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España España · valencia
Críticas de esteve
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Críticas 80
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
20 de noviembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
* Lo portentoso: los dos videoclips (que diríamos hoy) del principio y fin de la película ―elaborados por Francisco Macián―, la actuación de Laly Soldevila como enfermera pastillera (sí, sí...), la decoración del despacho de Tomás Zori (hay que verla para creerla), y la primera interpretación de "Bring a little lovin´" (¡toma travelling hispano por en medio de la pista, con dos narices! ¡y cómo está la gogó! ¡uf!)

* Lo regular: la mexicana Rosenda Monteros, haciendo de china, dando el pego.

* Lo demencial: José Luis Coll, Luis Peña y algunos otros actores de la tierra haciendo de chinos, con un maquillaje disparatado; la secuencia del helicóptero y la explosión de la masía-cuartel general de los asiáticos malísimos (buf buf); haber doblado a José Luis Coll (¿por qué?); el momento cowboy cuando atrapan a Zori (me niego a considerarlo homenaje al western, es demasiado cutre); el propio título de la película ("un poco de amooor"... en fin...)

* Lo enigmático: ¿alguien podría decirme por favor cuál es el papel que interpreta Álvaro de Luna? No hay manera de identificarlo...

* Lo curioso: de auxiliar de cámara está Enrique Cerezo, actual presidente del Atlético de Madrid, productor de cine y de EGEDA.

* Lo ¿narrado?: unos chinos se quieren apoderar del mundo y "Los Bravos" llegarán a impedirlo. Probablemente más de uno dirá que los guionistas fueron una adelantados a su tiempo al profetizar la gran influencia china en el mundo occidental, pero sinceramente creo que es pura chiripa...

Aunque parezca increíble, todo esto está presente en una película española de 87 minutos de 1968. Que ya casara y se acoplara todo ese maremágnum ya sería demasiado pedir: el agua y el aceite no pueden mezclarse. Pero... ¡son "Los Bravos"! Y como dicen nuestros primos hermanos catalanes, ¡poca broma! :-)
esteve
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4
21 de agosto de 2014
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocas veces había visto una película que contuviera elementos tan interesantes, a la vez que aspectos deficientes, que me llevan finalmente a considerarla como un filme regular.

Así, en lo relativo a las bondades, destaco en primer lugar la gran interpretación de Henry Fonda: aparece poco, es cierto, y sólo al principio, pero literalmente está que se sale, y a mi modo de ver, le da sopas con honda al resto del reparto... empezando por el imberbe con el que comparte escena al principio, que está para matarlo.

Asimismo, cabe resaltar los títulos de crédito, con esas banderas que poco a poco se van ajando. Sin duda, el director Aldrich pretende entre líneas mostrar un símbolo sobre el tema del heroísmo, ya presente en el título original [luego hablaremos de cómo lo tradujeron en España :( ]. Y aquí empiezan los problemas de esta peli, porque sigue el más o menos típico esquema de grupo de personas que se llevan fatal, pero que luego se llevan bien, predominando al final no se sabe bien qué, y lo que es peor, sin quedar claro el porqué de tal cambio. Insisto: muchos elementos, muchas ideas en el guión —y más de una interesante, por ejemplo cómo los teóricamente buenos ejecutan sumariamente a enemigos heridos; la locura/risa nerviosa del cabo, que parece que disfrute masacrando japoneses; etc— pero que al final se amontonan una sobre otra de una forma aturullada.

Por último, en este apartado de elementos positivos, destacar las interpretaciones de Michael Caine y de Harry Andrews —actor este último un tanto encasillado en papeles de más o menos severo oficial inglés en guerra por esos mundos de Dios (recuérdese la muy buena “La colina”, de Sidney Lumet, con Sean Connery)—, y de Ken Takakura, en su papel de japonés perseguidor-acosador (a dicho actor, doblado en esta ocasión en la versión española por un jovencísimo Constantino Romero, le vimos también como policía nipón, compañero de Michael Douglas, en la conseguida película de Ridley Scott “Black rain”, rodada casi veinte años después que la presente), el cual está tratado de forma muy original, tanto por el propio planteamiento como por la manera en que se introducen efectivamente elementos de suspense, o incluso se sugieren escenas (lo que hacen con el soldado Campbell).


En cuanto a los aspectos deficientes, junto a los ya mencionados problemas del guión, percibo una edición precipitada; algunas actuaciones malas (así, por ejemplo, Cliff Robertson está inexpresivo; Denholm Elliott no está en su mejor momento; y el actor que encarna al soldado, como decía antes, que charla con Henry Fonda, es de lo peor nunca visto en una pantalla); algún elemento quizás fuera de lugar [el asiento de Henry Fonda es un butacón tipo “Emmanuelle” (!), aunque es cierto que esta última película es cuatro años posterior a la que nos ocupa]; una presentación de situaciones poco creíble (en el aeródromo japonés); un retrato de los japoneses como soldados realmente incompetentes a la hora de hacer su tarea (presentándolos como “japoneses tontos” a diferencia de “ingleses+norteamericano listos”); y una música más que inadecuada para el tipo de escenas bélicas, que, si lo que pretendía era realzar la tensión de la trama, pienso que no lo consigue en absoluto.

Hay más: en la edición de DVD que he manejado aparecen una serie de imágenes de unas mujeres nativas compartiendo plano con diversos actores; por ejemplo, una en que Michael Caine figura con una mujer morena indígena muy atractiva. Pero en la peli no hay nada de eso ¿Se trata, pues, de imágenes pertenecientes a metraje descartado? Probablemente, aunque en el cartel de la película, bien que utilizaban esas mismas imágenes como reclamo (véase en la ficha de filmaffinity). Pero llegados a este punto, los españolitos (entiéndase, la distribuidora española) podemos ir más allá, y así, además de considerar en la sinopsis del filme que acompaña al mencionado DVD que Michael Caine es un oficial inglés, cuando realmente es en realidad un soldado sanitario,...

...la película, como es sabido, se tituló por estos pagos “Comando en el Mar de China”, cuando el contorno más próximo de dicho mar está a más de 3.000 kilómetros de dónde se desarrolla la acción (archipiélago de Nuevas Hébridas, actual Vanuatu... descubierto, por cierto, para los europeos por una expedición española al mando del portugués Pedro Fernandes de Queirós...

...pero eso ya es otra historia).
esteve
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4
27 de julio de 2014
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
[Lo reconozco: vi esta película... tras haber leído el libro hace unos meses.

¿Condicionado por ello? Pues sinceramente, pienso que no. En realidad, ni me acordaba de quién era el malo. Con lo cual, realmente argumento y situación me eran casi novedosas.

Sí que recordaba que el libro Vázquez Montalbán había sustituido el nombre de Carrillo por Garrido (rima asonante, ya saben), y había colocado en la trama a un trasunto del temido comisario Conesa como Fonseca (más rima asonante); y así se recoge en la película.]

El caso es que empieza la función y... el secretario general del PCE (Garrido) se parece poco a Carrillo, aunque trata de hablar como el original (saliéndole una especie de imitación cutre), si bien luego no hay empacho alguno en mostrar fotos del auténtico Carrillo (no Garrido). Acabamos de comenzar y nos tememos lo peor...

Va avanzando la película y algún elemento agradable se hace presente: no me refiero a la discreta actuación de Patxi Andion o de Conrado San Martín, o a la música --poco conseguida--, sino a la sorprendente, por lo buena, interpretación de Victoria Abril y a la más que correcta de Miguel Rellán. Mención aparte merece Héctor Alterio, que en esta época seguía con sus serias dificultades para disimular el acento argentino.

Pero finalmente son más numerosas las carencias: el coche Zeta de la policía nacional (sin duda el mismo todo el rato, por las limitaciones de presupuesto), adelantando con su sirena una y otra vez al R-6 amarillo de doña Victoria; en las secuencias de calle que tanto agrada rodar a D. Vicente --y que hay que reconocer que pasado el tiempo resultan entrañables--, la gente NO CESA de mirar a la cámara; y los espías están ridículos (la actriz que encarna a la señora del KGB está para matarla). Pero la mención especial se la merece un hiperpasado de rosca José Vivó, encarnando a Fonseca-Conesa, al cual Aranda (por el motivo que sea) no dirige en absoluto (mejor no hablar del que hace de su ayudante; otro trasunto, por cierto, en este caso del policía Billy el Niño).

Y así va pasando con más pena que gloria una historia, que podía haber dado para más, pero a la que una dirección deficiente y una falta notoria de presupuesto hace que el producto final sea malo.

Una pena.
esteve
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2
28 de octubre de 2013
6 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Buf! ¿Por dónde empezar? Quizá por esa sensación contradictoria que produce tener pendiente una peli desde hace décadas, verla, y comprobar que es un bodrio.

El sentimiento de estupefacción continúa al comprobar que amigos míos cuyo criterio cinematográfico aprecio mucho la consideran una buena película. No sólo eso: gente que se supone “alma gemela” de un servidor no le arrea el 1 ó el 2 que creo que merece, sino cuatros, cincos...

¿Por qué pasa eso? Ya sé que para gustos, colores. Pero creo que en este caso pueda deberse quizás a que John Milius tiene aún esa aura de ser de la quinta de Coppola y Spielberg, y de forma más o menos consciente se le recuerda su dirección de “Conan” y “El viento y el león”, o que fue coguionista de “Apocalypse now” (poca broma).

Que se me entienda: a mí me da igual que este señor sea de extrema derecha en la vida real. Si le apetece contar una historia en que la URSS, ayudada por Nicaragua y Cuba, invade los EEUU, podría resultar creíble, si lo hace bien, pero es que éste no es el caso.

Y ello, a mi modo de ver, no sólo porque las interpretaciones sean justitas (salvo quizás las de Ben Johnson y Patrick Swayze), y la música merecedora del suspenso más rotundo, sino sobre todo por barbaridades del guión, que cuento en el spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
esteve
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8
18 de septiembre de 2013
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
No, no me refiero a la novela de George Orwell, sino a esta notable película, que retrata como pocas aquel año, en concreto la Barcelona de aquella época...

Aunque contiene esas escenas y temáticas tan presentes en el cine de Aranda (en una especie de mezcla de transgresión y provocación), el paso del tiempo provoca que el impacto de dichas imágenes “escandalice” menos que en la época de su estreno: los diálogos subidos de tono, alguna insinuación homosexual o (por no revelar cosas del argumento) la crudeza de las palizas que se arrean algunos personajes ya resultan, para bien o para mal (yo creo que para mal), habituales en teleseries y películas de esta segunda década del siglo XXI, y de ahí su menor repercusión.

La protagonista lo hace francamente bien (y por cierto, ¡oh, qué cosas! está muy bien doblada), el poli también da el pego como ser totalmente pasado de rosca, y el desaprovechado en el mundillo del cine español Paco Algora realiza un papel muy ajustado. Permítasenos aquí una mención al actor Ian Sera, protagonista de una insólita carrera, que oscila desde intérprete principal de películas infantiles (“Misterio en la isla de los monstruos” de JPSimon —Juan Piquer Simón, ya se sabe—) a quinqui (esta película), para luego desaparecer en combate.

El mérito de Aranda a la hora de retratar la Barcelona marginal no se debe solo a sacar la cámara a la calle, y reflejar lo que acontece: la secuencia de “El Molino” con sus canciones pasadísimas y un espectáculo más bien tirando a rancio (pero muy valorado en la época); la ambientación de las habitaciones de hoteluchos de mala muerte y la descripción de qué ocurría en las comisarías son otros aspectos contenidos en un guión rebosante de brío en que se nota la mano de don Vicente, quien, no siendo ya un jovencito, demostraba su oficio.

En fin, que alguno de los nuevos realizadores que empieza ahora podría aprender de “Fanny pelopaja”. Nos iría mejor a los sufridos espectadores...
esteve
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