Haz click aquí para copiar la URL
Críticas de pablo garcia del pino
<< 1 4 5 6 7 10 >>
Críticas 47
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
17 de noviembre de 2007
39 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡3 locazas increíbles! Correcher un ligón pedante, Mollá un sátiro místico, y el Pepón un epiléptico consentido. El culo de Lucas enloquece a todo el puterío, ya sea masculino o femenino. La detective Lucina Gil anda de los nervios, y vomita escorpiones por la boca, aparte de algún que otro flujo. La Pujalte, embutida en un traje de boda, parece una apetitosa morcilla malagueña. Y Esperanza Roy nos ofrece un recital lingüístico que a Berlanga le habría sabido a pirulí de fresa. Es una película loca, loca, loca, loca... Tan divertida y redonda, que puedes pasarte toda la semana saboreándola sin cansarte. Antidepresiva total. Mas que visible.
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
17 de noviembre de 2007
20 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
La razón de la inalterabilidad en aquellas ciudades maldicientes de la España negra bajo la dictadura franquista, era precisamente la existencia de esa generación desvaída y envidiosa, beata y cizañera, aparte de inculta y retrasada mental, merced a la cual tuvo su clientela asegurada la caterva dictatorial de su arbitrario gobierno. En la Iberia de posguerra las únicas campanas culturales que sonaban (especialmente en provincias) eran las del sábado de gloria y otras fiestas de guardar. Todo sabía a leche agria. En la otra Europa, la de los extranjeros, más libres e inmorales, se cantaban las mañanitas del rey David, como un canto a la esperanza de las nuevas libertades. Aquí todo sabia a canto fúnebre, donde (como rezaba el letrero de los bares y que tanto hace reír a la emancipada francesita: "joven, diviértete de otra manera", o séase, ¡nada de bailoteos, ni toqueteos, y ni por asomo pensar en sexo!) los adultos parecían relegados a una guardería infantil en la que la Iglesia pudiera machacarlos a sus anchas, con su estrechez de miras, su represión y sus condenaciones infernales. ¡Nadie como Juan Antonio Bardem! para dar cabida en una hora y media a ese mundo hispano anquilosado, a esas "sisadas" libertades, a ese venenoso yogurt de las beatas féminas españolas con sus misitas matutinas, y que crearon una delegación de Hacienda (¡que apestaba a sotana!) de la murmuración, de la envidia y de la más feroz represión al mundo masculino, y, por descontado, al femenino. "Nunca pasaba nada" gracias a que ellas estaban allí para poner en orden la moral imperante. Y,¡ay de aquél o aquélla que tratase de hallar otros derroteros a esa búsqueda desesperada de nuevos sentidos a la vida! El comunismo loable de Bardem, por fortuna, no se halló "Solo ante el peligro". Pero, después de él (con excepción de Fernando F.Gómez y Picazo con "La tía Tula") las acritudes del género provinciano y burgués que él retrató como nadie, se fueron a la tumba. Mejor para todos, porque eso significaba que en el horizonte español aparecían nuevas brisas de libertad. Pero Bardem, siempre valiente y genial, será para nosotros lo que Salomón al "Cantar de los Cantares". "Nunca pasa nada" es tan entrañable como espléndida. Los franceses, que en esto nos daban ciento y raya, lo comprendieron así, y la apoyaron. Se extasiaron con Julia Gutiérrez Caba, actriz exquisita, y con un Antonio Casas que para ellos fue un caso insólito de la más aplicada psicología interpretativa. En la pacata España de entonces fue muy mal comprendida ¡Qué se podía esperar si no! Pero el film es una verdadera maravilla. Y Georges Delerue la admiró tanto que compuso una banda sonora primorosa e inolvidable.
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
17 de noviembre de 2007
13 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Manuel Gutiérrez Aragón roza la "perfección deificada". Una España de posguerra presidida por la opulencia de los vencedores y la miseria de los perdedores. Dos reinas de la interpretación, Angela Molina y Ana Belén, debatiéndose entre la más absurda de las pasiones por el hombre equivocado. Un niño las maneja, y una abuela marimandona (estupenda Encarna Paso), que ya chocheara con el hijo, hace lo propio con el nieto. En aquel mundo de estraperlistas todo encaja perfectamente, hasta el "bayón" de Ana, que azota a los españolitos de entonces bajo pena de excomunión. Angela y Ana nunca estuvieron mejor. ¡La España de Franco nos flagela de nuevo! La Molina se rebela, nos deja patidifusos con sus reacciones y sus ojos llorosos, casi inyectados en sangre. La Belén, con un escotado traje negro, que nos recuerda al de Ingrid Bergman en “Arco de triunfo”, empuña el revolver mejor que un ganster, se revuelve como una serpiente (¡es como un delirio a lo Gloria Grahame o a lo Ruth Roman!), ¡¡y dispara!! ¡Su mirada es genial! ¡Fue un exitazo en su momento! Toda Europa se regodeó con ella. ¡Inolvidable! Revivirla es gozarla hasta el delirio.
