Es una tontería, pero tiene gracia y sorpresa final. La idea inicial es buena, y alguien con menos (o más) talento podría haber intentado una especie de thriller telefónico, pero Fesser, amigos, sea para bien o para mal, hace cine de autor, y aquí tenemos otra ración de las constantes fesserianas: la parodia española, mortadelesca, gamberra y cutre. Sólo la música se le queda un poco atrás.

Y es verdad, no soy historiador, pero probablemente es la primera vez que se rueda una película pensada ad hoc, formato "cabina telefónica"....

ni David Lynch en sus primeros cortos fue capaz de hacer algo tan obsesivo y malsano como esta animación de transformaciones psicóticas y degeneradas sin descanso. Realmente, es lo más parecido que he visto a un mal rollo de tripi, y uno tiene serias dudas sobre la lucidez de su autor...claro que lo mismo pensé cuando ví los cortos de David Lynch, y parece que al final ha salido adelante... en cualquier caso, para los que tenemos el cerebro medianamente sano, el corto no es peligroso...yo incluso diría que me ha gustado...

¡Mierda! ¿Cómo me puede emocionar algo tan ñoño? Este cuento infantil de amor platónico y tradiciones ancestrales, en el que todo el mundo es bueno y comprensivo, en el que todo es bello y en el que cada plano está montado para que eches la lagrimita... ¡Si se le ve el plumero!...
Pero, maldito Zhang Yimou, ¡esta vez has ganado!
¡Mierda!

sólo que en esta ocasión la historia, aunque complicada, se entiende. Buenos diálogos, historia bien tramada, muchos exteriores...
Entretenida, interesante y divertida a ratos. Un poco flemática, pero, claro, son ingleses...
Recomendable verla doblada, con el gran Rogelio Hernández como Albert Finney

la primera vez que lo vi, no entendí nada.

La segunda vez, tampoco.

Y no va a haber una tercera vez...

Es una pena, porque talento y trabajo, hay a patadas.

Pero el caso es que el mensaje no me llega...