencia de género.

En febrero de 2006 Tamahori, nacido en Wellington (Nueva Zelanda) en 1950, fue detenido en Los Ángeles por intentar ejercer la prostitución y vestido de mujer cuando intentaba ofrecerle servicios sexuales a un agente de paisano.

Él y ella en un país que renace de nuevo. Una posterior relación episódica en los veinte años posteriores marcados por el anticonformismo de él y la desfachatez de ella. Domenico la arrincona en el lugar que cree adecuado y Filumena, simplemente, le quiere en sus brazos...
La fórmula idónea para retratar un marco de comedia costumbrista ante un duelo entre dos almas muy gemelas pero separadas por sentimientos opuestos.

Vittorio de Sica no se deja llevar por la socarronería tipo "guerra de sexos". Estereotipa la pareja deshecha y por hacer de nuevo en un largo período de tiempo en que los años difíciles se enfrentan a un presente muy distinto y esperanzador pero no así por la pareja protagonista, enfrentados discusión tras discusión, de un modo cómico y dramático a la vez.

Bebiendo de las fuentes del neorrealismo, la conjunción drama-comedia funcionó y el éxito fue arrollador.

Una escultura veneradora del Dios Ahura Mazda perteneciente a la civilización persa del siglo XII es exportada a Estados Unidos por encargo de Raymond Beaumont (Robert Englund) un coleccionista de reliquias y antigüedades cuyo fin es completar su exposición de divinidades paganas. Lo que ignora es que después de un terrible accidente en el muelle del puerto que acaba con la vida de su ayudante Ed (Ted Raimi), la presencia de un ópalo rojo de incalculable valor y perfectamente tallado desatará el renacer de un demonio cuya existencia en la Tierra se basa en cumplir los deseos de los humanos, a cual más terribles, originando una cadena de muertes y desapariciones que solamente Alex Amberson (Tammy Lauren) una potencial víctima de tan abominable ser puede detener. Pero el Djinn personificado en Nathaniel Demerest (Andrew Divoff)a través de la energía que absorbe de los cuerpos de los condenados irá a su acecho aunque para ello tenga que llamar la atención con sus fechorías.

Robert Kurtzman, que junto con su colega Gregg Nicotero han desarrollado una amplia labor en el campo de los efectos de maquillaje en su vertiente más gore y hemoglobínica, se puso detrás de las cámaras con este “divertimento” reservado a los incondicionales del género y muy en la línea de películas cuya premisa traza la llegada, por curiosidad o circunstancias rocambolescas como se da aquí, de un maligno jinete del Apocalipsis dispuesto a arrasarlo todo en los tiempos de hoy. No obstante el film entretetiene dentro de lo que cabe y la habilidad artesanal por zafarse en las muertes que se suceden, incluso cuando el metraje intenta abrir una línea de relato policíaco en la investigación desde el primer cadáver o la desaparición del diamante (una auténtica caja de Pandora o de truenos dignas de “Hellraiser”) que se desvanece para que Kurtzman nos deleita en su espectáculo de sangre y horror en la fiesta final, y con el Djinn de invitado excepcional.

“Wishmaster” es un festín y reunión de glorias asociadas al cine fantástico y de terror made in USA que, tal vez, algunos nombres nos suenen a Camilo si dejamos a un lado la presencia de Robert Englund. Pero si estáis emparentados con ésta clase de films, nombres como Ted Raimi (hermano de Sam), Tony Todd (protagonista del respetable remake de “La Noche de Los Muertos Vivientes” que dirigió Tom Savini en 1990), George “Buck” Flower (sufirdo secundario de lujo en algunos films de John Carpenter) o el villano Andrew Divoff (apareció en la coproducción española “Faust” de Brian Yuzna) os vendrán en mente. O dos actores que intervinieron en esa legendaria pesadilla que realizó Don Coscarelli en 1978 titulada “Phantasma”; el veterano Angus Scrimm (pone las voz en su versión original) y Reggie Bannister (que interpreta a un farmaceútico propenso a los tumores acelerados).

Realizada poco después de la magistral "La Última Ola" y con alusiones a este film por su protagonista en cuanto a su relación con el estudio sobre los aborígenes, Peter Weir nos plantea una absurda situación límite en un bloque de apartamentos en que una pareja de profesores residentes tienen que vérselas con un fontanero insoportable y propenso a la locura, de actitudes acosadoras pero sin acercarse a la pesadilla propia de los thrillers del género. Convertir lo irreal en cotidiano fue la premisa del autor de "El Show de Truman", en su Australia natal, para crear historias o situaciones tan realistas como esta, ya escenificadas en "Picnic en Hanging Rock", y que , de hecho, "The Plumber" iba destinada a la televisión antes de recibir una cordial acogida en diferentes festivales europeos.

Democracias maquilladas bajo autoritarismos militares que hacen lo posible para que los opositores no los expulsen del Poder, es la premisa que el director de "Estado de Sitio", "Desaparecido" y "Arcadia" ofrece en Z (del alfabeto griego que significa "Está Vivo").

Con un guión intachable escrito por Jorge Semprún, el film se divide en dos partes esenciales; la llegada de un diputado exiliado con la intención de organizar un mítin, pese a los obstáculos que las autoridades les ponen por delante, y la intruisión de los lealistas al Estado que acaban con el asesinato del político en forma de accidente y sin que la policía y el ejército intervengan. La segunda mitad se centra en las investigaciones que efectua un juez que intentará desmantelar el entramado.

El film más político y reivindicable de Gavras, cineaste que no perdio hilo con el cine político, siendo el máximo experto en su materia.