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
17 de noviembre de 2007
31 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
La demoledora eficacia crítica y cómica de Luis García Berlanga no tiene parangón con el de ningún otro cineasta español. Su mundo está hecho de "incorporaciones masivas" de selectos planteles humanos, que, en sus prolíficas manos, evidencian una eficacia única para remover los posos críticos, desenfadados, frívolos, caóticos, grotescos, raquíticos, o nostálgicos, de un panorama fílmico, puramente ibérico, que Berlanga establece en nuestra cinematografía como si instaurara una nueva ordenación jurídica en lo que a la pantalla grande respecta: "su cine coral". El punto de partida de este colosal "Moros y cristianos" es el turrón de Jijona. Que, por supuesto, no forma parte de una hecatombe tremebunda en la que menudean sus americanos que no llegan nunca, sus verdugos, sus letras de cambio, sus pobres muertos de hambre y de frío entre calamitosas caridades puestas en solfa por una burguesía beatona e hipócrita, o sus falsificadas apariciones de santos, que escenificaron una época, para dar paso después a sus políticos corruptos y lujuriosos, sus marqueses mezquinos y egocéntricos con hijos masturbadores y algo retrasados mentales. Pero, como en la viña del señor Berlanga siempre ha habido y habrá un poquito de todo ello, disfrutemos con el mejor patriarca Jijonés "jamás parido" que es el malhumurado y genialísimo Fernando Fernán Gómez, con sus egocéntricos y mezquinos hijos que son el Pedrito Ruiz y el inolvidable Agustín González, con una aspirante a ministra, siempre al borde de la histeria "que está que se sale de bien" y que es Rosa Maria Sardá, con una Verónica Forqué "regia" por su acento argentino y porque es una cómica sublime, con un magnífico Andrés Pajares retrasado mental y que parece Alberto Sordi, con un torbellino publicitario personificado por un extraordinario José Luís López Vázquez, que es capaz de engatusar al mismísimo Padre Celestial y que además padece aerofagia y lleva coleta, y con una enloquecida, pintarraqueada y cachonda ex-cantante de ópera, "ilustre" María Luisa Ponte, aparte de otras muchas "glorias" vitaminadas por la genialidad Berlanguiana. Y ahí queda esa especie de cóctel patricio, a galope con los encontronazos patológicos de todo quisqui, con el que podría ser el lema del SR.LUIS: "de todo un poco, ¡y mucho!" (El repaso fotográfico que José Luís López Vázquez lleva a cabo ante los ojos atónitos y la sobresaliente dentadura de Rosa María Sardá de la familia Planchadell y Calabuig es de los que hacen historia) ¡Yo no me lo habría perdido por nada del mundo! ¡Ni tampoco el resto de la película, por supuesto!
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
10
17 de noviembre de 2007
11 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡"Cabiria" es el más excelso de los partos de Federico Fellini. Es lo que a Beethoven su "5ª Sinfonía"... Giulietta Masina parece que se descrisma por averiguar qué demoníaco antojo o manía embarga el ánimo de su inteligentísimo marido por recuperar aquel extraño personaje que esbozó en "El jeque blanco" ¡Y a fe que nos lo dejó bien patente! (Aún la recuerdo bajando del avión en Roma con su bien ganado Oscar en la mano). ¿Cómo habrían sido esos "eternos" ayes lastimeros del naturalismo italiano sin el pícaro Federico de sus primeros claroscuros. ¡¡Y "Cabiria" llegó!! ¡Una nueva pelandusca, bajita y delgaducha (a contracorriente de aquellas "puttanas" como ballenas que siempre retrató, y que, a lo largo de su filmografía, aparecerían en playas pestilentes, en el estanco de su infancia, o en aquella aledaña Vía Appia romana). Pero Cabiria es simplona y romántica, vive su prostitución forzosa (¡pobreza e ignorancia!) como si buscara remedio al sarampión de curiosidades amorosas y enternecedoras que la consumen. Tiene peor fama que otras mucho más gordas que ella por enamorarse de su chulo y dejarse tirar al río por él, que, al tiempo que le roba el bolso, la quiere mandar al otro mundo. Y Cabiria, a la que tanto le cuesta descender por los escalones más bajos de las miserias humanas, no se lo cree. Menos mal que la genial Franca Marzi (amiga de fatigas, también rellenita, culona y guapísima) acostumbrada, como todas las filantrópicas compañeras afiliadas al ramo de la prostitución callejera, a los dédalos tenebrosos de los vicios chulescos de esos machos jóvenes, pobres en sofisterías, y que, si no cuentan con el sustento que proporciona el vicio callejero, muestran su desazón ¡¡hostia va, y hostia viene!!, le equilibra, momentáneamente, su trastornos románticos. Pero las obsesiones de Cabiria son delirantes, no se resigna a la estrechez disoluta y vulgar de su existencia. Clama por el milagro, ¡que, por supuesto, no se produce! Giulietta Masina, con su desengaño, su griterío, y su burla, ante la procesión de la romería, es uno de los seres cinematográficos más memorables que el celuloide conserva! ¡El final es antológico, y no lo cuento! Los ojos de la Massina, con sus lágrimas a lo "pierrot", son de un lujo aterciopelado. ¡Giulietta y Fellini, ídolo uno, idolatrada la otra! "Cabiria" es la más grande empresa de la voluntad artística y el loco entusiasmo que impulsó el cine naturalista italiano. El doblaje contó con voces magníficas. Pero Cabiria únicamente puede ser auténtica e irrepetible en versión original.
pablo garcia del pino
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 4 5 6 7 10 >>
Más sobre pablo garcia del pino
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow