Haz click aquí para copiar la URL
España España · Valencia
Críticas de Aarlun
<< 1 2 3 4 >>
Críticas 17
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
23 de diciembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Quinto largometraje del autor de una película excelente de 2007 de nombre La soledad, que ahora, en esta Hermosa juventud, sarcástico título que alude con cruel ironía y burlona mordacidad a la dramática situación que afecta actualmente a más de la mitad de los jóvenes españoles por culpa de una larga y profunda crisis socio-económica que ha dejado en el paro, la miseria y el abandono a gran parte de la gente. La película aborda de forma directa y sin concesiones la triste peripecia vital de una pareja de veinteañeros, padres accidentales sin trabajo, sin estudios y con problemas familiares que intentan salir del agujero para poder formar un hogar y hacer posible su convivencia.

En realidad parece que asistimos a un documental de una situación dolorosa que a todos nos afecta, un relato frío e implacable sobre las angustias de los “ni-nis”, sin que los precarios cursillos ni la emigración al extranjero logren remediar las tragedias que les afligen, siendo la pornografía, una forma de prostitución, un claro símbolo de la degradación a la que se llega como último recurso para poder sobrevivir.

Jaime Rosales, formado profesionalmente en Cuba y en Australia, ha contado para llevar a término su proyecto, de alcance testimonial y acusatorio, con la excelente interpretación de dos jóvenes actores. Que se pueda decir que la película respira autenticidad por los cuatro costados, ayudada por la fotografía y el sonido en directo, no impide que se haga insoportablemente aburrida y larga. Si alguna vez las miserias que padece España se corrigen la película tendrá un valor testimonial, hoy no dice nada que no sepamos, y parece contada por un burgués sorprendido de que esa juventud exista.

A mí, personalmente, me ha resultado insoportable. El neorrealismo italiano contaba lo mismo dejándonos pasmados ante tanta belleza y forma honesta de mostrar las cosas.
Aarlun
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
2
22 de diciembre de 2020
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terrence Malick, —ese fenómeno cinematográfico obsesionado por la divinidad, anti comercial y sin embargo capaz de conseguir productores para hacer cualquier cosa incomprensible— vuelve a hacer lo que le da la gana con Knight of Cups, que vendría a ser nombre de una carta del Tarot, Sota de Copas, otro ejercicio de gran ambición conceptual que vuelve a nadar en las mismas aguas soporíferas que To the Wonder: las de la redención del amor para encontrar la luz, —la luz que entiende Malick, millonario que retrata constantemente a millonarios infelices y angustiados por el qué les esperará en el Más Allá divino— esta vez contado entre las despiadadas calles de Los Ángeles, lugares de enorme y aberrante lujo y piscinas impolutas de los protagonistas.

El resultado es una extensión más de su estilo, sin prácticamente ningún añadido nuevo, sin brío ni chispa más que la inerte necesidad de su cineasta de transmitir, como sea, el mismo aburridísimo mensaje una y otra vez, de maneras cada vez menos sutiles y todas ellas derivadas de una misma obra propia: El árbol de la vida, cuyas cansinas preguntas en off repite desde entonces una y otra vez.

Porque, más allá de las ligeras diferencias geográficas y de caracteres, la esencia es idéntica, con un personaje masculino de personalidad introvertida sufriendo por no encontrar algo real en su vida, algo que le llene con emoción pura, buscando incesante entre las mujeres de Hollywood, todas muy diferentes y todas grandes actrices que deambulan también angustiadas por los espacios, los pasillos y las habitaciones en esa composición de planos tan característica que parece querer captar el momento inexpresable, el sentimiento que se extiende de un pecho a otro, y que sólo se ve en el transitar de personas o en su mirada huidiza.

Esa eterna captación del instante único acaba ahogando en la nadería el mundo de Malick. Hay una estructura, pero es casi anecdótica y puramente teórica. Una excusa para la profundidad del discurso, a través de unas cartas de tarot que marcan cada capítulo con nombres como “Libertad”, “Muerte” o “La Torre” en las que cada una de las mujeres que han pasado por su vida expresan sus sentimientos en sentencias cortas y abstractas, a veces tirando de metáforas muy obvias y demasiado expuestas, muy abiertas al ridículo más alarmante. Incluso para el creyente en Malick, entre los que ya no me incluyo, Knight of Cups puede atragantarse por su excesivo ensimismamiento.

