La peli tiene su interés pero peca de un pesismismo superficial. Por ejemplo, me parece que se pasan exhibiendo esa amargura de fondo en unos comerciales de técnicas y apariencia pasadas de moda, y sus constantes lingotazos de bebidas de 40º para arriba. Además, no es creíble. Los vendedores y compradores en los mercados del mundo se mueven por la pasta, no por caprichos sexuales aunque tengan cerca y a tiro una chica tan guapa como la de la peli: lo normal es pagar una comisión al comprador, lo de la peli resulta en este sentido demasiado retorcido. Otra cosa es que las ferias, normalmente, no son un mercado de actividad comercial frenética, sino un punto de encuentro de gente que intercambia saludos, información, tarjetas y catálogos. Tampoco queda claro el sentido del título: a puerta fría viene a querer decir vender de puerta a puerta sin cita previa, como hacían antes los vendedores de enciclopedias o ahora los que te quieren gestionar el gas y la electricidad: no es el caso de la peli, y aunque no quede claro si la empresa en cuestión es fabricante o distribuidora, sí parece que venda directamente a alguna red de tiendas que representa el yanqui caradura. Además, en realidad veo más corruptos a ese grupito de comerciales mal preparados made in Spain, que al yanqui en cuestión que trabaja para una multinacional. En definitiva, me da la sensación de que con esta peli me han querido vender algo que realmente no quiero.

Sin embargo y a pesar de todas nuestras reservas, digamos que la peli tiene su interés. Incluso recibió un premio de la Crítica de Málaga.

Película sorprendente y realmente inspirada que va indagando con ironía entre las múltiples contradicciones que envuelven a los personajes acerca de la verdad, la mentira y la venganza como justicia hasta llegar al sadismo. La peli expresa un cierto sarcasmo respecto de algunas creencias muy arraigadas en la mentalidad israelí: la cabaltata de las Valquirias suena en el móvil del militar que está torturando al sospechoso, el árabe que va a caballo parece el más normal de todos, el concepto de justicia parece basarse en la venganza por la venganza, las acciones policiales resultan chapuceras e inútiles, las relaciones familiares no funcionan o se nos presentan incluso como grotescas, y el hombre del saco que acecha a los niños y despierta sus terrores vive entre ellos mismos.

Con esa atmósfera de fondo la narración va jugando a medida que avanza con nuestras sensaciones una tras otra: situaciones más o menos chistosas dan lugar al más puro horror suavizado con un humor que roza sus propios límites, la duda se mezcla con la piedad y el deseo de justicia, nuestra necesidad de poder distinguir entre el bueno y el malo así como la verdad de la mentira se ve zarandeada, y así hasta llegar al desenlace final que resulta apoteósico.

Esta peli no se hizo para agradar a los críticos, es normal que no la pongan bien. Es simplemente muy buena.

Está bien hecha y tal, pero se me hizo pesada. Le falta el sentido del humor de Raimi, que humaniza el ambiente durante un momento y sirve para que el espectador se tome un respiro. En ésta todo es tan terrorífico, dramático y serio, que al final cansa. También tienes la sensación mientras la miras, de que todo eso ya lo hemos visto antes. No sé, me ha parecido poca cosa y sobre todo, innecesaria.

Es como si Alicia, en lugar de ir al país de las maravillas, se hubiese ido al corazón de los horrores de la guerra.

La peli es bastante atrevida: vemos violaciones en grupo, morfinómanos con el mono, amputaciones con serruchos, fetichismo sexual subido de tono, matanzas en el campo de batalla, una prostitución deprimente, suicidios desesperados, vómitos de enfermos de cólera, machismo recalcitrante, y mientras tanto nuestra heroína irá descubriendo en su periplo que el sexo está extrañamente ligado a la muerte.

Se me ha hecho pesada. Es demasiado seria, lúgubre y deprimente; no te dan un respiro en ese sentido mientras no paran de filosofar, y al final uno se cansa y piensa que todo lo que estamos viendo es rematadamente absurdo.

La historia sucede en un suburbio humilde en las afueras de Tokio recién terminada la 2GM, y trata del sentimiento de pérdida que, sin apenas darnos cuenta, abre de pronto la puerta a sensaciones inesperadas e incluso a deseos que se habían quedado enterrados entre los escombros de la guerra. Tiene el estilo que pude ver en Cuentos de Tokio: unos pocos personajes retratados con perspicacia, una sensación generalizada de calma, habitaciones con subespacios cuadrados en los que se ubican las personas, paisajes al aire libre más bien abstractos que se contraponen un momento, se adivinan los sentimientos de los personajes sin necesidad de enfatizarlos con demasiada cháchara, hay momentos de intimidad contados con delicadeza, e incluso diría que tiene un cierto concepto Zen en cómo se insinúan los vacíos y las ausencias. Todos los actores están estupendos y la pareja que forman la viuda y el niño es soberbia.

En resumen, una peli muy lograda.