Este filme es una joya, aunque sea conocida sobre todo por la breve participación de Orson Welles.
Holly Martins viaja a la Viena de la posguerra para reencontrarse con su amigo Harry Lime, quien no ve desde hace 10 años y quien le prometió un empleo. Sin embargo, al llegar a Viena se entera de que Harry ha fallecido en un accidente provocado por un automóvil. Los numerosos cabos sueltos que Holly encuentra tras el accidente, lo lleva a profundizar en la causa de la muerte de su amigo, sin embargo, surgirá una situación inesperada...
Con extraordinaria fotografía y una historia perfectamente narrada, Carol Reed nos introduce en la dualidad de la naturaleza humana. Este filme contiene muchas escenas memorables, destacando la célebre escena de las cloacas. Grandísimos Joseph Cotten y Orson Welles. Esté último tiene una presencia que se come la pantalla. Aunque se destaque a Orson Welles, no debemos olvidar a Carol Reed (y a su guionista). Es a ellos a quienes debemos este filme.

John Ford es uno de los más grandes directores que nos ha dejado el cine estadounidense (y en general). Creo un cine de enorme sensibilidad y humanismo, a pesar de la dureza que él mostraba. Un cine donde se dio importancia a las clases excluidas de la sociedad. John Ford, nos legó una de las filmografías más impresionantes de la historia del cine. John Ford, incursionó en distintos géneros cinematográficos, siendo el western el género donde alcanzó más fama y reconocimiento. La diligencia, es uno de sus westerns más conocidos. Gran filme, donde vemos el viaje de un grupo muy dispar de personajes hacia el territorio de Lodsburg. Manejado con buen pulso narrativo, en mi opinión, este filme destaca por sus diversos y complejos personajes, y por el dominio técnico, aunque sé que me quedo corto. La fotografía es muy buena, y la secuencia del ataque de los apaches es todo en ejemplo de como hacer cine. Tampoco hay que olvidar la actuaciones, destacando a Thomas Mitchell como el doctor alcohólico y John Wayne como el enigmático Ringo. Enorme western que, sin duda, merece el lugar que tiene en la historia del cine.

Tras visionar “El sur”, es una verdadera pena saber que el director Víctor Erice no rodó más filmes. ¿Cuántas otras grandes obras pudo haber realizado? de nada sirve pensar en eso. Sin embargo, el cine español está en deuda con las dos obras maestras que realizó: El espíritu de la colmena, y El sur. Ambos filmes comparten elementos en común: La niñez, la imaginación, el interés hacia un mundo aún por descubrir, etc.
Filmes donde Erice realizó poesía en movimiento y creó un cine donde forma parte fundamental la imaginación ,y el descubrimiento como escape de una realidad muchas veces gris y monótona.
"El sur" es un filme sumamente hermoso, llena de imágenes de gran carga poética. La fotografía de José Luis Alcaine es excepcional, sobre todo en los claroscuros. Una historia en apariencia sencilla, pero magistralmente realizada.
Víctor Erice planeó rodar el viaje al Sur, pero su realización no se pudo llevar a cabo. Aún así, esto no le resta calidad al filme.
Esta es una de esas obras que vale la pena ver. Una muestra de que aún queda algo de sensibilidad en este mundo. Y ¿quién sabe? Tal vez algún día este poeta del cine regrese de su prolongado retiro. No pierdo la esperanza.

Dreyer es si duda uno de los mayores genios del cine. En Ordet, su penúltimo filme, Dreyer alcanza la cúspide como realizador. Ordet, es un filme de belleza inigualable, donde las emociones salen a flor de piel sin efectismos. Una historia donde se combina lo humano con lo divino. Un filme que nos invita a reflexionar, y emocionarnos. Además de incluir uno de los mejores finales que haya visto.

Mizoguchi, es un de los mayores realizadores del cine japónes. Él creo un cine donde se retrata la vida de la clases más desamparadas del Japón. Un país encerrado en si mismo, en sus costumbres, donde cualquier situación que se salga de lo considerado "normal" es desechado como un ente extraño. Su último filme La Calle de la Vergüenza retrata las diversas situaciones de un grupo de prostitutas, que por diversas circunstancias de la vida terminan en ese estrato olvidado de la sociedad. Realizada de forma impecable, Mizoguchi nos sumerge en el mundo de la prostitución, contada con enorme humanidad, donde el espectador es testigo de la vida de estas mujeres, ignoradas por la sociedad. Las mujer forma parte fundamental de cine de Mizoguchi. La mujer es la que termina pagando los platos rotos, al no tener las mismas oportunidades que los hombres en una sociedad patriarcal. Mizoguchi no deja de lado la crítica social, y humaniza a estas mujeres, que la sociedad olvida. Mujeres que día a día luchan por un mejor porvenir, y un escape de la realidad en que viven...