El director sigue tan empeñado en transmitir la misma idea que tampoco se molesta por cambiar sus formas convirtiéndose, definitivamente, en un gurú de un discurso beato y supuestamente trascendente del que ya es maestro.
Aarlun
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
22 de diciembre de 2020
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La mort de Guillem es una película rodada con escasos medios y mucha sinceridad necesaria en cuanto que ayudará a la audiencia que lo vivió a saber más sobre este caso o a ser conscientes de lo que le ocurrió a un muchacho asesinado de una puñalada en el pueblo de Montanejos, de Castellón, por un grupo de jóvenes de ultraderecha en 1993, a los quince años de proclamarse la supuesta democracia. En medio de un clima político en el que los que quieren acabar con la democracia campan a sus anchas por las instituciones, La mort de Guillem invita a reflexionar sobre el tipo de país que somos y sobre como, por más que nos pese, la sombra de la intolerancia y de la represión está siempre sobrevolando nuestras cabezas. Coincidiendo con la proyección de Patria, que intenta confraternizar, esta película va directamente contra los asesinos, al grito de “Ni oblit ni perdó!”
Aarlun
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3
22 de diciembre de 2020
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pareja de idiotas se reúnen todas las semanas en un bar situado frente al consultorio de la psicóloga que les somete a terapia para enderezar su matrimonio roto. En diez sesiones soporíferas de cháchara insoportable tenida por diálogo ingenioso debido a un tal Nick Hornby hablan y hablan sin parar sin darse cuenta de que siempre acaban hablando de sexo mustio del que no tienen ni idea. Los dos hijos que tienen, su separación, el que él no tiene trabajo y ella le mantiene como cuidadora de ancianos, son nimiedades que se citan de pasada y que no interfieren en su ruptura. Al final parecen sonreír por alguna sandez que se nos escapa y que parece unirlos.

Un espanto afortunadamente soportable por la dirección monótona de Frears, en otros tiempos gran creador, que aquí juega al plano y contraplano constante con interrupciones cuando salen del bar, momentos de ingenio porque no se repiten nunca las planificaciones de esas salidas, y además, como detalle, Frears va colocando a ambos únicos protagonistas en el mismo plano poco a poco, como indicación de su proximidad afectiva.
Aarlun
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1
22 de diciembre de 2020
27 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Puede que el auténtico Rodrigo Díaz tuviera el físico de Jaime Lorente e incluso por la época fuese aún más enano, pero desde John Ford sabemos que entre la leyenda y la historia hay que quedarse con la leyenda, de modo que lo primero que falla hasta lo desagradable es la torpeza de los productores, y del director al aceptar, al elegir tal físico, un pésimo actor enano entre enemigos, sin hombros, sin fuerza, sin atractivo, un tipo que no tiene dos golpes que pueda aguantar. Ciertamente que Charlton Helton no se parecía nada a un español del siglo XI, pero estaba bien elegido como guerrero fuerte y viril para una fantasía fílmica, y yo no digo que para esta fantasía hubiera sido necesario contratar a Brad Pitt, pero en el rellano de mi escalera hay por lo menos seis con físico de líder fuerte y atractivo mucho mejor. Eso es lo primero.

Lo segundo es un guión espantoso y una realización confusa que obliga a quien te acompaña a preguntarte constantemente “me he despistado, ¿ese quien era?”.

La doña Jimena, a la que se le supone papel largo en la serie, es imposible aceptarla como doncella inicialmente inocente y niña —parece hermana mayor del Cid— con historia de prometida consagrada ya con un tal Orduño.

La realización de escenas de masas, como nada menos que una horripilante imitación de “Ivanhoe”, es de una cutrez extrema y pésimamente contada y planificada... y ensayada. El vestuario es malo con ganas, y la espada heredada por Ruy, nombrecito que le dan al protagonista en plan compadreo, no es de ese siglo ni de ese estilo, y en cuanto a los comportamientos de las damas, con lenguaje de finales de botellón, de Edad Media no tienen nada.

No se puede escribir ni rodar una estupidez como esta. Es de muy mal gusto, y no debería salir de nuestras fronteras, parece cine de aficionados con Súper 8. Amazon debería plantearse producir cosas así.
Aarlun
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow