Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de Sergio Berbel
<< 1 9 10 11 20 173 >>
Críticas 864
Críticas ordenadas por utilidad
10
25 de agosto de 2022
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué absoluta maravilla y qué privilegio cinéfilo es poder celebrar la mayoría de edad de “Closer” de Mike Nichols revisionándola, ese artesano de Hollywood tan infravalorado y con el que se han cometido tantas injusticias cuando derrocha una filmografía apabullante. “Closer” sigue siendo la misma perla envenenada perfecta, el mejor tratado sobre la superficialidad de las relaciones sentimentales contemporáneas, la egolatría, el uso desmedido del yo por encima de todo, el querer poseer y no amar, el no salir del propio ombligo, el desamor, la infidelidad, el sexo y las traiciones que se haya podido rodar, el mismo enfoque que los planteamientos sobre las relaciones de pareja que propone el cine de Woody Allen, una punzada dada directamente en el corazón y de carácter mortal, una lección magistral de lo difícil y amarga que es la vida, el mejor antídoto contra las comedias románticas con las que tanto gusta Hollywood castigarnos.

Y es que nada podía salir mal: conjuntar a Natalie Portman, Julia Roberts, Jude Law y Clive Owen (este último gana de calle y se convierte en la gran estrella de la función, merendándose al resto), entregarles un guión ácido e hiriente sobre las relaciones humanas de Patrick Marber adaptando su propia obra teatral (quizás la única pega del film, que deja notar en demasía su origen teatral), y dejar la dirección de todo ello a uno de los mejores artesanos (en su mejor sentido) del cine, Mike Nichols. Nada podía salir mal y la obra maestra estaba asegurada. Y así es y será.

Cuatro personajes. Dos mujeres y dos hombres. Cuyas relaciones personales y sexuales se van entrelazando y entrecruzando en un póker de infidelidades, traiciones, venganzas y destrozos que te parte el alma y te deja sin respiración en algunos momentos de su levísimo metraje por algunos diálogos hirientes y cortantes como pocos (ojalá fuese mucho más larga, porque te deja con ganas de más y más).

Una orgía de pasión, deseo, turbulencias, desilusiones, desperfectos irreparables… el asco que supone la vida misma. Una obra nihilista sobre el amor y las relaciones de pareja de una profundidad abismal y una tragedia insondable, de un carácter misántropo imprescindible. Y todo ello a través de una catarata de diálogos tan inteligentes como mordaces, sin piedad de los personajes ni del ser humano. Pura inteligencia.

Y un uso portentoso de la elipsis. Pocas películas se pueden permitir saltos temporales hacia adelante en la narración con la credibilidad y el empaque de “Closer”, propios de lo que es, una película inconmensurable. Una película sin piedad, sin remisión, sin salida, negra y oscura como lo es nuestra existencia. Con escenas de una brutalidad psicológica despiadada, especialmente la discusión definitiva entre Julia Roberts y Clive Owen, de una violencia verbal insufrible para el espectador.

Y todo ello rematado por dos guindas en el pastel absolutamente maravillosas: una interpretación de Clive Owen antológica; y una canción (como “leit motiv” de la película, que aparece en determinadas escenas fundamentales) de Damien Rice titulada “The Blower´s Daughter”.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
29 de junio de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay un aspecto de “The offer” que me apasiona, pero otro al que no perdono por no haber logrado ser lo que debería ser una serie sobre los entresijos de la creación, rodaje, estreno y distribución de “El padrino”, sin duda la mejor película de la historia del cine (con permiso, para mí, de “Érase una vez en América” de Sergio Leone, unos milímetros superior).

Tener el valor de introducirnos en todo lo que rodeó a la creación de uno de los fenómenos de la cultura popular más importantes del siglo XX no tiene precio y debemos agradecerlo. Mi problema es el cómo, sobre todo dos factores que han devaluado el producto ante mis ojos:

1.Las excesivas vueltas de tuerca de su guión, que suponen y exigen del espectador una suspensión de la realidad y que llevan al producto a derroteros increíbles, apartados de la lógica y que, en algún momento concreto, incluso desbarran. Una historia tan real como conocida merecía un respeto pulcro por la verdad y la consistencia de lo narrado y no convertirla en la hagiografía del productor de “El padrino”, a ratos camino de la santidad más que de la humanidad. No deja de ser una producción de Paramount a mayor gloria de Paramount basada en un texto de Albert S. Ruddy a mayor gloria de Albert S. Ruddy.

2.El tono de comedia constante, a ratos forzada, que no le favorece nada. Pasaron cosas complejas y serias en un proceso creativo muy difícil y el tono de comedia (con algunos gags que no funcionan) me ha chirriado de principio a fin. También algunos personajes que son puro cartón piedra.

Pero, dejando aparte el debe, el haber de la serie es maravilloso, sobre todo porque hace gala constante de una virtud que me encanta: siempre se queda en el momento justo de gritar “¡Acción!”, tratando al espectador como un ser inteligente y apelando a sus emociones y sus recuerdos sin devaluar la creación artística de Francis Ford Coppola.

También ofrece la serie uno de los mejores openings de los últimos tiempos, visualmente apasionante y favorecido por la espléndida música de Isabella Summers que va a perdurar en tu memoria. Al igual que resulta espléndidamente setentera la dirección de fotografía de Salvatore Totino y Elie Smolkin.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
24 de mayo de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que reconocer el enorme desparpajo y la valentía de Dennis Hauck a la hora de conformar su ópera prima buscando un cruce imposible entre Quentin Tarantino y Paul Thomas Anderson. Es obvio que la apuesta de “Too late” es demasiado compleja para ser perfecta, sobre todo porque acaba resultando un tanto alambicada tanto en forma como en contenido, pero sin duda funciona y es altamente recomendable.

La receta consiste en hacer una película coral donde todos los personajes están conectados y ofrecerla al espectador desordenada temporalmente. Exacto, estamos ante la posibilidad de seguir una evidente senda tarantiniana. Pues sumémosle a ello el uso narrativo a través de planos secuencia. Una película coral y episódica dividida en cinco planos secuencia. Aunque aquí son más alocados y caóticos, es evidente la alargadísima sombra de Paul Thomas Anderson sobre esta cinta, a la que, para emular al mejor director del planeta, tampoco le falta la condición de thriller con gotas de humor (como ocurriera en “Sydney (Hard Eight)” o “Puro vicio”).

Mucha atención, dicho sea de paso, al planteamiento del primero de los planos secuencia, en el que, para acercar al espectador hasta los entresijos de algunas escenas, el cineasta norteamericano combina dicho recurso narrativo con la arriesgada opción de la pantalla partida. A atrevido le ganan pocos.

El guión del propio Dennis Hauck, aunque a ratos demasiado rocambolesco y se le vea venir demasiado pronto, sin duda funciona magníficamente y se nutre de la dirección de fotografía de Bill Fernandez y de, cómo no, la importancia de la música y las canciones en el desarrollo de la trama (estamos tratando de emular al dios Tarantino).

No cabe duda que lo mejor de la función es la química absoluta que emana de su pareja ¿protagonista? formada por John Hawkes y Cristal Reed, capaces de otorgar verosimilitud a una historia siempre al filo de la navaja.

Estamos ante un puro thriller: un peculiar y un tanto marginal investigador privado (la conexión del mismo con el protagonista de “Puro vicio“ de Paul Thomas Anderson es mucho más que evidente) tiene que encontrar a una chica desaparecida. Pero todo va a ser mucho más complejo de lo que parece, los distintos personajes que van entrando en escena tienen relación con ella y todo será mucho más difícil de lo que aparenta conforme el espectador vaya ordenado cronológicamente en su mente tramas y subtramas. Sin duda, si se hubiese contado ordenada, hubiera resultado la mitad de interesante. El artificio del desorden, sin duda, funciona.

Como curiosidad, incluso los créditos presumen de tener un expreso aire tarantiniano.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
6 de mayo de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paul Thomas Anderson es el mejor director de cine contemporáneo. Porque el virtuosismo preciosista de la caligrafía visual de Anderson es algo que está fuera del alcance del resto de seres humanos. Dos de las mejores películas de mi vida llevan su firma: “Magnolia” y “Pozos de ambición”.

“Boogie Nights”, su segundo film tras el debut con “Sydney (Hard Eight)”, es obvio que no es su mejor película, porque Paul Thomas Anderson necesita del drama para alcanzar la excelencia y esta cinta (siendo una mezcla de varios géneros diversos perfectamente conjuntados) vive más cerca de la comedia que de la tragedia, pero yo la incluiría en cualquier libro sobre la historia del cine por sus planos secuencia “scorsesianos” en lo formal y por la amalgama de personajes que se entrecruzan en lo que este film debe al universo de Robert Altman.

El plano secuencia inicial con el que arranca la cinta es sencillamente portentoso. La cámara se pasea durante casi 4 minutos con la coreografía bien aprendida por la calle, entra y sale de locales, cruza puertas y habitaciones, va evitando los empujones de las masas… Una auténtica maravilla. Pero Anderson siempre te reserva una pirueta aún mejor y, en efecto, a mitad de metraje, te regala sin previo aviso el mejor plano secuencia que yo haya visto nunca de similar duración: la cámara recorre prácticamente toda la casa del protagonista e incluso se zambulle en la piscina, se sumerge bajo el agua y vuelve a aparecer en la superficie de la fiesta. Es absoluta magia para los ojos del más exquisito cinéfilo.

Porque “Boogie Nights”, anormalmente ligera en un director excelso y superdotado para los dramas barrocos y excesivos, es la (no tan) frívola historia del arranque de la industria del cine porno a mediados de los 70. Una película coral de personajes definidos, creíbles, certeros, bien esbozados, que nos va mostrando un mundo real que siempre ha sido tabú y sobre el que nadie ha querido posar su mirada hasta que llegó el "enfant terrible" del cine norteamericano y, a los 27 años de edad, decidió fabular sobre qué habría tras la puerta cerrada de la industria cinematográfica del porno setentero.

El auge y caída del porno (con la llegada del vídeo), de un cine que tenía aspiraciones de profesionalidad y aliento cinéfilo en sus inicios, pero que la sociedad fue condenando a reducirlo a la mínima expresión y que el VHS llevó a lo amateur y cutre directamente, como muy bien sabe reflejar Paul Thomas Anderson en la impagable escena de la limusina. Y todo ello con una ambientación setentera absolutamente perfecta. Porque esta obra maestra, además, pasa por ser uno de los mejores homenajes al cine de los 70 (junto con esa otra obra maestra de Quentin Tarantino titulada “Érase una vez en Hollywood”).

Y Paul Thomas Anderson, autor también del guión, plagado de momentos hilarantes y algunos ciertamente profundos, de alguna salida de la línea argumental para crear una tensión entre petardos irrespirable, tira de los mejores actores del mundo para que sepan bailar y apartarse permitiendo que su cámara destaque como merece un genio, un prodigio del cine como él: Mark Wahlberg (en su mejor interpretación), Julianne Moore, Don Cheadle, William H. Macy, John C. Reilly, Heather Graham, Philip Seymour Hoffman y, sobre todo, Burt Reynolds, al que Paul Thomas Anderson quiso premiar regalándole el personaje de más calidad de su filmografía en su vejez, porque ese director de porno con ansias de trascender en la historia del cine no tiene precio, una joya que Reynolds merecía porque al fin Anderson se lo tomó en serio como actor.

Yo, de mayor, quisiera rodar cine como Paul Thomas Anderson y tener un director de fotografía como Robert Elswit, capaz de recrear el ambiente cinematográfico de los 70 con una verosimilitud incontestable para una historia que, como todas las de este genio superdotado, trata sobre familias disfuncionales de muy diferentes tipos.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
31 de julio de 2022
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aterrador en su realismo y absoluta verosimilitud en su relato de la preadolescencia actual, “La última virgen” es el magistral corto con el que Bàrbara Farré ganó en el Festival de Málaga y en los Premios Gaudí. La cineasta catalana no necesita más que 18 minutos para helarnos la sangre tan sólo encontrando a cuatro actrices adolescentes extraordinarias y poniendo la cámara ante ellas. Nos cuenta la presión social que sus amigas ejercen en Sara, de 13 años, para que pierda la virginidad con Dani, porque ya va tarde y es la única que aún la conserva.

Nos habla de una preadolescencia totalmente sexualizada donde eres señalada y estigmatizada si no te comportas con los chicos y con tu porpio cuerpo como determinan tus amigas y las redes sociales. Acaba siendo una obligación, porque Sara no se besa ni se toca con Dani porque realmente lo desee, sino porque las normas sociales de su grupo de iguales se lo han marcado. Y porque las redes sociales exigen publicitarlo en el culmen de un exhibicionismo suicida para que, a esa edad, no existen resortes con los que que defenderse.

La dirección y guión de Bàrbara Farré son precisos y exactos, milimétricos, tienen claro lo que pretenden mostrar y lo hacen. Con honestidad, sin querer trasladar mojigatería ni ultraconservadurismo, limitándose a poner la cámara ante los hechos desnudos, perturbadoramente verídicos.

Imposible que todo funcione sin la interpretación de Laia Cuadrado, piedra angular de todo, y de una maravillosa fotografía muy contrastada de Lucas Casanovas para pintar de forma preciosista una realidad tenebrista.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 9 10 11 20 173 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow