No quiero cuestionar las críticas generalmente negativas que he leído, pero disfrute enormemente de esta película. Reconozco que soy un admirador de Nicolás Cage y que me apasiona los temas oscuros como las drogas, armas y guerras.

Nicolás Cage esta pletórico, el ritmo es constante e imparable, y sobretodo esta plagada de toques de humor negro que me hace reír a carcajada.

No obstante, el 10 se lo gana por la originalidad en la narración y ritmo, frió, real, cuasi documental y autobiográfico, que me hizo explotar cada 10 minutos con las diferentes situaciones que se crean.

Hay que saber ver ese humor para disfrutar plenamente de esta gran película.

Tiene unos primeros 60 minutos magníficos, sumergiéndonos en el mar blanco que es la antártica, con unos personajes estereotipados y planos, pero bastante entretenidos.

No obstante la dramatización de los perros en los últimos 40 minutos tiene unos toques de realismo fantástico que decepciona en extremo, echando a perder el excelente trabajo de la primera parte. La humanización de los animales sólo apelará a personas sensibles de lágrima fácil.

Más aun, el argumento no da para que sea una película infantil. Walt Disney ha malgastado sus recursos y maestría con un guión inapropiado y me estoy acordando de las excelentes novelas de Jack London como Colmillo Blanco.

Por ello, de darle un 8 (notable), la he dejado en un 6, y no la doy un 5 por la entretenida primera hora. No obstante costaría mucho recomendársela a nadie en especial, aunque no sea una total pérdida de tiempo.

Me ha gustado volver a ver a James Coburn. Mick Jagger esta a la altura de su papel, irreconocible diría yo, sin el look de rockero erosionado que caracteriza a los Stone.

Definitivamente su punto fuerte estan en el guión y especialmente que no tiene un final predecible. La historia me engancho y tiene un desarrollo constante, aunque en algunos momentos necesité acelerarla para mantenerme entretenido.